lunes, 6 de abril de 2009
viernes, 27 de marzo de 2009
martes, 13 de enero de 2009
EL MODELO DE BONDAD DE JESÚS
EL MODELO DE BONDAD DE JESÚS
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Nuestro primer paso para convertirnos en verdaderos hijos e hijas de Dios es comprender claramente la idea que Dios tiene de lo bueno y lo malo. ¿Qué es bondad y qué es maldad?
La eterna medida de lo bueno y lo malo está definida por Dios. La definición nítida de lo bueno existía en la época de Su creación, mucho antes de que la maldad apareciera en el Jardín del Edén. La idea de Dios de lo bueno y lo malo nunca cambiará. Dios es eterno, Su ley es eterna y Su definición es eterna e inmutable a pesar del paso del tiempo.
Es común que se considere al egocentrismo humano como la base de la maldad. Examinemos esta idea. Todos nuestros rasgos humanos se originan en Dios. Reconocemos que existe cierta tendencia humana hacia el egoísmo. Esto es natural porque en un tiempo Dios estaba centrado en Sí mismo. Este hecho puede sorprendernos, pero debéis comprender que antes de que Dios creara a los seres humanos y al universo, estaba solo y no tenía a nadie de quien preocuparse a excepción de Sí mismo. Sin embargo, en el mismo instante en que Dios inició la creación, Su concepto total de la vida surgió. Dios vive ahora para Su objeto complementario, no para Sí mismo.
¿Qué es la creación? La creación significa que el Creador, Dios, se proyecta a Sí mismo de forma material. Se encarnó a Sí mismo simbólicamente en el universo y se encarnó a Sí mismo directamente en el hombre y la mujer. La creación ocurre cuando Dios toma forma. Dios se invirtió a Sí mismo en la creación. La proyección de la energía, el ideal y el amor de Dios, es la creación.
En la Biblia, en el libro del Génesis, el proceso de la creación suena como algo simple y fácil. El Génesis nos da la impresión de que la creación de Dios se cumplió a través de alguna magia de Sus palabras. Dios simplemente dice "Que exista el mundo" y ¡zas!, aparece el mundo. Luego dice "Que exista el hombre" y ¡zas!, nacen Adán y Eva.
Pero ahora sabemos que no fue así de fácil. Dios empleó todo de Sí mismo en Su creación. No se reservó ni una onza de poder. La creación fue Su obra total, Su esfuerzo total al darlo todo de Sí mismo. Cuando Dios puso todo Su corazón y Su alma en la creación de Su objeto, se estaba empleando a Sí mismo en un cien por cien. Solamente así pudo crear Su segundo yo, el Dios visible.
Por lo tanto, después de Su creación, Dios ya no existía sólo para Sí mismo. Dios empezó a existir para Su hijo y Su hija, Adán y Eva. Existe para amar, para dar. Dios es la existencia totalmente generosa. Dios ya no puede existir solo. El amor y el ideal sólo adquieren significado cuando hay una relación complementaria entre dos partes. Dios inició la creación e hizo una inversión. No puede perder. Cuando Dios impulsó todo Su amor, vida e ideal en Su segundo yo, debería, en cierto sentido, obtener una ganancia. Dios sabía que al invertir todo lo que tenía al cien por cien, Su objeto maduraría y le devolvería multiplicados los frutos de Su amor, vida e ideal. Su objeto, el hombre y la mujer, lo son todo para Dios. La vida del objeto atrae a Dios. Dios desea ir a vivir con Su objeto sobre la tierra.
Consideremos ahora un ejemplo. Supongamos que existe un gran artista. Si trabaja al azar sin sentir su trabajo, no puede crear nada que valga la pena. Para crear la obra maestra de su vida, el artista debe poner todo su corazón y su alma en su creación. Esta es la única forma de poder producir una gran obra de arte. Si un artista trabaja de esta forma, su arte se convierte en su vida.
Dios es el más grande de todos los artistas. Cuando creó Su obra maestra, el hombre y la mujer, infundió (invirtió)Su corazón en el proceso. Invirtió Su alma, toda Su sabiduría y todo Su esfuerzo en él. Dios sólo deseaba existir para Adán y Eva y toda la humanidad. No escatimó ni una sola pizca de esfuerzo para crearlos. Así, la humanidad se convirtió en la vida de Dios.
Dios estableció el patrón para el universo. En un mundo ideal vivimos para los demás. El sujeto existe para el objeto y el objeto para el sujeto. La definición de Dios de la bondad es dar totalmente, es el servicio total y la generosidad absoluta. Debemos vivir nuestras vidas para los demás. Vivmos para otros y otros viven para nosotros. Dios vive para los seres humanos y nosotros vivimos para Dios. El esposo vive para su esposa y la esposa vive para su esposo. Esta es la bondad. Y aquí abundan la unidad, la armonía y la prosperidad.
Deseo que sepáis que el amor es el impulso más sagrado y supremo. Si alguien puede dar su vida por su esposa, es el más grande de los amantes. Del mismo modo, aquellos padres que dan su vida por sus hijos poseen el más alto grado de amor.
Debemos aprender las lecciones de amor que nos ofrece la naturaleza. Las personas más santas siempre han estado en estrecha vinculación con la naturaleza. Uno debería naturalmente desear salir cada día a mirar el cielo, los pájaros y los animales para recibir nuevas lecciones de amor. Nuestro hogar debe ser un hogar de amor, no sólo para nuestra familia sino también para las cosas de la naturaleza. Todas las criaturas, incluso los insectos, desearán convertirse en parte de nuestra "orquesta de amor". Tendremos plantas, animales, flores e insectos viviendo juntos con amor.
El universo da la bienvenida a los hombres y mujeres que consideran al amor como el valor supremo. ¿Hay alguien aquí que crea que me equivoco al decir esto? El amor es todopoderoso, es mayor que la propia vida. No existen adjetivos lo suficientemente amplios para describir el amor. Es absoluto, es inmutable, es hermoso, es dulce, sin embargo ninguna de estas palabras puede abarcar al amor. A través de toda la historia de la literatura y de la poesía, ¿qué es lo que más se ha ensalzado, la vida o el amor? ¿0 quizás el poder y el dinero constituyen el centro de la poesía? No, el amor es lo más valioso. La razón es muy simple y sin embargo quizás la mayoría de los poetas no la comprenden totalmente.
No hemos nacido para nuestro propio bien, sino para el bien de otros. Mientras que nuestra terminología sea "nosotros", el universo nos apoyará, pero tan pronto como comencemos a pensar en términos de "yo" y "mi", el universo se volverá en nuestra contra. En ultimo término, usted será expulsado del universo. ¿Puede usted quejarse de esta regla?
La belleza del matrimonio es que impulsa a las personas a pensar siempre respecto a si mismos en términos de otro. Del mismo modo, vivir en una familia nos exige que pensemos en términos de "nosotros". Los hijos piensan en sus padres, los padres piensan en sus hijos, cada hijo piensa en sus otros hermanos y hermanas.
¿Se molestarían los hombres si yo les dijera que han sido creados para las mujeres? Quizás alguno pueda sentirse orgulloso de su masculinidad y no desea oír hablar de esto. Pero este es el principio de la creación de Dios, y no debe apenarnos oír estas palabras. El hombre vive para su pareja, no para sí mismo.
Supongamos una mujer posee una gran belleza. No importa lo hermosa que sea, su belleza no es para su propia gratificación, sino para el deleite de los hombres. Hemos sido creados para vivir para el prójimo. Esta es la razón misma de nuestra existencia. Existimos para otros, para un objeto, para una pareja. Este es el principio de todas las relaciones humanas en nuestra sociedad. Los padres existen para sus hijos y los hijos existen para sus padres. Luego tanto los padres como los hijos, cuando dan generosamente, se unen en un movimiento circular.
Este movimiento circular es el movimiento de la unidad. Cuando alguien da y recibe, la acción de dar y recibir crea un movimiento circular. El movimiento circular puede ser eterno, porque allí no hay ni principio ni fin. Toda la creación de Dios se basa en un patrón de movimiento circular, puesto que El creó para la eternidad. Nuestras caras son redondas, aunque existe una línea vertical central. Nuestros globos oculares son redondos y tenemos labios superiores e inferiores que forman una boca redonda. El sol, la luna, la tierra y todos los cuerpos celestes son redondos. Todos rotan sobre sus propios ejes y giran unos alrededor de otros. Todo en este universo obedece a una acción complementaria de dar y recibir entre sujeto y objeto. La acción de dar y recibir se produce entre las arterias y las venas y es así como la sangre circula a través del cuerpo. La enfermedad humana es el estado en el cual el equilibrio de la acción de dar y recibir se rompe y el movimiento circulatorio normal se detiene. Sin la existencia de esta acción de dar y recibir entre el sujeto y el objeto, y sin respetar este principio, nada dura eternamente. El universo existe en una continua acción de dar y recibir, yendo del núcleo interior al núcleo exterior de la existencia, e iniciando nuevamente todo el proceso. El poder de todo el universo está dentro del embrión más pequeño, luego el embrión germina y se da a todo el universo. Esta es la forma última de dar y recibir.
Cada persona resulta pequeña comparada con el tamaño del universo. Sin embargo, siente la necesidad de vincularse con todo el universo. ¿Por qué sentimos esa necesidad? Debe existir una razón para ello. Es porque el vasto universo está realmente ligado a cada pequeña vida. El universo se relaciona con cada embrión, con el origen de cada persona y luego cada embrión se expande hacia el universo. El universo penetra en cada uno y cada uno se relaciona con el universo, como una espiral de movimiento continuo desde dentro hacia fuera. Toda existencia que se base en el principio de Dios de la acción armoniosa de dar y recibir es una buena existencia.
Entonces, ¿qué es la maldad? La maldad es el surgimiento del egoísmo en este mundo. Si un individuo parte en su propia dirección, esa persona puede decir "Quiero existir para mi. Este es mi universo y existe para que yo me gratifique al máximo". Cuanto más se mueva esa persona, más destrucción le acarreará al universo. Si hubiera un número suficiente de hombres y mujeres que siguieran este ejemplo, todo sería destruido. El orden y la armonía de todo el mundo se verían arruinados por una actitud de "amor a la libertad" de este tipo. El principio de Dios de dar con generosidad se transformó en un principio contrario a Dios, de tomar egoístamente. La posición contraria a Dios de desear ser servido en lugar de servir quedó así establecida.
La fuente de todo el mal es Satán. El estaba en la posición de servir a Dios, pero en lugar de ello, se presentó como otro dios y subyugó al hombre y a la mujer para su propio beneficio. Dios es la fuerza positiva absoluta en el universo. Entonces Satán se presentó como otra fuerza positiva. Dos fuerzas positivas se repelen naturalmente. Satanás es un arcángel caído. Abandonó su posición de fiel servidor de Dios y de Sus hijos, desafió a Dios y compitió con él. Su motivación fue el egoísmo. De su egoísmo provino el mal y el pecado.
Lo que sucedió fue que Eva cayó de su posición de primera hija de Dios, convirtiéndose en la primera víctima de Satanás y transformándose en una criatura de egoísmo. Juntos Eva y Satán lograron atraer a Adán a su mundo egoísta. Cometieron pecado a través de una relación amorosa ilícita e inmoral. ¿Y cómo era la relación amorosa entre ellos? Todo debía empezar con Dios. Luego pasaría a Adán y Eva y luego al arcángel. Pero las cosas sucedieron al contrario, primero el arcángel, luego Eva y Adán.
Desde el punto de vista del arcángel, tanto Eva como Adán estaban en la posición de su Señor. Esto significa que el arcángel sedujo a Eva, la esposa prometida a su Señor. Después de esa vergüenza Eva quiso justificar su pecado y tentó a Adán haciéndolo cometer el mismo pecado. Todos ellos desafiaron a Dios. ¿Si usted estuviera en el lugar de Dios, qué haría? ¿Podría perdonarlos simplemente? ¿Podemos decir que Dios hace las cosas al azar sin seguir ninguna ley o principio? Decimos que Dios es absoluto, ¿pero debe esto entenderse en el sentido de que puede perdonarlos en una forma que pueda ser mala? Sabemos que Dios es un ser absoluto solo en aquellos aspectos que son buenos.
La intención original de Dios al crear a Adán y Eva, al Arcángel y a toda la creación ha sido invalidada. Pero Dios no los puede abandonar y pisotear. Dios era el Señor y el Creador de todas esas personas y cosas; así, el pecado se cometió dentro de Su familia. De modo que era natural que Dios se apenara por lo que ocurrió. El estaba avergonzado también. En su propia familia, si usted comete un pecado, o si su madre comete un pecado, ¿su padre se sentiría honrado o avergonzado? Entonces, ¡cómo no estaría de apenado Dios al tener esa clase de hijo e hija y esa clase de servidor! Sentía remordimientos, pena y rabia. A la luz de todo esto podemos decir que Dios es un Dios apenado y un Dios avergonzado. Es un Dios que ha probado la amargura del pecado. Si su hijo o hija han pecado, usted siente que es usted el pecador.
A raíz de este trágico acontecimiento, Dios fue aislado por el hombre y la mujer en el Jardín del Edén. Este es el significado de la versión del Génesis acerca de la caída. La historia humana empezó mal, sin Dios. Las bases para la historia de maldad de la raza humana estaban sentadas, y Satanás quedo establecido como el gobernador de este mundo. Debemos comprender claramente lo que hizo Satanás. Satanás robó y destruyó el único elemento que Dios estaba tratando de perfeccionar con el hombre y la mujer: Su amor. La relación de amor entre Dios y Sus hijos quedó destrozada. El egoísmo nació al comienzo de la historia humana, y ahora nuestro mundo está repleto de asesinatos, mentiras y robos. Todas estas acciones en el mundo del mal están motivadas por el egoísmo.
El mal subyuga a otros en su propio beneficio, mientras que el bien se sacrifica por el beneficio de otros. Desde la caída del hombre, el trabajo de Dios ha consistido en la restauración de la bondad original. Dios desea abolir el mundo del mal y recrear el mundo del bien. Hemos perdido nuestra salud. Nos hemos convertido en personas enfermas. La salvación de Dios es, por lo tanto, la restauración de los seres humanos a un estado saludable una vez más. Este mundo, que es el reino del infierno en la tierra, es un lugar que necesita un salvador.
Cuando los seres humanos consuman su vida en el infierno sobre la tierra, al ser elevados al mundo espiritual no pueden tener otro destino que el infierno. Permítaseme una analogía. En el otoño se cosechan manzanas hermosas, pero si una de esas manzanas está podrida el granjero se deshará de ella. No hay lugar para ella. Estas personas que terminan en el infierno son basura humana a los ojos de Dios. Una manzana puede tener la piel dañada, y sin embargo su interior puede estar bueno, mientras que otra puede tener buen aspecto, pero estar podrida adentro y no valer nada. Los seres humanos pertenecen a la segunda categoría. No hay posibilidad de que una persona que ha caído y está corrompida por dentro sea salvada fácilmente.
Aunque la superficie de una manzana esté algo dañada, si sus semillas están intactas, todavía tiene valor. Sin embargo, con los seres humanos sucede lo contrario, ya que están intactos en su exterior, pero podridos en su interior. Después de la caída los seres humanos vieron pudrirse su interior.
Dios sembró la semilla del bien, pero antes de que El pudiera recoger su fruto, Satanás invadió con su semilla del mal y cosechó su fruto maligno. Por esta razón, Dios debe volver a sembrar la semilla del bien. Para este trabajo Dios necesita ciertas herramientas. Las religiones del mundo han sido las herramientas de Dios. A través de la historia, las religiones buenas han enseñado la forma de vivir de Dios, centrada en el amor sacrificado y el deber. Es así que el cristianismo puede ser considerado como la religión más avanzada y progresista porque enseña este amor sacrificado y este deber en una forma suprema.
En la historia hay muchas enseñanzas. Una es que si alguien nos trata mal, debemos pagarle con la misma moneda: ojo por ojo, diente por diente, muerte por muerte. Sin embargo, la enseñanza más revolucionaria fue la de uno que dijo "Ama a tu enemigo y reza por aquellos que te persiguen". No es necesario decir que se trata de Jesucristo
¿Jesús hablaba por sí mismo, o estaba enseñando de acuerdo a la voluntad de otro, negando su propio ego? ¿Qué pensáis vosotros? Jesús no estaba proclamando su propio mensaje. Por encima de él estaba Dios. La enseñanza de Jesús era la enseñanza de Dios; su reacción emocional ante las cosas no era la suya propia. Esto significa que las declaraciones que hizo Jesús eran de Dios, y en Dios se puede confiar en un cien por ciento.
En última instancia, podemos concluir que en este universo existe un solo ser en el que se puede confiar totalmente: Dios; y Sus características se manifestaron a través de Jesucristo.
Jesús vino como un salvador, pero su enseñanza fue "...el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir ... " (S. Mateo 20:28) Jesús enseñó que el amor más grande del universo es dar la propia vida por nuestros enemigos. La enseñanza de la Biblia es contraria a la regla común en nuestra sociedad. Es exactamente lo opuesto de aquello que es habitual en este mundo egocéntrico. La Biblia nos enseña la generosidad completa y el sacrificio total. "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará". (S. Mateo, 10:39). Parece casi insensato pensar seriamente en vivir de esta forma en nuestra sociedad maligna. Pero una vez que se aprende el principio de Dios, se descubre que no existe en realidad sabiduría mayor que ésta.
Las enseñanzas de Jesucristo llegan hasta el núcleo mismo de esta verdad fundamental. Cuanto más demos, más recibimos. Dios recompensa la generosidad total con el amor total, y el sacrificio total con la vida total. El dar crea el espacio para que penetre el amor de Dios. Cuanto mayor sea el espacio y cuanto mayor sea el vacío creado por su acción de dar, tanto más rápido se sentirá usted repleto con el flujo del amor de Dios.
Para que lo traten bien a usted, primero debe tratar bien a otros. Se recoge lo que se siembra. Siembre el mal para recoger el mal; siembre el bien para recoger el bien. Su preocupación debe ser como dar, y como dar bien. En cuanto a lo que reciba en cambio, debe confiar en Dios. El se ocupará de eso. Todos tenemos solo una vida; al final de su vida, la pregunta sería que usted deberá contestar es cuan bien amó usted en realidad a Dios. La pregunta ya fue planteada por Jesús, tal como se registra en la Biblia. El les pedía a las personas que lo amarán más que a sus propios cónyuges o hijos o cualquier otra persona.
El amor es de diferentes calidades. ¿Cuál es la medida de amor que debemos satisfacer antes de estar realmente calificados para decirle a alguien "Te quiero"? Usted debe saber cual es su situación respecto a esa norma. La medida de amor de Jesús fue más allá de todo en la vida de una persona: los seres queridos y las cosas que amamos - todo. Cada persona tiene un lazo en su propio ambiente, familia, país y mundo. Todo eso debía ser abandonado, de ser necesario, para amar a Jesús; esta es la medida definida que se da en la Biblia.
Quizás usted piense en estas cosas y rece con esta actitud, pero la verdadera prueba está en la forma en que usted vive su vida. Consideremos el caso de un hombre bueno y un hombre malo. Supongamos que hay un hombre que tiene diez amigos. Día tras día este hombre sirve generosamente a sus diez amigos. La gente no puede dejar de amarlo. Puede convertirse en el mejor amigo de diez personas. Entonces su influencia se extenderá a los parientes y amigos de esas diez primeras personas. Al dar y servir generosamente este hombre se vuelve próspero. Es un centro de armonía y unidad porque vive el principio de Dios. La generosidad trae la prosperidad. He aquí un hombre bueno.
Pero supongamos que, por el contrario, este hombre les dice a sus amigos "Ustedes diez, tráiganme todo a mi; ustedes están aquí para servirme". Antes de que les diga esto tres veces a sus amigos, todos terminarían cualquier vinculación con él. Pronto se encontraría solo. ¿No es esto cierto, aún en nuestra sociedad? Es universalmente cierto: una doctrina egocéntrica, una filosofía egocéntrica, una forma de vida egocéntrica lo lanzará a usted de lleno por el trágico camino de la autodestrucción. Pero si usted vive su vida sirviendo a otros, hallará la prosperidad. Podrá parecerle que ese camino lo conducirá a la ruina, pero no será así. La única razón por la que no siempre le traerá prosperidad es que usted no diera hasta el fin. Por la mitad usted súbitamente se vuelve escéptico. Cambia de opinión o se apiada de sí mismo y se aparta así de la ley de Dios de generosidad total. El buen resultado nunca se materializa. La generosidad total es el camino de la prosperidad porque es el camino de Dios.
Si un individuo se sacrifica a sí mismo por otro individuo, ese individuo se convierte en un héroe para otros. Si una familia se sacrifica por el bienestar de otra familia, entonces esa familia se transforma en una familia heroica entre todas las familias. Los pueblos y las naciones que se sacrifican a sí mismos para beneficio de otros se convierten en campeones de naciones. Un hombre que da su vida por sus padres es un hijo piadoso. Un hombre que da su vida por su nación es un patriota. Y un hombre que da su vida por toda la humanidad es un santo.
El designio de Dios no es que el individuo vaya en una dirección, la familia en otra, y la nación y el mundo por otra distinta. El verdadero camino de la vida comienza con el individuo pero luego continua hasta el nivel universal. Debemos pasar por varias etapas, incluyendo el mundo espiritual. Siempre hay una prueba que pasar en cada nivel antes de avanzar más allá. ¿Quién pone la prueba? No es Dios, sino Satanás y el mundo satánico los que lo ponen a prueba. Satanás está en la posición de fiscal mientras que Dios está en la de juez y usted es el demandado. Jesucristo es su abogado defensor. Hay un tribunal en cada nivel de su camino y finalmente Dios, el soberano universal, tiene Su propio tribunal. Nadie puede escaparse de comparecer allí.
Los cristianos predican el amor a nuestros enemigos, pero Jesús también dijo que debíamos amar a nuestro, vecino. ¿Quién es el vecino más cercano de un cristiano? Ciertamente, otro cristiano. ¿Pero lo están haciendo? ¿Aman los católicos a los mormones? ¿Aman los Testigos de Jehová a los Metodistas? No importa que nos llamen herejes; quienquiera que practique este principio de amar a sus enemigos está más cerca de Dios y es cristiano ortodoxo. Eso es lo que creo. El amor puede unir. Si los cristianos practican el amor entonces nos podemos unir con los cristianos y los cristianos pueden unir a todas las religiones del mundo.
¿Son herejes los moonies o no? ¿Cómo puede usted saberlo? Si usted les dice a los cristianos del mundo lo que es la Iglesia de la Unificación, pueden decir que usted es un hereje. Lo importante es heredar la verdadera tradición y espíritu del cristianismo, sin embargo, y siempre que heredemos esa doctrina y la practiquemos, seremos los más ortodoxos.
Aunque los propios cristianos hayan violado muchas de las leyes de Dios, siguen juzgando a otros, llamándolos herejes o anticristos. Algunos cristianos insisten en que la Iglesia de la Unificación es falsa y herética, pero ¿están calificados para juzgar? ¿Les dio Dios autoridad para ello? Si los cristianos sólo se preocupan por su propia iglesia, serán juzgados por las personas que viven más allá del circulo de su propia religión, las personas que se dedican totalmente a servir a Dios.
Jesucristo proclamó esta misma verdad. El luchó por el cumplimiento de la verdad de Dios sobre la tierra. No vino para satisfacer el propósito egoísta de su nación, sino para lograr la salvación del mundo entero.
Dios deseaba que la nación elegida de Israel sirviera como el instrumento preparado para el Mesías para su misión de salvación del mundo. La nación de Israel no sabia esto. Algunos pensaban que la llegada del Mesías suponía el advenimiento de un líder militar que restauraría el imperio político del Rey David para gloria de los judíos. ¡Cuán equivocados estaban!
Podría pensarse que Dios está interesado en sólo una familia o una nación en particular. Hasta el presente, cuando la mayoría de los cristianos rezan fervientemente, llevando una vida piadosa, ellos o ellas están luchando por la salvación individual, o a lo más, por la salvación de sus familias. Estamos acostumbrados a llegar hasta ahí, pero no a ir más allá. No nos hemos dado cuenta de que si realmente luchamos por establecer una nación regida por la verdad de Dios, nuestras familias y nosotros mismos quedaremos incluidos en ella. Al tomar en consideración cosas superiores, estas pequeñas áreas ya estarán salvadas o incluidas. Hoy el cristianismo está declinando, y ésa es la causa. Y si el cristianismo en su conjunto decae, aún la familia y el individuo estarán perdidos. Muchos cristianos creen que cuando el Señor venga por segunda vez, lo hará sólo para ellos o para su propia familia. ¿Se darán cuenta los cristianos de que cuando Dios venga de nuevo, establecerá toda una nación elegida por Dios, a modo de base desde la cual redimirá al mundo? ¿Existe un solo cristiano en el mundo que crea firmemente que cuando Cristo vuelva debe haber una base nacional establecida para que trabaje sobre ella? Si a usted le preguntaran qué es lo que quiere salvar, usted respondería inmediatamente no que desea salvarse a sí mismo, sino que desea salvar por lo menos a una nación. Porque usted sabe que si usted pudiera salvar a toda una nación, su familia estaría incluida en ella, y también usted. De modo que usted y su familia también se salvarían.
Si usted lo piensa, en los tiempos de Jesucristo esto también era cierto. Algunas personas en aquella época pensaban que Dios había preparado cuatro mil años de historia para enviar a Jesús a los judíos para salvar a esa nación. Ellos pensaban que cuando Jesús llegara, se vengaría de sus enemigos, y lo deseaban. Su nación dirigiría al mundo y todas las demás se pondrían de rodillas frente a ellos. Pero si usted estuviera en la posición de Dios, ¿desearía usted salvar al mundo entero, salvar a una nación o solamente a un individuo? La respuesta es clara.
¿Por qué se extendió el cristianismo en todo el mundo? Porque el espíritu de sacrificio de Jesús es el ideal de la providencia, y ése es el espíritu fundamental de la providencia de Dios sacrificarse por otros. El cristianismo ha sido muy perseguido, pero cuanto más se le perseguía, más prosperaba. Jesús no dejó ninguna ideología como el marxismo, sino que por el espíritu únicamente hizo tan gran efecto en el mundo. Esto lo hizo no solo Jesús, sino también la providencia de Dios y la cooperación y la voluntad del Propio Dios. Por lo tanto, lo mas importante es una nación que sacrifique todas las cosas por el mundo entero y por toda la humanidad. Desde esa nación provendrá un sistema desarrollado a partir del propio Jesús. Se desarrollará el futuro mundo ideal. La nación se sacrificara a sí misma y a su soberanía para beneficio del mundo entero. No existe una nación así sobre la tierra.
Los Estados Unidos están lejos de esta posición. El individuo y el individualismo son buenos, pero América y los occidentales ponen demasiado énfasis en estas dos cosas. Como resultado de ello, han perdido a su nación, su pueblo, su familia, sus padres, y hasta a sí mismos. Son como halcones que el viento arrastra.
El propósito ultimo de Dios no es la salvación de ningún individuo, iglesia o nación en particular. El propósito de Dios es salvar al mundo entero. Por lo tanto la verdadera iglesia debería sacrificarse a sí misma en beneficio del mundo. Dios sacrificó a Su hijo Jesucristo para salvar a la humanidad; el hijo unigénito de Dios fue sacrificado para salvar a la humanidad. ¿Estaría bien o estaría mal sacrificar si fuera necesario a la Iglesia de la Unificación para salvar a América y al resto del mundo? En el mundo hay gente que está muriendo y que sufre desesperadamente. Si ellos son sus hermanos y hermanas, entonces usted debe llegar hasta ellos y pedir por ellos. Los verdaderos cristianos deben estar dispuestos a sacrificar sus propias vidas para la salvación del mundo y de la humanidad. Sin embargo, muchas de las enseñanzas cristianas de hoy en día están centradas en sí mismas. Muchos cristianos están buscando su propia salvación personal; están clamando por "mi salvación" y "mi cielo". Esto es contrario a la verdad de Dios y contrario al ideal de Dios. Debemos dar, amar, sacrificarnos, y vivir por el bien de otros en forma constante.
¿Podremos encontrar una nación así en la tierra? No existe una nación como ésta que se sacrifique a sí misma. Por lo tanto , la religión debe sacrificarse a sí misma. La religión debe sacrificarse a sí misma por una nación, y esa nación debe sacrificarse a sí misma por el bien del mundo.
Y el mundo debe sacrificarse por el bien de Dios. De esa forma se podrá alcanzar el ideal de Dios de un mundo unido. Si esa religión está en América, entonces debe sacrificar todo cuanto posee para salvar a América. Esa religión no deberá luchar para multiplicar sus iglesias, sino que deberá trabajar para salvar a la nación, sacrificando a sus propias iglesias. Si trabaja con ese espíritu, entonces esa nación se convertirá a esa religión y finalmente se unirá con ella. Y cuando esa religión se una con su nación, deben avanzar para salvar al mundo, sacrificándose a sí misma. Por lo tanto, sin sacrificio, la voluntad de Dios no puede ser realizada.
Estamos en posición de tener que liberar el corazón de Dios, que ha estado muy dolorido debido a la caída del hombre. Debido a la caída, Su felicidad ha estado comprometida, de modo que debemos liberarlo y aliviar Su pena, consolarlo. Sin estar conscientes de este hecho , los cristianos o los miembros de cualquier otra religión le han estado pidiendo a Dios que los libere y que haga esto y aquello por ellos, sin tener noción de que somos nosotros en cambio quienes tenemos que liberar a Dios.
La Iglesia de la Unificación se creó en esta tierra con esa misión, de liberar el corazón de Dios. La cuestión o problema más importante es cómo aliviar su corazón restaurándonos a nosotros mismos a nivel individual, familiar, nacional y mundial. Lo que Dios desea no es el mundo tal cual es, no es el cristianismo tal cual es. Desea que el mundo y el cristianismo y Su pueblo liberen Su corazón, conscientes del hecho de que Su corazón es presa de la pena, o de la tristeza. ¿Cuántos cristianos hay que pensaron en eso?. ¿Existió alguna vez una nación elegida de Dios en la que la gente haya estado pensando en liberar el corazón de Dios de la pena?
Todos debemos trabajar por el modo de vida ideal. Yo existo para mi familia, mi familia existe para nuestra sociedad, nuestra sociedad existe para nuestra nación, nuestra nación existe para el mundo, todo el mundo existe para Dios, y Dios existe para usted y para mí, para toda la humanidad. En este gran circulo de dar y recibir hay armonía, unidad, y existe un proceso natural de prosperidad creciente. Más aún, puesto que en este circuito toda existencia cumplirá con su propósito de creación, existe una abundante y profunda alegría. Este es el reino de los cielos, desbordante de sentimientos de felicidad.
En nuestro mundo, el egoísmo lo arruina todo. El egoísmo en la familia acarrea la falta de armonía, que luego se traduce en amargura y peleas. Cada uno desea ser servido en lugar de servir a otros. Las esposas les dicen a sus maridos lo que deben hacer y luego tratan de ser servidas. Los maridos quieren que los sirvan sus esposas. Los padres esperan servicios de sus hijos y los hijos dan por sentado que sus padres deben servirlos. Esto está demostrado en nuestras familias, en nuestras sociedades y en nuestras naciones.
Si los seres humanos se amaran, no habrían deseado separarse, habrían deseado acercarse y abrazarse y hablar entre sí; dondequiera que fueran desearían asociarse e ir de un lado a otro, y no habrían olvidado su propia lengua Pero si existe falta de armonía, si hay peleas, usted no desea estar con su oponente; usted quiere ir para este lado si el desea ir para aquel, y usted jamás comería lo que preparó su adversario. La causa de la falta de armonía reside en la caída.
En este mundo actual las naciones existen solamente para sus propios intereses nacionales. Maquinan, se confabulan, estafan y mienten. Destruyen a otras naciones para su propio beneficio. ¿Existe siquiera una sola nación en la tierra que le prometa a Dios: "Dios, tu puedes usar esta nación como tu sacrificio y como tu altar, si esa es la forma en que puedes salvar al mundo"? Díganme, ¿existe esa nación? ¿En donde?
Es un hecho reconocido que cuando América demostró su espíritu de servicio y de sacrificio para cumplir con su deber en el mundo, y se esforzó por ayudar a otros que lo necesitaban - cuando América dio vidas, dinero, y tendió su mano, disfrutó de una edad de oro. Pero ahora América tiene una actitud egoísta. Los problemas internos son hoy muy severos. América está pasando por un momento crucial. Hoy hay cada vez más divisiones, mayor corrupción, y más y más cantidad de flagrante inmoralidad, que ahogan a esta tierra.
No estoy diciendo estas cosas simplemente para criticar a América. Estoy proclamando la verdad divina que Jesús reveló hace dos mil años.
Yo fundé la Iglesia de la Unificación. Si la Iglesia de la Unificación existe solamente para el beneficio o el bienestar de la propia Iglesia de la Unificación, entonces está condenada a perecer. Yo fundé la Iglesia para poder dar mi vida, mi corazón, y mi alma para el progreso de la salvación del mundo. Les enseño a los miembros de esta Iglesia a tener como única motivación el deseo de servir a otros, de salvar a esta nación y al mundo.
No todas las religiones son buenas. Hay religiones centradas en Dios y religiones centradas en Satanás. ¿Cómo podemos distinguir entre ambas? Podemos distinguirlas observando sus acciones. Aquellas religiones que tratan de lograr las posiciones más fuertes y conquistar a los débiles son las religiones malas. Las buenas religiones siempre tratan de ocupar la posición inferior y tratan de sacrificarse y servir. La religión de una nación debería inspirarla a trabajar por el bien del mundo, y no solamente para sí misma. Una religión buena trata de promover el espíritu de servicio en todo el mundo.
Jesús no les enseñó a sus discípulos a tomar represalias. Les dijo: ". . . a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra; . . . y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos." (S. Mateo, 5: 39,41) Nunca se deben tomar represalias; todo lo que se debe hacer es dar completa y totalmente, y luego Dios nos lo devolverá aún con mayor abundancia.
El mayor enigma de la historia es cómo el nombre de Jesús, ese hijo de carpintero, desconocido y sin educación llegó a ser conocido en todos los hogares en los últimos dos mil años. Jesús no fue bien aceptado durante su vida. No tenia una educación formal y su aspecto era humilde y pobre. Se hacia amigo de los pescadores del mar de Galilea, de los recaudadores de impuestos y de las rameras. Cuando Jesús fue de pueblo en pueblo con ellos, diciendo cosas asombrosas e inauditas, la gente penso que estaba loco y que era peligroso. Finalmente lo crucificaron.
¿Cómo pudo el nombre de un hombre así llegar a ser universalmente conocido durante dos mil años? Jesús vivió de acuerdo con la formula de Dios. Es un hombre universal en este aspecto y esto es lo que lo distingue. Fue totalmente y absolutamente una persona publica que abarcó al universo. Así es precisamente como Dios ha estado viviendo a través de la historia. Las filosofías de Dios y de Jesús fueron absolutamente paralelas, y después de la muerte de Jesús, Dios llevó su nombre a todos los rincones del universo.
Cuando Jesús fue crucificado, los soldados romanos lo atravesaron con sus lanzas. Y Jesús rezo por sus enemigos: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." (S. Lucas 23:24). Aún en el momento de morir en la cruz Jesús fue tan sincero en su perdón. Su ultimo acto fue motivado por su amor hacia sus enemigos. Su mente compasiva se apiadaba no sólo de su propio pueblo, sino también de los enemigos de su pueblo. Encarnó la suprema forma de dar - un modelo de amor. No estaba rezando solamente por ese soldado romano que le clavaba su lanza; rezaba por el perdón de todo el Imperio Romano. Llego con una misión universal, internacional, que no iba dirigida a una sola alma o a un solo grupo. Hoy muchos cristianos están buscando su propio Cielo, su "pequeño espacio allá arriba", pero ésa no es la forma en que lo ve Dios. O se gana todo el mundo, o nada puede ganarse.
Aquellos que se sacrifican a sí mismos por el bien de la humanidad merecen ser llamados hombres y mujeres de verdad. Jesús fue el hombre que se sacrificó a si mismo por la humanidad. Jesús fue el primero en comprender el hecho de que debía morir por Dios, la nación de Dios y todos los pueblos de Dios. Por lo tanto, la gente admira a Jesús, y Dios lo ama. Pero el amor de Dios y el amor humano verdadero fueron revelados a través de Jesús. Un nuevo mundo comenzó a partir de Jesús. El ejemplo de Jesucristo es el patrón absoluto para toda la humanidad. Imaginen toda una nación compuesta de hombres y mujeres semejantes a Jesucristo. ¿Cómo la llamarían? El Reino de los Cielos sobre la tierra no podría ser nada menos que eso.
Jesucristo reinó sobre todo lo viviente debido a su forma de amar, de dar y de sacrificarse sin precedentes. Seguirá siendo el Señor para siempre. De la misma forma, nadie en este universo supera el amor y la entrega totales de Dios. De modo que Dios es Dios para siempre. Reina sobre toda la creación.
Consideremos la caída de Roma. Todo el Imperio Romano resulto derrotado frente al ejercito sin armas, el ejercito de Jesucristo. ¿Con qué medios conquistaron Roma los cristianos? La conquistaron con amor, con sacrificio, y con la entrega total, aún a costa de sus propias vidas. La historia es testigo de que ningún imperio puede resistir ante el ejercito del amor que se sacrifica. Y esta historia se repetirá.
La humanidad no distingue con claridad la definición de lo bueno y lo malo. No estamos seguros de donde debe estar nuestro compromiso, de cuando debemos actuar, de donde debemos servir. Esta ha sido la fuente de la mayor confusión en las vidas humanas. No debemos convertirnos en los cristianos que simplemente anhelan fervientemente su propio bienestar. Como cristianos, debemos vivir la vida de Jesús y darnos totalmente para beneficio de otros, de modo que otros puedan vivir. Este es el designio de Dios.
El mundo actual evoca la ira de Dios. Merece en verdad su juicio inflexible. Pero Dios es amor, y El es paciente. Dios está reprimiendo Su ira porque El desea salvarnos. Nos está dando la oportunidad de cambiar. Está esperando.
Sé que la cultura occidental se caracteriza por su individualismo. Les advierto, el individualismo egoísta está condenado. El individualismo de sacrificio florecerá. La individualidad en sí misma es buena. Dios le dio a cada uno de nosotros una forma única de servir. Pero el individualismo sin Dios sólo puede construir castillos sobre la arena de la decadencia.
Veo un gran cambio, una nueva gran oleada revolucionaria llegando a América - no con fuego ni con balas, sino con la verdad de Dios avivando la revolución del corazón humano. He llegado hasta aquí para encender esta revolución espiritual. La respuesta última no son las manifestaciones o las batallas legales. La respuesta está en los corazones de los hombres y de las mujeres, en la revolución pacifica que nos llevara del egoísmo a la generosidad.
¿Pueden imaginar cuán hermosa será la sociedad ideal? Los individuos pertenecerán a sus familias, la familia pertenecerá a la sociedad, la sociedad pertenecerá a la nación, la nación pertenecerá al mundo, el mundo le pertenecerá a Dios, y Dios le pertenecerá a usted. La persona que más dé será la que conozca más profundamente a Dios.
Algunas personas podrán decirme: "Reverendo Moon, usted tiene unas teorías interesantes, pero su contenido teológico debe ser examinado con mayor atención". Pero esto se basa en un malentendido con respecto a mi. Hablo a partir de la vida, no de la teoría. Les digo que estamos todos aquí para vivir la verdad, como Jesús vivió la verdad.
Esto no es una teoría, una filosofía o una doctrina teológica. Es la verdad final de Dios - no está para que se hable de ella, sino para vivirla.
Cuando un pueblo le infunde vida a esta verdad, ha de producir un cambio total sobre la faz de la tierra. Aunque en cierto sentido ustedes comprenden la verdad de las cosas que he estado diciendo, ninguno cree verdaderamente en ellas. Puesto que nadie cree en la verdad, nadie la vive nunca. Esta verdad es tan antigua como Dios, y tan nueva como el siglo veintiuno. Debéis vivir la verdad. Si la revelación del Principio de la Unificación ha convertido en realidad en vuestros corazones esta verdad inmemorial, entonces habéis descubierto en efecto una nueva verdad. La enseñanza de la Unificación está conmoviendo los corazones de millones de personas, mostrándoles el camino hacia nuestros muy reales Dios y Jesucristo. La gente en todo el mundo está aprendiendo que Dios es absoluto y perfecto, y que el Dios perfecto reclama seres humanos perfectos como Sus objetos. Jesús dijo: "Sea, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto." (S. Mateo 5:48) Está indicando claramente que nuestro patrón de valor es la perfección de nuestro Padre que está en los cielos. De otro modo no podemos ser los objetos de Dios y Dios no puede aceptarnos.
Todos nosotros deseamos ser perfectos. Todos deseamos el cielo en la tierra, pero preguntamos "¿Cómo se puede lograr?"
Nos preguntamos si es en realidad posible que los seres humanos seamos perfectos. Algunos afirman, con aparente justificación, que todo lo que hay que hacer es observar simplemente a la raza humana para ver el grave error de esta aspiración. Señalamos el pecado y el sufrimiento inherente a todas las cosas, aún las cosas que son mas sagradas. Decimos: "Sólo Dios es perfecto". Sin embargo, cuando comprendamos plenamente el designio de Dios para el hombre y la mujer en Su concepto de la creación, comprenderemos que la perfección está a nuestro alcance.
En el ideal de la creación de Dios fuimos creados para ser los templos de Dios, los templos del espíritu de Dios, en donde Dios es el amo. "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (I Cor. 3: 16)
Fuimos creados para ser los templos de Dios. Cuando alcancemos ese estado, dejaremos de tener una voluntad corruptible. Las fronteras y las leyes ya no serán necesarias, porque Su voluntad será nuestra voluntad. Con Su espíritu viviendo dentro nuestro completamente, nos moveremos solamente adonde El nos guíe. Entonces seremos perfectos, porque la fuerza que nos guiará y que nos dirigirá será la fuerza perfecta.
Cuando alcancemos esta meta final estaremos en perfecta unión con Dios. Ya no estaremos viviendo únicamente en el nivel humano, sino en el nivel divino. Tomaremos las cualidades de Dios porque el Espíritu morara en nosotros y nos poseerá como un templo perfecto; reflejaremos la virtud y el poder de Dios. Así podremos ser tan perfectos como el Padre que está en los cielos. Este fue el modelo original que Dios tenia destinado a la humanidad a través de Adán y Eva.
El matrimonio es el medio más importante de establecer el reino de Dios sobre la tierra. Adán y Eva fueron los primeros hijos de Dios. Nacieron de Dios, crecieron en Dios, y debieron madurar a la perfección en Dios. El designio de Dios era unir a Adán y Eva en matrimonio divino. Entonces hubieran procreado hijos sin pecado y se hubieran convertido en el padre verdadero y la madre verdadera de toda la humanidad. Hubieran sido los "Padres verdaderos", estableciendo el Reino de los Cielos en la tierra.
¿Existió este reino alguna vez? No. En lugar de ello, la historia se inició en la dirección equivocada. Desde la primera mala acción, Satanás ha sido el dios de este mundo. Por lo tanto, el propósito de la restauración de Dios, Su propósito de salvación, ha sido restaurar la familia perfecta de modo que El pueda tener verdaderamente su reino sobre la tierra. Para esto Dios necesitaba un modelo. ¿Quien podía establecer los criterios de perfección en la tierra?
Para satisfacer esta necesidad, vino el Mesías. La historia de la providencia de Dios es una historia muy triste. Para consolar el corazón de Dios y cumplir con Su obra, debemos comprender claramente Su proceso de restauración, y la insuficiencia de la respuesta humana a Dios, especialmente en la época de Cristo.
Jesús vino a la tierra para ser el Padre verdadero eterno de la humanidad. Es por eso que dijo que los verdaderos creyentes negarían a sus padres falsos, a la falsa sociedad y a las relaciones falsas - para volver a su padre verdadero. La esencia del cristianismo es la tradición del amor verdadero. Pero mientras se encontraba cumpliendo con esta importante misión, Jesús fue crucificado. No hubo posibilidad de que la tradición del verdadero amor alcanzara toda su plenitud en la época de Jesús, y Jesús no quedó establecido como el padre eterno antes de su crucifixión.
Cuando Dios creó a la humanidad, El colocó a Adán y Eva, el hombre y la mujer, en el Jardín del Edén. Ambos se unieron con Satanás y cometieron pecado, dejando así aislado a Dios. En el proceso de restauración, Dios debe restaurar tanto a Adán como a Eva. Jesús llegó como el Adán sin pecado o el Adán perfecto. Llegó como el Mesías, como el modelo de perfección en todos los niveles: el individual, el familiar, el tribal, el nacional, y el mundial. Vino a establecer el mundo perfecto en la época durante la cual vivió, y no sobre cierto numero de siglos. Es por eso que en I Corintios 15:45 se dice que Jesús es el "postrer Adán", el segundo Adán. Su primera misión era, por lo tanto, restaurar a su esposa y formar la primera familia de Dios. Todas las generaciones caídas se hubieran injertado en él como el olivo verdadero. Las familias, las tribus y las naciones centradas en Dios habrían sido restauradas de esa forma. La perfección hubiera reinado. El estado sin pecado del reino de Dios hubiera sido una realidad durante los pasados dos mil años.
¿Qué es lo que distingue a Jesús de todos los otros líderes religiosos? Primero, dijo que era el hijo unigénito de Dios, que poseía por lo tanto todo el amor de Dios. Cuando se tiene el primer hijo, él o ella son el centro de un tremendo desborde de nuestro amor. Si los seres humanos sentimos esta alegría extática con nuestro primer hijo, ¿qué no sucederá con Dios? Porque Dios ve Su propia imagen en su primer hijo y a través de él puede manifestar Su imagen a todo el mundo, puede comprenderse cuan crítica es esa persona. ¿Qué puede hacer ese hijo? ¿Necesita Dios únicamente un hijo? Dios sabía con antelación que El necesitaba un par, lo que incluía a una hija. Debemos hablar de la hija de Dios, especialmente aquí en América. Dios será más aceptado en este país cuando hablemos de Su hija unigénita también.
Un hijo que vive sólo seria como una persona con un solo pie. Jesús sabía que Dios esperaba a Su hija unigénita, de modo que Jesús procuró restaurar a una mujer en esa posición. Es por esto que uno de los temas centrales en el Nuevo Testamento es el de la esposa y el esposo. Los cristianos tienen que conformarse actualmente con una visión bastante abstracta de esta relación matrimonial, diciendo que tanto el hombre como la mujer están en la posición de esposos de Jesús, y no solo ellos, sino que también la Iglesia. ¿Qué tiene que ver la iglesia como institución con la esposa de Jesús? Sin duda que existe aquí cierto significado simbólico, pero el deseo ultimo de Dios es darle una esposa física a Su hijo.
¿Cómo podría Jesús besar a una institución? ¿Es cierto que vuestro presidente es una institución de tanta importancia que no sabe como dar un beso? ¿Son los grandes líderes tan grandes que no necesitan besar a nadie? Jesús fue el Rey de Reyes; en ese sentido fue la institución más grandiosa, en consecuencia debió permanecer célibe el resto de sus días, ¿verdad? No, era humano y necesitaba una esposa como el resto de los hombres. ¿Debería sentarse en su trono y proclamar el celibato como el modo de vida más sagrado, imponiéndoselo a sus súbditos? Una enseñanza así no tendría sentido.
Supongamos que Jesús hubiera recibido la bendición de una esposa perfecta, ¿creéis que porque era un hombre santo, Jesús siempre habría permanecido lejos de ella? ¿Hubiera besado a su esposa solo a modo de sacrificio o porque realmente quería demostrarle su amor? Como hombre sagrado ¿hubiera contemplado a su esposa de vez en cuando y se habría alejado luego, o habría sentido un profundo amor en su corazón para brindar a su esposa? ¿Habría sido un pecador si lo hubiera hecho?
Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios y para hacerlo tuvo que rehabilitar a su propia esposa. La totalidad del mundo cristiano se conmueve al oír esta revelación, y por ello, los cristianos me han llamado hereje. Jesús puede escuchar esta conversación que se lleva a cabo aquí en la tierra. ¿Creéis que sonreiría al escucharme decir que El debería haber tenido una esposa o creéis que permaneció célibe porque creyó que esa era la forma de vida más sagrada? ¿Quién creó al hombre y a la mujer y quién fue la madre de Jesús? Dios creó al hombre y a la mujer para que fueran uno, para que se casaran y vivieran como marido y mujer. Esa es la relación más sagrada de la creación Divina. El Génesis dice que Dios creo a Adán y Eva. Dios nunca dijo "es bueno" hasta que hubo creado a Adán y Eva. Muchas religiones predican el celibato. La Iglesia de la Unificación sostiene que la familia, y no el individuo, es la piedra fundamental del Reino de los Cielos.
Jesús no solamente dijo que El era el único Hijo de Dios, sino que también negó al mundo. No importa cuan hermoso o maravilloso pareciera el mundo, no significaba nada a los ojos de Dios, en consecuencia, el ministerio de Jesús tenia que comenzar con una negación del mundo. Jesús vino como el único hijo de Dios para restaurar a la Hija unigénita de Dios y crear la familia única, la nación y el mundo de Dios.
¿Cuál es el tema central de Dios, el que llegaría a conmover Su Corazón? Dios no necesita ni dinero ni poder. Cuando Jesús vino y se declaro el Hijo Unigénito de Dios, conmovió a Dios como nada antes lo había conmovido. Muchos hombres justos llegaron a la tierra 4.000 años antes que Jesús, pero si Dios hubiera preguntado a Jesús: "¿Crees que eres más grande que Moisés o que Abraham y que todos los demás?" Jesús le hubiera respondido que sí. Nunca existió antes otra persona que fuera la excepción a la afirmación de Jesús o que pudiera ser elegido para ocupar su lugar. Jesús estaba tan absolutamente seguro de ser el Hijo unigénito de Dios que nada lo hubiera hecho dudar. Un hombre así o una mujer así, nunca había existido antes.
Jesús conmovió el corazón de Dios y siempre estuvo dispuesto a aceptar cualquier instrucción de parte de Dios. Ningún otro santo ha logrado ese objetivo en forma tan perfecta. Todos los demás santos predicaron una forma de vida buena y la verdad, pero nadie lo hizo en forma tan absoluta tanto en lo que se refiere a la convicción de que Dios era su Padre como a la negación total del mundo como lo hizo Jesús.
Llamándose el Hijo Unigénito de Dios, Jesús quiso decir que El y Dios eran la única existencia verdadera y que su voluntad era cambiar al resto del mundo para que éste también tuviese una existencia verdadera. Lo primero que trató de recrear fue la Hija de Dios. Después intentó crear la familia, la sociedad, la nación y el mundo de Dios.
La campana nunca había tenido un sonido tan renovadoramente refrescante antes de la llegada de Jesús. El sonido de la campana de Jesús no sólo se escucho en el mundo, sino también en el mundo espiritual. Ese sonido atravesó la mente y el corazón de Dios, y ambos mundos resonaron juntos. Ese sonido conmovió a Dios y lo hizo sentir bien porque era el sonido del amor.
¿Por qué necesita El amor? Porque Dios quiere embriagarse con el regocijo del amor. Solamente el amor puede embriagarlo totalmente y provocarle un regocijo que conmueva al mundo. Ese regocijo no inspiraría solamente cantos y danzas, sino mucho más. Dios desea sentir el amor hasta el grado de poder olvidarse de Sí mismo y de Su dignidad Divina y poder transformarse totalmente en un niño.
Antes de que Dios enviara a Su paladín Jesucristo, preparó el campo con la nación elegida, Israel. Esas fueron las razones para la venida del Mesías. El pueblo y la nación de Israel podrían haberse perfeccionado si se hubieran unido a la llegada del Señor. El Reino de Dios podría haber sido una realidad física en aquel momento.
La intención de Jesús estaba solamente dirigida a la creación del Reino de Dios aquí en la tierra pero hablando prácticamente, ¿qué es el Reino de Dios? La Biblia no lo dice claramente, pero el Reino de Dios que Jesús trataba de construir aquí en la tierra, se basaba en una enseñanza muy simple. Tanto como amas a Dios, tu Padre, debes amar a tu país, a tu sociedad y a tu propio hogar. Cuando esa tradición de amor una a todos y cada uno de los aspectos de la vida, el Reino de Dios será realidad. Cuando todos rindamos culto a Dios como nuestro Padre, no quedara barrera alguna, ni fronteras nacionales ni de idioma ni de sectarismo. Todas las barreras deben desaparecer.
Si Jesús solamente hubiera venido a establecer una nueva religión entonces no hubiera sido el Mesías. En realidad a Jesús no le interesaba la religión, lo que si le interesaba era un Reino centrado en Dios y ese Reino no puede construirse a través de la religión. Ese Reino será construido por la familia. Jesús vino a crear la primera familia verdadera para traer a Dios a un hogar verdadero donde El habitaría como soberano, como el Padre verdadero. No hay otra forma de cumplir la voluntad de Dios. No existe otra forma de construir el Reino de Dios aquí en la tierra.
Pero esta nación no aceptó a Jesús. En lugar de una bienvenida encontró el rechazo a todos los niveles, se le negó a Jesús la oportunidad de tomar una esposa que ocupara la posición de Eva restaurada y de establecer la primera familia celestial centrada en Dios. En cambio fue clavado a la cruz. Así Jesucristo no pudo terminar su misión en la tierra. Y esa es la razón por la que Jesús prometio su segunda venida. Jesucristo debe volver a completar su misión como el Mesías. Permítaseme repetir: Jesús fue el Adán perfeccionado y su misión fue la salvación de la humanidad.
El paso más importante era restaurar a su esposa, Eva. Jesús era el hombre, Dios y Jesús formaban una unidad, pero el no era Dios, el Padre. Cuando vuelva a la tierra, va a hacerlo como hombre en la posición del tercer Adán.
Estas son revelaciones que Dios me hizo y quiero que vosotros entendáis bien los puntos más importantes. Dios quería que Adán y Eva se unieran en un matrimonio celestial en el Jardín del Edén. Como ello no sucedió en aquellos tiempos, Dios quiso que Jesús cumpliera con Su voluntad de llevar a cabo ese matrimonio. Pero tampoco Jesús lo hizo porque nadie creyó en él como el Mesías en la tierra.
Jesús fue el segundo Adán. Era la voluntad de Dios bendecirlo con el matrimonio celestial con la segunda Eva, su esposa restaurada.
Dios quiso traer a sus hijos a la tierra libres de todo pecado. Entonces, Jesús y su esposa se hubieran transformado en los Padres Verdaderos de toda la humanidad y toda la humanidad hubiera encontrado la vida uniéndose a ellos.
En el Apocalipsis, al final de la Biblia, se nos muestra claramente que el ideal de Dios es este hombre y esta mujer perfectos; cuando se regocijen uniéndose en el matrimonio sagrado, esta es una verdad universal. Una vez que Dios haya logrado que este ideal elevado se transforme en norma, entonces se multiplicarán los individuos y las familias de ese tipo, Dios se ha esforzado para lograr esto. En consecuencia éste es el más elevado ideal de Dios y de la humanidad. Este es el deseo más profundo de Dios y también el deseo más profundo de la humanidad. Sólo alrededor de este centro, todas las personas y Dios podrán vivir eternamente felices y como si fueran uno.
Jesús advirtió a las personas "Vosotros sois de vuestro padre el diablo" (San Juan 8:44) porque en el comienzo de la Historia humana nacimos como hijos de Satanás. Por medio de la restauración de los Padres verdaderos, renaceremos como hijos de nuestro Padre Celestial, Dios. Ello significara la salvación total como Sus hijos verdaderos, no la mera salvación como sus hijos adoptivos a la que se refiere San Pablo {Romanos 8:23)
No se cumplió la voluntad de Dios en los tiempos de Jesús. Esa es la razón por la que viene otra vez. En el libro del Apocalipsis está la profecía del matrimonio del Cordero. Esta boda se llevaría a cabo realmente. Los Padres Verdaderos de toda la humanidad vendrán en nuestros tiempos. Dios impondrá su verdadera Familia sobre la faz de la tierra. Todos estaremos facultados para traer hijos libres de pecado al mundo. Ello sucederá cuando Jesucristo reaparezca. Entonces comenzara el Reino de los Cielos en la tierra. Ese será el día de la esperanza, el día de la llegada del Señor en el Segundo Advenimiento.
Ese será el día en que el ideal original de Dios se realizara por primera vez. Será el día en que Dios habitara con hombres y mujeres. Dios estará lleno de regocijo. Su propio hijo perfeccionado como el tercer Adán comenzará una historia totalmente nueva sobre la tierra. En ese día nos transformaremos en imágenes vivientes de Dios. Dios traerá Su Reino a la tierra.
Esta realización última de la idea ha sido la esperanza tanto de Dios como de toda la humanidad. Os ruego de todo corazón que facilitéis la realización de esta esperanza en la eternidad de Dios.
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Nuestro primer paso para convertirnos en verdaderos hijos e hijas de Dios es comprender claramente la idea que Dios tiene de lo bueno y lo malo. ¿Qué es bondad y qué es maldad?
La eterna medida de lo bueno y lo malo está definida por Dios. La definición nítida de lo bueno existía en la época de Su creación, mucho antes de que la maldad apareciera en el Jardín del Edén. La idea de Dios de lo bueno y lo malo nunca cambiará. Dios es eterno, Su ley es eterna y Su definición es eterna e inmutable a pesar del paso del tiempo.
Es común que se considere al egocentrismo humano como la base de la maldad. Examinemos esta idea. Todos nuestros rasgos humanos se originan en Dios. Reconocemos que existe cierta tendencia humana hacia el egoísmo. Esto es natural porque en un tiempo Dios estaba centrado en Sí mismo. Este hecho puede sorprendernos, pero debéis comprender que antes de que Dios creara a los seres humanos y al universo, estaba solo y no tenía a nadie de quien preocuparse a excepción de Sí mismo. Sin embargo, en el mismo instante en que Dios inició la creación, Su concepto total de la vida surgió. Dios vive ahora para Su objeto complementario, no para Sí mismo.
¿Qué es la creación? La creación significa que el Creador, Dios, se proyecta a Sí mismo de forma material. Se encarnó a Sí mismo simbólicamente en el universo y se encarnó a Sí mismo directamente en el hombre y la mujer. La creación ocurre cuando Dios toma forma. Dios se invirtió a Sí mismo en la creación. La proyección de la energía, el ideal y el amor de Dios, es la creación.
En la Biblia, en el libro del Génesis, el proceso de la creación suena como algo simple y fácil. El Génesis nos da la impresión de que la creación de Dios se cumplió a través de alguna magia de Sus palabras. Dios simplemente dice "Que exista el mundo" y ¡zas!, aparece el mundo. Luego dice "Que exista el hombre" y ¡zas!, nacen Adán y Eva.
Pero ahora sabemos que no fue así de fácil. Dios empleó todo de Sí mismo en Su creación. No se reservó ni una onza de poder. La creación fue Su obra total, Su esfuerzo total al darlo todo de Sí mismo. Cuando Dios puso todo Su corazón y Su alma en la creación de Su objeto, se estaba empleando a Sí mismo en un cien por cien. Solamente así pudo crear Su segundo yo, el Dios visible.
Por lo tanto, después de Su creación, Dios ya no existía sólo para Sí mismo. Dios empezó a existir para Su hijo y Su hija, Adán y Eva. Existe para amar, para dar. Dios es la existencia totalmente generosa. Dios ya no puede existir solo. El amor y el ideal sólo adquieren significado cuando hay una relación complementaria entre dos partes. Dios inició la creación e hizo una inversión. No puede perder. Cuando Dios impulsó todo Su amor, vida e ideal en Su segundo yo, debería, en cierto sentido, obtener una ganancia. Dios sabía que al invertir todo lo que tenía al cien por cien, Su objeto maduraría y le devolvería multiplicados los frutos de Su amor, vida e ideal. Su objeto, el hombre y la mujer, lo son todo para Dios. La vida del objeto atrae a Dios. Dios desea ir a vivir con Su objeto sobre la tierra.
Consideremos ahora un ejemplo. Supongamos que existe un gran artista. Si trabaja al azar sin sentir su trabajo, no puede crear nada que valga la pena. Para crear la obra maestra de su vida, el artista debe poner todo su corazón y su alma en su creación. Esta es la única forma de poder producir una gran obra de arte. Si un artista trabaja de esta forma, su arte se convierte en su vida.
Dios es el más grande de todos los artistas. Cuando creó Su obra maestra, el hombre y la mujer, infundió (invirtió)Su corazón en el proceso. Invirtió Su alma, toda Su sabiduría y todo Su esfuerzo en él. Dios sólo deseaba existir para Adán y Eva y toda la humanidad. No escatimó ni una sola pizca de esfuerzo para crearlos. Así, la humanidad se convirtió en la vida de Dios.
Dios estableció el patrón para el universo. En un mundo ideal vivimos para los demás. El sujeto existe para el objeto y el objeto para el sujeto. La definición de Dios de la bondad es dar totalmente, es el servicio total y la generosidad absoluta. Debemos vivir nuestras vidas para los demás. Vivmos para otros y otros viven para nosotros. Dios vive para los seres humanos y nosotros vivimos para Dios. El esposo vive para su esposa y la esposa vive para su esposo. Esta es la bondad. Y aquí abundan la unidad, la armonía y la prosperidad.
Deseo que sepáis que el amor es el impulso más sagrado y supremo. Si alguien puede dar su vida por su esposa, es el más grande de los amantes. Del mismo modo, aquellos padres que dan su vida por sus hijos poseen el más alto grado de amor.
Debemos aprender las lecciones de amor que nos ofrece la naturaleza. Las personas más santas siempre han estado en estrecha vinculación con la naturaleza. Uno debería naturalmente desear salir cada día a mirar el cielo, los pájaros y los animales para recibir nuevas lecciones de amor. Nuestro hogar debe ser un hogar de amor, no sólo para nuestra familia sino también para las cosas de la naturaleza. Todas las criaturas, incluso los insectos, desearán convertirse en parte de nuestra "orquesta de amor". Tendremos plantas, animales, flores e insectos viviendo juntos con amor.
El universo da la bienvenida a los hombres y mujeres que consideran al amor como el valor supremo. ¿Hay alguien aquí que crea que me equivoco al decir esto? El amor es todopoderoso, es mayor que la propia vida. No existen adjetivos lo suficientemente amplios para describir el amor. Es absoluto, es inmutable, es hermoso, es dulce, sin embargo ninguna de estas palabras puede abarcar al amor. A través de toda la historia de la literatura y de la poesía, ¿qué es lo que más se ha ensalzado, la vida o el amor? ¿0 quizás el poder y el dinero constituyen el centro de la poesía? No, el amor es lo más valioso. La razón es muy simple y sin embargo quizás la mayoría de los poetas no la comprenden totalmente.
No hemos nacido para nuestro propio bien, sino para el bien de otros. Mientras que nuestra terminología sea "nosotros", el universo nos apoyará, pero tan pronto como comencemos a pensar en términos de "yo" y "mi", el universo se volverá en nuestra contra. En ultimo término, usted será expulsado del universo. ¿Puede usted quejarse de esta regla?
La belleza del matrimonio es que impulsa a las personas a pensar siempre respecto a si mismos en términos de otro. Del mismo modo, vivir en una familia nos exige que pensemos en términos de "nosotros". Los hijos piensan en sus padres, los padres piensan en sus hijos, cada hijo piensa en sus otros hermanos y hermanas.
¿Se molestarían los hombres si yo les dijera que han sido creados para las mujeres? Quizás alguno pueda sentirse orgulloso de su masculinidad y no desea oír hablar de esto. Pero este es el principio de la creación de Dios, y no debe apenarnos oír estas palabras. El hombre vive para su pareja, no para sí mismo.
Supongamos una mujer posee una gran belleza. No importa lo hermosa que sea, su belleza no es para su propia gratificación, sino para el deleite de los hombres. Hemos sido creados para vivir para el prójimo. Esta es la razón misma de nuestra existencia. Existimos para otros, para un objeto, para una pareja. Este es el principio de todas las relaciones humanas en nuestra sociedad. Los padres existen para sus hijos y los hijos existen para sus padres. Luego tanto los padres como los hijos, cuando dan generosamente, se unen en un movimiento circular.
Este movimiento circular es el movimiento de la unidad. Cuando alguien da y recibe, la acción de dar y recibir crea un movimiento circular. El movimiento circular puede ser eterno, porque allí no hay ni principio ni fin. Toda la creación de Dios se basa en un patrón de movimiento circular, puesto que El creó para la eternidad. Nuestras caras son redondas, aunque existe una línea vertical central. Nuestros globos oculares son redondos y tenemos labios superiores e inferiores que forman una boca redonda. El sol, la luna, la tierra y todos los cuerpos celestes son redondos. Todos rotan sobre sus propios ejes y giran unos alrededor de otros. Todo en este universo obedece a una acción complementaria de dar y recibir entre sujeto y objeto. La acción de dar y recibir se produce entre las arterias y las venas y es así como la sangre circula a través del cuerpo. La enfermedad humana es el estado en el cual el equilibrio de la acción de dar y recibir se rompe y el movimiento circulatorio normal se detiene. Sin la existencia de esta acción de dar y recibir entre el sujeto y el objeto, y sin respetar este principio, nada dura eternamente. El universo existe en una continua acción de dar y recibir, yendo del núcleo interior al núcleo exterior de la existencia, e iniciando nuevamente todo el proceso. El poder de todo el universo está dentro del embrión más pequeño, luego el embrión germina y se da a todo el universo. Esta es la forma última de dar y recibir.
Cada persona resulta pequeña comparada con el tamaño del universo. Sin embargo, siente la necesidad de vincularse con todo el universo. ¿Por qué sentimos esa necesidad? Debe existir una razón para ello. Es porque el vasto universo está realmente ligado a cada pequeña vida. El universo se relaciona con cada embrión, con el origen de cada persona y luego cada embrión se expande hacia el universo. El universo penetra en cada uno y cada uno se relaciona con el universo, como una espiral de movimiento continuo desde dentro hacia fuera. Toda existencia que se base en el principio de Dios de la acción armoniosa de dar y recibir es una buena existencia.
Entonces, ¿qué es la maldad? La maldad es el surgimiento del egoísmo en este mundo. Si un individuo parte en su propia dirección, esa persona puede decir "Quiero existir para mi. Este es mi universo y existe para que yo me gratifique al máximo". Cuanto más se mueva esa persona, más destrucción le acarreará al universo. Si hubiera un número suficiente de hombres y mujeres que siguieran este ejemplo, todo sería destruido. El orden y la armonía de todo el mundo se verían arruinados por una actitud de "amor a la libertad" de este tipo. El principio de Dios de dar con generosidad se transformó en un principio contrario a Dios, de tomar egoístamente. La posición contraria a Dios de desear ser servido en lugar de servir quedó así establecida.
La fuente de todo el mal es Satán. El estaba en la posición de servir a Dios, pero en lugar de ello, se presentó como otro dios y subyugó al hombre y a la mujer para su propio beneficio. Dios es la fuerza positiva absoluta en el universo. Entonces Satán se presentó como otra fuerza positiva. Dos fuerzas positivas se repelen naturalmente. Satanás es un arcángel caído. Abandonó su posición de fiel servidor de Dios y de Sus hijos, desafió a Dios y compitió con él. Su motivación fue el egoísmo. De su egoísmo provino el mal y el pecado.
Lo que sucedió fue que Eva cayó de su posición de primera hija de Dios, convirtiéndose en la primera víctima de Satanás y transformándose en una criatura de egoísmo. Juntos Eva y Satán lograron atraer a Adán a su mundo egoísta. Cometieron pecado a través de una relación amorosa ilícita e inmoral. ¿Y cómo era la relación amorosa entre ellos? Todo debía empezar con Dios. Luego pasaría a Adán y Eva y luego al arcángel. Pero las cosas sucedieron al contrario, primero el arcángel, luego Eva y Adán.
Desde el punto de vista del arcángel, tanto Eva como Adán estaban en la posición de su Señor. Esto significa que el arcángel sedujo a Eva, la esposa prometida a su Señor. Después de esa vergüenza Eva quiso justificar su pecado y tentó a Adán haciéndolo cometer el mismo pecado. Todos ellos desafiaron a Dios. ¿Si usted estuviera en el lugar de Dios, qué haría? ¿Podría perdonarlos simplemente? ¿Podemos decir que Dios hace las cosas al azar sin seguir ninguna ley o principio? Decimos que Dios es absoluto, ¿pero debe esto entenderse en el sentido de que puede perdonarlos en una forma que pueda ser mala? Sabemos que Dios es un ser absoluto solo en aquellos aspectos que son buenos.
La intención original de Dios al crear a Adán y Eva, al Arcángel y a toda la creación ha sido invalidada. Pero Dios no los puede abandonar y pisotear. Dios era el Señor y el Creador de todas esas personas y cosas; así, el pecado se cometió dentro de Su familia. De modo que era natural que Dios se apenara por lo que ocurrió. El estaba avergonzado también. En su propia familia, si usted comete un pecado, o si su madre comete un pecado, ¿su padre se sentiría honrado o avergonzado? Entonces, ¡cómo no estaría de apenado Dios al tener esa clase de hijo e hija y esa clase de servidor! Sentía remordimientos, pena y rabia. A la luz de todo esto podemos decir que Dios es un Dios apenado y un Dios avergonzado. Es un Dios que ha probado la amargura del pecado. Si su hijo o hija han pecado, usted siente que es usted el pecador.
A raíz de este trágico acontecimiento, Dios fue aislado por el hombre y la mujer en el Jardín del Edén. Este es el significado de la versión del Génesis acerca de la caída. La historia humana empezó mal, sin Dios. Las bases para la historia de maldad de la raza humana estaban sentadas, y Satanás quedo establecido como el gobernador de este mundo. Debemos comprender claramente lo que hizo Satanás. Satanás robó y destruyó el único elemento que Dios estaba tratando de perfeccionar con el hombre y la mujer: Su amor. La relación de amor entre Dios y Sus hijos quedó destrozada. El egoísmo nació al comienzo de la historia humana, y ahora nuestro mundo está repleto de asesinatos, mentiras y robos. Todas estas acciones en el mundo del mal están motivadas por el egoísmo.
El mal subyuga a otros en su propio beneficio, mientras que el bien se sacrifica por el beneficio de otros. Desde la caída del hombre, el trabajo de Dios ha consistido en la restauración de la bondad original. Dios desea abolir el mundo del mal y recrear el mundo del bien. Hemos perdido nuestra salud. Nos hemos convertido en personas enfermas. La salvación de Dios es, por lo tanto, la restauración de los seres humanos a un estado saludable una vez más. Este mundo, que es el reino del infierno en la tierra, es un lugar que necesita un salvador.
Cuando los seres humanos consuman su vida en el infierno sobre la tierra, al ser elevados al mundo espiritual no pueden tener otro destino que el infierno. Permítaseme una analogía. En el otoño se cosechan manzanas hermosas, pero si una de esas manzanas está podrida el granjero se deshará de ella. No hay lugar para ella. Estas personas que terminan en el infierno son basura humana a los ojos de Dios. Una manzana puede tener la piel dañada, y sin embargo su interior puede estar bueno, mientras que otra puede tener buen aspecto, pero estar podrida adentro y no valer nada. Los seres humanos pertenecen a la segunda categoría. No hay posibilidad de que una persona que ha caído y está corrompida por dentro sea salvada fácilmente.
Aunque la superficie de una manzana esté algo dañada, si sus semillas están intactas, todavía tiene valor. Sin embargo, con los seres humanos sucede lo contrario, ya que están intactos en su exterior, pero podridos en su interior. Después de la caída los seres humanos vieron pudrirse su interior.
Dios sembró la semilla del bien, pero antes de que El pudiera recoger su fruto, Satanás invadió con su semilla del mal y cosechó su fruto maligno. Por esta razón, Dios debe volver a sembrar la semilla del bien. Para este trabajo Dios necesita ciertas herramientas. Las religiones del mundo han sido las herramientas de Dios. A través de la historia, las religiones buenas han enseñado la forma de vivir de Dios, centrada en el amor sacrificado y el deber. Es así que el cristianismo puede ser considerado como la religión más avanzada y progresista porque enseña este amor sacrificado y este deber en una forma suprema.
En la historia hay muchas enseñanzas. Una es que si alguien nos trata mal, debemos pagarle con la misma moneda: ojo por ojo, diente por diente, muerte por muerte. Sin embargo, la enseñanza más revolucionaria fue la de uno que dijo "Ama a tu enemigo y reza por aquellos que te persiguen". No es necesario decir que se trata de Jesucristo
¿Jesús hablaba por sí mismo, o estaba enseñando de acuerdo a la voluntad de otro, negando su propio ego? ¿Qué pensáis vosotros? Jesús no estaba proclamando su propio mensaje. Por encima de él estaba Dios. La enseñanza de Jesús era la enseñanza de Dios; su reacción emocional ante las cosas no era la suya propia. Esto significa que las declaraciones que hizo Jesús eran de Dios, y en Dios se puede confiar en un cien por ciento.
En última instancia, podemos concluir que en este universo existe un solo ser en el que se puede confiar totalmente: Dios; y Sus características se manifestaron a través de Jesucristo.
Jesús vino como un salvador, pero su enseñanza fue "...el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir ... " (S. Mateo 20:28) Jesús enseñó que el amor más grande del universo es dar la propia vida por nuestros enemigos. La enseñanza de la Biblia es contraria a la regla común en nuestra sociedad. Es exactamente lo opuesto de aquello que es habitual en este mundo egocéntrico. La Biblia nos enseña la generosidad completa y el sacrificio total. "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará". (S. Mateo, 10:39). Parece casi insensato pensar seriamente en vivir de esta forma en nuestra sociedad maligna. Pero una vez que se aprende el principio de Dios, se descubre que no existe en realidad sabiduría mayor que ésta.
Las enseñanzas de Jesucristo llegan hasta el núcleo mismo de esta verdad fundamental. Cuanto más demos, más recibimos. Dios recompensa la generosidad total con el amor total, y el sacrificio total con la vida total. El dar crea el espacio para que penetre el amor de Dios. Cuanto mayor sea el espacio y cuanto mayor sea el vacío creado por su acción de dar, tanto más rápido se sentirá usted repleto con el flujo del amor de Dios.
Para que lo traten bien a usted, primero debe tratar bien a otros. Se recoge lo que se siembra. Siembre el mal para recoger el mal; siembre el bien para recoger el bien. Su preocupación debe ser como dar, y como dar bien. En cuanto a lo que reciba en cambio, debe confiar en Dios. El se ocupará de eso. Todos tenemos solo una vida; al final de su vida, la pregunta sería que usted deberá contestar es cuan bien amó usted en realidad a Dios. La pregunta ya fue planteada por Jesús, tal como se registra en la Biblia. El les pedía a las personas que lo amarán más que a sus propios cónyuges o hijos o cualquier otra persona.
El amor es de diferentes calidades. ¿Cuál es la medida de amor que debemos satisfacer antes de estar realmente calificados para decirle a alguien "Te quiero"? Usted debe saber cual es su situación respecto a esa norma. La medida de amor de Jesús fue más allá de todo en la vida de una persona: los seres queridos y las cosas que amamos - todo. Cada persona tiene un lazo en su propio ambiente, familia, país y mundo. Todo eso debía ser abandonado, de ser necesario, para amar a Jesús; esta es la medida definida que se da en la Biblia.
Quizás usted piense en estas cosas y rece con esta actitud, pero la verdadera prueba está en la forma en que usted vive su vida. Consideremos el caso de un hombre bueno y un hombre malo. Supongamos que hay un hombre que tiene diez amigos. Día tras día este hombre sirve generosamente a sus diez amigos. La gente no puede dejar de amarlo. Puede convertirse en el mejor amigo de diez personas. Entonces su influencia se extenderá a los parientes y amigos de esas diez primeras personas. Al dar y servir generosamente este hombre se vuelve próspero. Es un centro de armonía y unidad porque vive el principio de Dios. La generosidad trae la prosperidad. He aquí un hombre bueno.
Pero supongamos que, por el contrario, este hombre les dice a sus amigos "Ustedes diez, tráiganme todo a mi; ustedes están aquí para servirme". Antes de que les diga esto tres veces a sus amigos, todos terminarían cualquier vinculación con él. Pronto se encontraría solo. ¿No es esto cierto, aún en nuestra sociedad? Es universalmente cierto: una doctrina egocéntrica, una filosofía egocéntrica, una forma de vida egocéntrica lo lanzará a usted de lleno por el trágico camino de la autodestrucción. Pero si usted vive su vida sirviendo a otros, hallará la prosperidad. Podrá parecerle que ese camino lo conducirá a la ruina, pero no será así. La única razón por la que no siempre le traerá prosperidad es que usted no diera hasta el fin. Por la mitad usted súbitamente se vuelve escéptico. Cambia de opinión o se apiada de sí mismo y se aparta así de la ley de Dios de generosidad total. El buen resultado nunca se materializa. La generosidad total es el camino de la prosperidad porque es el camino de Dios.
Si un individuo se sacrifica a sí mismo por otro individuo, ese individuo se convierte en un héroe para otros. Si una familia se sacrifica por el bienestar de otra familia, entonces esa familia se transforma en una familia heroica entre todas las familias. Los pueblos y las naciones que se sacrifican a sí mismos para beneficio de otros se convierten en campeones de naciones. Un hombre que da su vida por sus padres es un hijo piadoso. Un hombre que da su vida por su nación es un patriota. Y un hombre que da su vida por toda la humanidad es un santo.
El designio de Dios no es que el individuo vaya en una dirección, la familia en otra, y la nación y el mundo por otra distinta. El verdadero camino de la vida comienza con el individuo pero luego continua hasta el nivel universal. Debemos pasar por varias etapas, incluyendo el mundo espiritual. Siempre hay una prueba que pasar en cada nivel antes de avanzar más allá. ¿Quién pone la prueba? No es Dios, sino Satanás y el mundo satánico los que lo ponen a prueba. Satanás está en la posición de fiscal mientras que Dios está en la de juez y usted es el demandado. Jesucristo es su abogado defensor. Hay un tribunal en cada nivel de su camino y finalmente Dios, el soberano universal, tiene Su propio tribunal. Nadie puede escaparse de comparecer allí.
Los cristianos predican el amor a nuestros enemigos, pero Jesús también dijo que debíamos amar a nuestro, vecino. ¿Quién es el vecino más cercano de un cristiano? Ciertamente, otro cristiano. ¿Pero lo están haciendo? ¿Aman los católicos a los mormones? ¿Aman los Testigos de Jehová a los Metodistas? No importa que nos llamen herejes; quienquiera que practique este principio de amar a sus enemigos está más cerca de Dios y es cristiano ortodoxo. Eso es lo que creo. El amor puede unir. Si los cristianos practican el amor entonces nos podemos unir con los cristianos y los cristianos pueden unir a todas las religiones del mundo.
¿Son herejes los moonies o no? ¿Cómo puede usted saberlo? Si usted les dice a los cristianos del mundo lo que es la Iglesia de la Unificación, pueden decir que usted es un hereje. Lo importante es heredar la verdadera tradición y espíritu del cristianismo, sin embargo, y siempre que heredemos esa doctrina y la practiquemos, seremos los más ortodoxos.
Aunque los propios cristianos hayan violado muchas de las leyes de Dios, siguen juzgando a otros, llamándolos herejes o anticristos. Algunos cristianos insisten en que la Iglesia de la Unificación es falsa y herética, pero ¿están calificados para juzgar? ¿Les dio Dios autoridad para ello? Si los cristianos sólo se preocupan por su propia iglesia, serán juzgados por las personas que viven más allá del circulo de su propia religión, las personas que se dedican totalmente a servir a Dios.
Jesucristo proclamó esta misma verdad. El luchó por el cumplimiento de la verdad de Dios sobre la tierra. No vino para satisfacer el propósito egoísta de su nación, sino para lograr la salvación del mundo entero.
Dios deseaba que la nación elegida de Israel sirviera como el instrumento preparado para el Mesías para su misión de salvación del mundo. La nación de Israel no sabia esto. Algunos pensaban que la llegada del Mesías suponía el advenimiento de un líder militar que restauraría el imperio político del Rey David para gloria de los judíos. ¡Cuán equivocados estaban!
Podría pensarse que Dios está interesado en sólo una familia o una nación en particular. Hasta el presente, cuando la mayoría de los cristianos rezan fervientemente, llevando una vida piadosa, ellos o ellas están luchando por la salvación individual, o a lo más, por la salvación de sus familias. Estamos acostumbrados a llegar hasta ahí, pero no a ir más allá. No nos hemos dado cuenta de que si realmente luchamos por establecer una nación regida por la verdad de Dios, nuestras familias y nosotros mismos quedaremos incluidos en ella. Al tomar en consideración cosas superiores, estas pequeñas áreas ya estarán salvadas o incluidas. Hoy el cristianismo está declinando, y ésa es la causa. Y si el cristianismo en su conjunto decae, aún la familia y el individuo estarán perdidos. Muchos cristianos creen que cuando el Señor venga por segunda vez, lo hará sólo para ellos o para su propia familia. ¿Se darán cuenta los cristianos de que cuando Dios venga de nuevo, establecerá toda una nación elegida por Dios, a modo de base desde la cual redimirá al mundo? ¿Existe un solo cristiano en el mundo que crea firmemente que cuando Cristo vuelva debe haber una base nacional establecida para que trabaje sobre ella? Si a usted le preguntaran qué es lo que quiere salvar, usted respondería inmediatamente no que desea salvarse a sí mismo, sino que desea salvar por lo menos a una nación. Porque usted sabe que si usted pudiera salvar a toda una nación, su familia estaría incluida en ella, y también usted. De modo que usted y su familia también se salvarían.
Si usted lo piensa, en los tiempos de Jesucristo esto también era cierto. Algunas personas en aquella época pensaban que Dios había preparado cuatro mil años de historia para enviar a Jesús a los judíos para salvar a esa nación. Ellos pensaban que cuando Jesús llegara, se vengaría de sus enemigos, y lo deseaban. Su nación dirigiría al mundo y todas las demás se pondrían de rodillas frente a ellos. Pero si usted estuviera en la posición de Dios, ¿desearía usted salvar al mundo entero, salvar a una nación o solamente a un individuo? La respuesta es clara.
¿Por qué se extendió el cristianismo en todo el mundo? Porque el espíritu de sacrificio de Jesús es el ideal de la providencia, y ése es el espíritu fundamental de la providencia de Dios sacrificarse por otros. El cristianismo ha sido muy perseguido, pero cuanto más se le perseguía, más prosperaba. Jesús no dejó ninguna ideología como el marxismo, sino que por el espíritu únicamente hizo tan gran efecto en el mundo. Esto lo hizo no solo Jesús, sino también la providencia de Dios y la cooperación y la voluntad del Propio Dios. Por lo tanto, lo mas importante es una nación que sacrifique todas las cosas por el mundo entero y por toda la humanidad. Desde esa nación provendrá un sistema desarrollado a partir del propio Jesús. Se desarrollará el futuro mundo ideal. La nación se sacrificara a sí misma y a su soberanía para beneficio del mundo entero. No existe una nación así sobre la tierra.
Los Estados Unidos están lejos de esta posición. El individuo y el individualismo son buenos, pero América y los occidentales ponen demasiado énfasis en estas dos cosas. Como resultado de ello, han perdido a su nación, su pueblo, su familia, sus padres, y hasta a sí mismos. Son como halcones que el viento arrastra.
El propósito ultimo de Dios no es la salvación de ningún individuo, iglesia o nación en particular. El propósito de Dios es salvar al mundo entero. Por lo tanto la verdadera iglesia debería sacrificarse a sí misma en beneficio del mundo. Dios sacrificó a Su hijo Jesucristo para salvar a la humanidad; el hijo unigénito de Dios fue sacrificado para salvar a la humanidad. ¿Estaría bien o estaría mal sacrificar si fuera necesario a la Iglesia de la Unificación para salvar a América y al resto del mundo? En el mundo hay gente que está muriendo y que sufre desesperadamente. Si ellos son sus hermanos y hermanas, entonces usted debe llegar hasta ellos y pedir por ellos. Los verdaderos cristianos deben estar dispuestos a sacrificar sus propias vidas para la salvación del mundo y de la humanidad. Sin embargo, muchas de las enseñanzas cristianas de hoy en día están centradas en sí mismas. Muchos cristianos están buscando su propia salvación personal; están clamando por "mi salvación" y "mi cielo". Esto es contrario a la verdad de Dios y contrario al ideal de Dios. Debemos dar, amar, sacrificarnos, y vivir por el bien de otros en forma constante.
¿Podremos encontrar una nación así en la tierra? No existe una nación como ésta que se sacrifique a sí misma. Por lo tanto , la religión debe sacrificarse a sí misma. La religión debe sacrificarse a sí misma por una nación, y esa nación debe sacrificarse a sí misma por el bien del mundo.
Y el mundo debe sacrificarse por el bien de Dios. De esa forma se podrá alcanzar el ideal de Dios de un mundo unido. Si esa religión está en América, entonces debe sacrificar todo cuanto posee para salvar a América. Esa religión no deberá luchar para multiplicar sus iglesias, sino que deberá trabajar para salvar a la nación, sacrificando a sus propias iglesias. Si trabaja con ese espíritu, entonces esa nación se convertirá a esa religión y finalmente se unirá con ella. Y cuando esa religión se una con su nación, deben avanzar para salvar al mundo, sacrificándose a sí misma. Por lo tanto, sin sacrificio, la voluntad de Dios no puede ser realizada.
Estamos en posición de tener que liberar el corazón de Dios, que ha estado muy dolorido debido a la caída del hombre. Debido a la caída, Su felicidad ha estado comprometida, de modo que debemos liberarlo y aliviar Su pena, consolarlo. Sin estar conscientes de este hecho , los cristianos o los miembros de cualquier otra religión le han estado pidiendo a Dios que los libere y que haga esto y aquello por ellos, sin tener noción de que somos nosotros en cambio quienes tenemos que liberar a Dios.
La Iglesia de la Unificación se creó en esta tierra con esa misión, de liberar el corazón de Dios. La cuestión o problema más importante es cómo aliviar su corazón restaurándonos a nosotros mismos a nivel individual, familiar, nacional y mundial. Lo que Dios desea no es el mundo tal cual es, no es el cristianismo tal cual es. Desea que el mundo y el cristianismo y Su pueblo liberen Su corazón, conscientes del hecho de que Su corazón es presa de la pena, o de la tristeza. ¿Cuántos cristianos hay que pensaron en eso?. ¿Existió alguna vez una nación elegida de Dios en la que la gente haya estado pensando en liberar el corazón de Dios de la pena?
Todos debemos trabajar por el modo de vida ideal. Yo existo para mi familia, mi familia existe para nuestra sociedad, nuestra sociedad existe para nuestra nación, nuestra nación existe para el mundo, todo el mundo existe para Dios, y Dios existe para usted y para mí, para toda la humanidad. En este gran circulo de dar y recibir hay armonía, unidad, y existe un proceso natural de prosperidad creciente. Más aún, puesto que en este circuito toda existencia cumplirá con su propósito de creación, existe una abundante y profunda alegría. Este es el reino de los cielos, desbordante de sentimientos de felicidad.
En nuestro mundo, el egoísmo lo arruina todo. El egoísmo en la familia acarrea la falta de armonía, que luego se traduce en amargura y peleas. Cada uno desea ser servido en lugar de servir a otros. Las esposas les dicen a sus maridos lo que deben hacer y luego tratan de ser servidas. Los maridos quieren que los sirvan sus esposas. Los padres esperan servicios de sus hijos y los hijos dan por sentado que sus padres deben servirlos. Esto está demostrado en nuestras familias, en nuestras sociedades y en nuestras naciones.
Si los seres humanos se amaran, no habrían deseado separarse, habrían deseado acercarse y abrazarse y hablar entre sí; dondequiera que fueran desearían asociarse e ir de un lado a otro, y no habrían olvidado su propia lengua Pero si existe falta de armonía, si hay peleas, usted no desea estar con su oponente; usted quiere ir para este lado si el desea ir para aquel, y usted jamás comería lo que preparó su adversario. La causa de la falta de armonía reside en la caída.
En este mundo actual las naciones existen solamente para sus propios intereses nacionales. Maquinan, se confabulan, estafan y mienten. Destruyen a otras naciones para su propio beneficio. ¿Existe siquiera una sola nación en la tierra que le prometa a Dios: "Dios, tu puedes usar esta nación como tu sacrificio y como tu altar, si esa es la forma en que puedes salvar al mundo"? Díganme, ¿existe esa nación? ¿En donde?
Es un hecho reconocido que cuando América demostró su espíritu de servicio y de sacrificio para cumplir con su deber en el mundo, y se esforzó por ayudar a otros que lo necesitaban - cuando América dio vidas, dinero, y tendió su mano, disfrutó de una edad de oro. Pero ahora América tiene una actitud egoísta. Los problemas internos son hoy muy severos. América está pasando por un momento crucial. Hoy hay cada vez más divisiones, mayor corrupción, y más y más cantidad de flagrante inmoralidad, que ahogan a esta tierra.
No estoy diciendo estas cosas simplemente para criticar a América. Estoy proclamando la verdad divina que Jesús reveló hace dos mil años.
Yo fundé la Iglesia de la Unificación. Si la Iglesia de la Unificación existe solamente para el beneficio o el bienestar de la propia Iglesia de la Unificación, entonces está condenada a perecer. Yo fundé la Iglesia para poder dar mi vida, mi corazón, y mi alma para el progreso de la salvación del mundo. Les enseño a los miembros de esta Iglesia a tener como única motivación el deseo de servir a otros, de salvar a esta nación y al mundo.
No todas las religiones son buenas. Hay religiones centradas en Dios y religiones centradas en Satanás. ¿Cómo podemos distinguir entre ambas? Podemos distinguirlas observando sus acciones. Aquellas religiones que tratan de lograr las posiciones más fuertes y conquistar a los débiles son las religiones malas. Las buenas religiones siempre tratan de ocupar la posición inferior y tratan de sacrificarse y servir. La religión de una nación debería inspirarla a trabajar por el bien del mundo, y no solamente para sí misma. Una religión buena trata de promover el espíritu de servicio en todo el mundo.
Jesús no les enseñó a sus discípulos a tomar represalias. Les dijo: ". . . a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra; . . . y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos." (S. Mateo, 5: 39,41) Nunca se deben tomar represalias; todo lo que se debe hacer es dar completa y totalmente, y luego Dios nos lo devolverá aún con mayor abundancia.
El mayor enigma de la historia es cómo el nombre de Jesús, ese hijo de carpintero, desconocido y sin educación llegó a ser conocido en todos los hogares en los últimos dos mil años. Jesús no fue bien aceptado durante su vida. No tenia una educación formal y su aspecto era humilde y pobre. Se hacia amigo de los pescadores del mar de Galilea, de los recaudadores de impuestos y de las rameras. Cuando Jesús fue de pueblo en pueblo con ellos, diciendo cosas asombrosas e inauditas, la gente penso que estaba loco y que era peligroso. Finalmente lo crucificaron.
¿Cómo pudo el nombre de un hombre así llegar a ser universalmente conocido durante dos mil años? Jesús vivió de acuerdo con la formula de Dios. Es un hombre universal en este aspecto y esto es lo que lo distingue. Fue totalmente y absolutamente una persona publica que abarcó al universo. Así es precisamente como Dios ha estado viviendo a través de la historia. Las filosofías de Dios y de Jesús fueron absolutamente paralelas, y después de la muerte de Jesús, Dios llevó su nombre a todos los rincones del universo.
Cuando Jesús fue crucificado, los soldados romanos lo atravesaron con sus lanzas. Y Jesús rezo por sus enemigos: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." (S. Lucas 23:24). Aún en el momento de morir en la cruz Jesús fue tan sincero en su perdón. Su ultimo acto fue motivado por su amor hacia sus enemigos. Su mente compasiva se apiadaba no sólo de su propio pueblo, sino también de los enemigos de su pueblo. Encarnó la suprema forma de dar - un modelo de amor. No estaba rezando solamente por ese soldado romano que le clavaba su lanza; rezaba por el perdón de todo el Imperio Romano. Llego con una misión universal, internacional, que no iba dirigida a una sola alma o a un solo grupo. Hoy muchos cristianos están buscando su propio Cielo, su "pequeño espacio allá arriba", pero ésa no es la forma en que lo ve Dios. O se gana todo el mundo, o nada puede ganarse.
Aquellos que se sacrifican a sí mismos por el bien de la humanidad merecen ser llamados hombres y mujeres de verdad. Jesús fue el hombre que se sacrificó a si mismo por la humanidad. Jesús fue el primero en comprender el hecho de que debía morir por Dios, la nación de Dios y todos los pueblos de Dios. Por lo tanto, la gente admira a Jesús, y Dios lo ama. Pero el amor de Dios y el amor humano verdadero fueron revelados a través de Jesús. Un nuevo mundo comenzó a partir de Jesús. El ejemplo de Jesucristo es el patrón absoluto para toda la humanidad. Imaginen toda una nación compuesta de hombres y mujeres semejantes a Jesucristo. ¿Cómo la llamarían? El Reino de los Cielos sobre la tierra no podría ser nada menos que eso.
Jesucristo reinó sobre todo lo viviente debido a su forma de amar, de dar y de sacrificarse sin precedentes. Seguirá siendo el Señor para siempre. De la misma forma, nadie en este universo supera el amor y la entrega totales de Dios. De modo que Dios es Dios para siempre. Reina sobre toda la creación.
Consideremos la caída de Roma. Todo el Imperio Romano resulto derrotado frente al ejercito sin armas, el ejercito de Jesucristo. ¿Con qué medios conquistaron Roma los cristianos? La conquistaron con amor, con sacrificio, y con la entrega total, aún a costa de sus propias vidas. La historia es testigo de que ningún imperio puede resistir ante el ejercito del amor que se sacrifica. Y esta historia se repetirá.
La humanidad no distingue con claridad la definición de lo bueno y lo malo. No estamos seguros de donde debe estar nuestro compromiso, de cuando debemos actuar, de donde debemos servir. Esta ha sido la fuente de la mayor confusión en las vidas humanas. No debemos convertirnos en los cristianos que simplemente anhelan fervientemente su propio bienestar. Como cristianos, debemos vivir la vida de Jesús y darnos totalmente para beneficio de otros, de modo que otros puedan vivir. Este es el designio de Dios.
El mundo actual evoca la ira de Dios. Merece en verdad su juicio inflexible. Pero Dios es amor, y El es paciente. Dios está reprimiendo Su ira porque El desea salvarnos. Nos está dando la oportunidad de cambiar. Está esperando.
Sé que la cultura occidental se caracteriza por su individualismo. Les advierto, el individualismo egoísta está condenado. El individualismo de sacrificio florecerá. La individualidad en sí misma es buena. Dios le dio a cada uno de nosotros una forma única de servir. Pero el individualismo sin Dios sólo puede construir castillos sobre la arena de la decadencia.
Veo un gran cambio, una nueva gran oleada revolucionaria llegando a América - no con fuego ni con balas, sino con la verdad de Dios avivando la revolución del corazón humano. He llegado hasta aquí para encender esta revolución espiritual. La respuesta última no son las manifestaciones o las batallas legales. La respuesta está en los corazones de los hombres y de las mujeres, en la revolución pacifica que nos llevara del egoísmo a la generosidad.
¿Pueden imaginar cuán hermosa será la sociedad ideal? Los individuos pertenecerán a sus familias, la familia pertenecerá a la sociedad, la sociedad pertenecerá a la nación, la nación pertenecerá al mundo, el mundo le pertenecerá a Dios, y Dios le pertenecerá a usted. La persona que más dé será la que conozca más profundamente a Dios.
Algunas personas podrán decirme: "Reverendo Moon, usted tiene unas teorías interesantes, pero su contenido teológico debe ser examinado con mayor atención". Pero esto se basa en un malentendido con respecto a mi. Hablo a partir de la vida, no de la teoría. Les digo que estamos todos aquí para vivir la verdad, como Jesús vivió la verdad.
Esto no es una teoría, una filosofía o una doctrina teológica. Es la verdad final de Dios - no está para que se hable de ella, sino para vivirla.
Cuando un pueblo le infunde vida a esta verdad, ha de producir un cambio total sobre la faz de la tierra. Aunque en cierto sentido ustedes comprenden la verdad de las cosas que he estado diciendo, ninguno cree verdaderamente en ellas. Puesto que nadie cree en la verdad, nadie la vive nunca. Esta verdad es tan antigua como Dios, y tan nueva como el siglo veintiuno. Debéis vivir la verdad. Si la revelación del Principio de la Unificación ha convertido en realidad en vuestros corazones esta verdad inmemorial, entonces habéis descubierto en efecto una nueva verdad. La enseñanza de la Unificación está conmoviendo los corazones de millones de personas, mostrándoles el camino hacia nuestros muy reales Dios y Jesucristo. La gente en todo el mundo está aprendiendo que Dios es absoluto y perfecto, y que el Dios perfecto reclama seres humanos perfectos como Sus objetos. Jesús dijo: "Sea, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto." (S. Mateo 5:48) Está indicando claramente que nuestro patrón de valor es la perfección de nuestro Padre que está en los cielos. De otro modo no podemos ser los objetos de Dios y Dios no puede aceptarnos.
Todos nosotros deseamos ser perfectos. Todos deseamos el cielo en la tierra, pero preguntamos "¿Cómo se puede lograr?"
Nos preguntamos si es en realidad posible que los seres humanos seamos perfectos. Algunos afirman, con aparente justificación, que todo lo que hay que hacer es observar simplemente a la raza humana para ver el grave error de esta aspiración. Señalamos el pecado y el sufrimiento inherente a todas las cosas, aún las cosas que son mas sagradas. Decimos: "Sólo Dios es perfecto". Sin embargo, cuando comprendamos plenamente el designio de Dios para el hombre y la mujer en Su concepto de la creación, comprenderemos que la perfección está a nuestro alcance.
En el ideal de la creación de Dios fuimos creados para ser los templos de Dios, los templos del espíritu de Dios, en donde Dios es el amo. "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (I Cor. 3: 16)
Fuimos creados para ser los templos de Dios. Cuando alcancemos ese estado, dejaremos de tener una voluntad corruptible. Las fronteras y las leyes ya no serán necesarias, porque Su voluntad será nuestra voluntad. Con Su espíritu viviendo dentro nuestro completamente, nos moveremos solamente adonde El nos guíe. Entonces seremos perfectos, porque la fuerza que nos guiará y que nos dirigirá será la fuerza perfecta.
Cuando alcancemos esta meta final estaremos en perfecta unión con Dios. Ya no estaremos viviendo únicamente en el nivel humano, sino en el nivel divino. Tomaremos las cualidades de Dios porque el Espíritu morara en nosotros y nos poseerá como un templo perfecto; reflejaremos la virtud y el poder de Dios. Así podremos ser tan perfectos como el Padre que está en los cielos. Este fue el modelo original que Dios tenia destinado a la humanidad a través de Adán y Eva.
El matrimonio es el medio más importante de establecer el reino de Dios sobre la tierra. Adán y Eva fueron los primeros hijos de Dios. Nacieron de Dios, crecieron en Dios, y debieron madurar a la perfección en Dios. El designio de Dios era unir a Adán y Eva en matrimonio divino. Entonces hubieran procreado hijos sin pecado y se hubieran convertido en el padre verdadero y la madre verdadera de toda la humanidad. Hubieran sido los "Padres verdaderos", estableciendo el Reino de los Cielos en la tierra.
¿Existió este reino alguna vez? No. En lugar de ello, la historia se inició en la dirección equivocada. Desde la primera mala acción, Satanás ha sido el dios de este mundo. Por lo tanto, el propósito de la restauración de Dios, Su propósito de salvación, ha sido restaurar la familia perfecta de modo que El pueda tener verdaderamente su reino sobre la tierra. Para esto Dios necesitaba un modelo. ¿Quien podía establecer los criterios de perfección en la tierra?
Para satisfacer esta necesidad, vino el Mesías. La historia de la providencia de Dios es una historia muy triste. Para consolar el corazón de Dios y cumplir con Su obra, debemos comprender claramente Su proceso de restauración, y la insuficiencia de la respuesta humana a Dios, especialmente en la época de Cristo.
Jesús vino a la tierra para ser el Padre verdadero eterno de la humanidad. Es por eso que dijo que los verdaderos creyentes negarían a sus padres falsos, a la falsa sociedad y a las relaciones falsas - para volver a su padre verdadero. La esencia del cristianismo es la tradición del amor verdadero. Pero mientras se encontraba cumpliendo con esta importante misión, Jesús fue crucificado. No hubo posibilidad de que la tradición del verdadero amor alcanzara toda su plenitud en la época de Jesús, y Jesús no quedó establecido como el padre eterno antes de su crucifixión.
Cuando Dios creó a la humanidad, El colocó a Adán y Eva, el hombre y la mujer, en el Jardín del Edén. Ambos se unieron con Satanás y cometieron pecado, dejando así aislado a Dios. En el proceso de restauración, Dios debe restaurar tanto a Adán como a Eva. Jesús llegó como el Adán sin pecado o el Adán perfecto. Llegó como el Mesías, como el modelo de perfección en todos los niveles: el individual, el familiar, el tribal, el nacional, y el mundial. Vino a establecer el mundo perfecto en la época durante la cual vivió, y no sobre cierto numero de siglos. Es por eso que en I Corintios 15:45 se dice que Jesús es el "postrer Adán", el segundo Adán. Su primera misión era, por lo tanto, restaurar a su esposa y formar la primera familia de Dios. Todas las generaciones caídas se hubieran injertado en él como el olivo verdadero. Las familias, las tribus y las naciones centradas en Dios habrían sido restauradas de esa forma. La perfección hubiera reinado. El estado sin pecado del reino de Dios hubiera sido una realidad durante los pasados dos mil años.
¿Qué es lo que distingue a Jesús de todos los otros líderes religiosos? Primero, dijo que era el hijo unigénito de Dios, que poseía por lo tanto todo el amor de Dios. Cuando se tiene el primer hijo, él o ella son el centro de un tremendo desborde de nuestro amor. Si los seres humanos sentimos esta alegría extática con nuestro primer hijo, ¿qué no sucederá con Dios? Porque Dios ve Su propia imagen en su primer hijo y a través de él puede manifestar Su imagen a todo el mundo, puede comprenderse cuan crítica es esa persona. ¿Qué puede hacer ese hijo? ¿Necesita Dios únicamente un hijo? Dios sabía con antelación que El necesitaba un par, lo que incluía a una hija. Debemos hablar de la hija de Dios, especialmente aquí en América. Dios será más aceptado en este país cuando hablemos de Su hija unigénita también.
Un hijo que vive sólo seria como una persona con un solo pie. Jesús sabía que Dios esperaba a Su hija unigénita, de modo que Jesús procuró restaurar a una mujer en esa posición. Es por esto que uno de los temas centrales en el Nuevo Testamento es el de la esposa y el esposo. Los cristianos tienen que conformarse actualmente con una visión bastante abstracta de esta relación matrimonial, diciendo que tanto el hombre como la mujer están en la posición de esposos de Jesús, y no solo ellos, sino que también la Iglesia. ¿Qué tiene que ver la iglesia como institución con la esposa de Jesús? Sin duda que existe aquí cierto significado simbólico, pero el deseo ultimo de Dios es darle una esposa física a Su hijo.
¿Cómo podría Jesús besar a una institución? ¿Es cierto que vuestro presidente es una institución de tanta importancia que no sabe como dar un beso? ¿Son los grandes líderes tan grandes que no necesitan besar a nadie? Jesús fue el Rey de Reyes; en ese sentido fue la institución más grandiosa, en consecuencia debió permanecer célibe el resto de sus días, ¿verdad? No, era humano y necesitaba una esposa como el resto de los hombres. ¿Debería sentarse en su trono y proclamar el celibato como el modo de vida más sagrado, imponiéndoselo a sus súbditos? Una enseñanza así no tendría sentido.
Supongamos que Jesús hubiera recibido la bendición de una esposa perfecta, ¿creéis que porque era un hombre santo, Jesús siempre habría permanecido lejos de ella? ¿Hubiera besado a su esposa solo a modo de sacrificio o porque realmente quería demostrarle su amor? Como hombre sagrado ¿hubiera contemplado a su esposa de vez en cuando y se habría alejado luego, o habría sentido un profundo amor en su corazón para brindar a su esposa? ¿Habría sido un pecador si lo hubiera hecho?
Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios y para hacerlo tuvo que rehabilitar a su propia esposa. La totalidad del mundo cristiano se conmueve al oír esta revelación, y por ello, los cristianos me han llamado hereje. Jesús puede escuchar esta conversación que se lleva a cabo aquí en la tierra. ¿Creéis que sonreiría al escucharme decir que El debería haber tenido una esposa o creéis que permaneció célibe porque creyó que esa era la forma de vida más sagrada? ¿Quién creó al hombre y a la mujer y quién fue la madre de Jesús? Dios creó al hombre y a la mujer para que fueran uno, para que se casaran y vivieran como marido y mujer. Esa es la relación más sagrada de la creación Divina. El Génesis dice que Dios creo a Adán y Eva. Dios nunca dijo "es bueno" hasta que hubo creado a Adán y Eva. Muchas religiones predican el celibato. La Iglesia de la Unificación sostiene que la familia, y no el individuo, es la piedra fundamental del Reino de los Cielos.
Jesús no solamente dijo que El era el único Hijo de Dios, sino que también negó al mundo. No importa cuan hermoso o maravilloso pareciera el mundo, no significaba nada a los ojos de Dios, en consecuencia, el ministerio de Jesús tenia que comenzar con una negación del mundo. Jesús vino como el único hijo de Dios para restaurar a la Hija unigénita de Dios y crear la familia única, la nación y el mundo de Dios.
¿Cuál es el tema central de Dios, el que llegaría a conmover Su Corazón? Dios no necesita ni dinero ni poder. Cuando Jesús vino y se declaro el Hijo Unigénito de Dios, conmovió a Dios como nada antes lo había conmovido. Muchos hombres justos llegaron a la tierra 4.000 años antes que Jesús, pero si Dios hubiera preguntado a Jesús: "¿Crees que eres más grande que Moisés o que Abraham y que todos los demás?" Jesús le hubiera respondido que sí. Nunca existió antes otra persona que fuera la excepción a la afirmación de Jesús o que pudiera ser elegido para ocupar su lugar. Jesús estaba tan absolutamente seguro de ser el Hijo unigénito de Dios que nada lo hubiera hecho dudar. Un hombre así o una mujer así, nunca había existido antes.
Jesús conmovió el corazón de Dios y siempre estuvo dispuesto a aceptar cualquier instrucción de parte de Dios. Ningún otro santo ha logrado ese objetivo en forma tan perfecta. Todos los demás santos predicaron una forma de vida buena y la verdad, pero nadie lo hizo en forma tan absoluta tanto en lo que se refiere a la convicción de que Dios era su Padre como a la negación total del mundo como lo hizo Jesús.
Llamándose el Hijo Unigénito de Dios, Jesús quiso decir que El y Dios eran la única existencia verdadera y que su voluntad era cambiar al resto del mundo para que éste también tuviese una existencia verdadera. Lo primero que trató de recrear fue la Hija de Dios. Después intentó crear la familia, la sociedad, la nación y el mundo de Dios.
La campana nunca había tenido un sonido tan renovadoramente refrescante antes de la llegada de Jesús. El sonido de la campana de Jesús no sólo se escucho en el mundo, sino también en el mundo espiritual. Ese sonido atravesó la mente y el corazón de Dios, y ambos mundos resonaron juntos. Ese sonido conmovió a Dios y lo hizo sentir bien porque era el sonido del amor.
¿Por qué necesita El amor? Porque Dios quiere embriagarse con el regocijo del amor. Solamente el amor puede embriagarlo totalmente y provocarle un regocijo que conmueva al mundo. Ese regocijo no inspiraría solamente cantos y danzas, sino mucho más. Dios desea sentir el amor hasta el grado de poder olvidarse de Sí mismo y de Su dignidad Divina y poder transformarse totalmente en un niño.
Antes de que Dios enviara a Su paladín Jesucristo, preparó el campo con la nación elegida, Israel. Esas fueron las razones para la venida del Mesías. El pueblo y la nación de Israel podrían haberse perfeccionado si se hubieran unido a la llegada del Señor. El Reino de Dios podría haber sido una realidad física en aquel momento.
La intención de Jesús estaba solamente dirigida a la creación del Reino de Dios aquí en la tierra pero hablando prácticamente, ¿qué es el Reino de Dios? La Biblia no lo dice claramente, pero el Reino de Dios que Jesús trataba de construir aquí en la tierra, se basaba en una enseñanza muy simple. Tanto como amas a Dios, tu Padre, debes amar a tu país, a tu sociedad y a tu propio hogar. Cuando esa tradición de amor una a todos y cada uno de los aspectos de la vida, el Reino de Dios será realidad. Cuando todos rindamos culto a Dios como nuestro Padre, no quedara barrera alguna, ni fronteras nacionales ni de idioma ni de sectarismo. Todas las barreras deben desaparecer.
Si Jesús solamente hubiera venido a establecer una nueva religión entonces no hubiera sido el Mesías. En realidad a Jesús no le interesaba la religión, lo que si le interesaba era un Reino centrado en Dios y ese Reino no puede construirse a través de la religión. Ese Reino será construido por la familia. Jesús vino a crear la primera familia verdadera para traer a Dios a un hogar verdadero donde El habitaría como soberano, como el Padre verdadero. No hay otra forma de cumplir la voluntad de Dios. No existe otra forma de construir el Reino de Dios aquí en la tierra.
Pero esta nación no aceptó a Jesús. En lugar de una bienvenida encontró el rechazo a todos los niveles, se le negó a Jesús la oportunidad de tomar una esposa que ocupara la posición de Eva restaurada y de establecer la primera familia celestial centrada en Dios. En cambio fue clavado a la cruz. Así Jesucristo no pudo terminar su misión en la tierra. Y esa es la razón por la que Jesús prometio su segunda venida. Jesucristo debe volver a completar su misión como el Mesías. Permítaseme repetir: Jesús fue el Adán perfeccionado y su misión fue la salvación de la humanidad.
El paso más importante era restaurar a su esposa, Eva. Jesús era el hombre, Dios y Jesús formaban una unidad, pero el no era Dios, el Padre. Cuando vuelva a la tierra, va a hacerlo como hombre en la posición del tercer Adán.
Estas son revelaciones que Dios me hizo y quiero que vosotros entendáis bien los puntos más importantes. Dios quería que Adán y Eva se unieran en un matrimonio celestial en el Jardín del Edén. Como ello no sucedió en aquellos tiempos, Dios quiso que Jesús cumpliera con Su voluntad de llevar a cabo ese matrimonio. Pero tampoco Jesús lo hizo porque nadie creyó en él como el Mesías en la tierra.
Jesús fue el segundo Adán. Era la voluntad de Dios bendecirlo con el matrimonio celestial con la segunda Eva, su esposa restaurada.
Dios quiso traer a sus hijos a la tierra libres de todo pecado. Entonces, Jesús y su esposa se hubieran transformado en los Padres Verdaderos de toda la humanidad y toda la humanidad hubiera encontrado la vida uniéndose a ellos.
En el Apocalipsis, al final de la Biblia, se nos muestra claramente que el ideal de Dios es este hombre y esta mujer perfectos; cuando se regocijen uniéndose en el matrimonio sagrado, esta es una verdad universal. Una vez que Dios haya logrado que este ideal elevado se transforme en norma, entonces se multiplicarán los individuos y las familias de ese tipo, Dios se ha esforzado para lograr esto. En consecuencia éste es el más elevado ideal de Dios y de la humanidad. Este es el deseo más profundo de Dios y también el deseo más profundo de la humanidad. Sólo alrededor de este centro, todas las personas y Dios podrán vivir eternamente felices y como si fueran uno.
Jesús advirtió a las personas "Vosotros sois de vuestro padre el diablo" (San Juan 8:44) porque en el comienzo de la Historia humana nacimos como hijos de Satanás. Por medio de la restauración de los Padres verdaderos, renaceremos como hijos de nuestro Padre Celestial, Dios. Ello significara la salvación total como Sus hijos verdaderos, no la mera salvación como sus hijos adoptivos a la que se refiere San Pablo {Romanos 8:23)
No se cumplió la voluntad de Dios en los tiempos de Jesús. Esa es la razón por la que viene otra vez. En el libro del Apocalipsis está la profecía del matrimonio del Cordero. Esta boda se llevaría a cabo realmente. Los Padres Verdaderos de toda la humanidad vendrán en nuestros tiempos. Dios impondrá su verdadera Familia sobre la faz de la tierra. Todos estaremos facultados para traer hijos libres de pecado al mundo. Ello sucederá cuando Jesucristo reaparezca. Entonces comenzara el Reino de los Cielos en la tierra. Ese será el día de la esperanza, el día de la llegada del Señor en el Segundo Advenimiento.
Ese será el día en que el ideal original de Dios se realizara por primera vez. Será el día en que Dios habitara con hombres y mujeres. Dios estará lleno de regocijo. Su propio hijo perfeccionado como el tercer Adán comenzará una historia totalmente nueva sobre la tierra. En ese día nos transformaremos en imágenes vivientes de Dios. Dios traerá Su Reino a la tierra.
Esta realización última de la idea ha sido la esperanza tanto de Dios como de toda la humanidad. Os ruego de todo corazón que facilitéis la realización de esta esperanza en la eternidad de Dios.
sábado, 29 de noviembre de 2008
jueves, 27 de noviembre de 2008
EL NUEVO FUTURO DEL CRISTIANISMO
EL NUEVO FUTURO DEL CRISTIANISMO
REV. SUN MYUNG MOON - MADISON SQUARE GARDEN - 18 de Septiembre de 1974
SEÑORAS Y SEÑORES, estoy muy contento de estar aquí esta noche. Muchas gracias por venir. Estamos reunidos esta noche en este impresionante escenario del Madison Square Garden en el nombre de Dios.
Mi tema esta noche es "El Nuevo Futuro del Cristianismo". Pero antes de dar este mensaje, me gustaría hacer una aclaración personal. No vine aquí a repetir lo que ya conocéis. He venido a revelar algo nuevo. Quiero compartir con vosotros una revelación de Dios.
Hay solamente un Dios, un Cristo, una Biblia. Hoy, no obstante, solamente en el mundo cristiano hay más de 400 denominaciones diferentes, todas mirando a la misma Biblia bajo puntos de vista muy diferentes con muchas interpretaciones diferentes.
Lo que nos interesa no es la interpretación humana de la Biblia, sino cómo interpreta Dios la Biblia, y cuál es verdaderamente la voluntad de Dios. Por lo tanto, ningún hombre por sí mismo es capaz de satisfacernos. Esa información debe venir de Dios, en la forma de revelación.
Y quiero compartir esa revelación con vosotros esta noche. Puesto que este mensaje vino de Dios, y ya que está, bajo el punto de vista de Dios, naturalmente, el contenido puede ser diferente según la mentalidad del hombre. Por lo tanto, puede ser muy nuevo para vosotros. Pero lo que nosotros necesitamos son nuevas ideas ideas de Dios porque el hombre ya ha agotado todas sus propias ideas. Esa es la razón de mi venida a hablaros esta noche.
Por lo tanto, os pido a cada uno de vosotros, que abráis vuestra mente y abráis vuestro corazón, para que el Espíritu de Dios pueda hablaros directamente.
Durante 2.000 años, los Cristianos del mundo han estado esperando con ilusión un gran día último, como se profetizó en la Biblia el día de la Segunda Llegada del Señor . Ya que ésta ha sido la promesa de Dios, la Segunda llegada de Cristo será cumplida definitivamente.
¿Por qué viene el Señor por segunda vez? Viene para consumar la voluntad de Dios. Entonces, ¿cuál es la voluntad de Dios? ¿Conocemos claramente cuál es la voluntad de Dios?
Dios es eterno, incambiable y absoluto. Y El tiene una sola voluntad, que es también eterna, incambiable y absoluta. En un principio, Dios tuvo un propósito definido para crear el universo y este mundo. Este propósito fue el motivo para la creación. Y Dios comenzó la creación del universo y del hombre para cumplir ese propósito.
Según la Biblia, después de crear al primer hombre y a la primera mujer Adán y Eva Dios les dio un mandamiento. Ese mandamiento era: "Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás en modo alguno, porque, el día en que comieres, ciertamente morirás". (Gen. 2 :17) .
Dios les pidió que obedecieran su mandamiento. Dios daba a entender que mediante la obediencia de Adán y Eva a la ley, Su propósito sería cumplido. Sin embargo Dios expuso muy claramente la consecuencia de la desobediencia. Dijo: "El día en que comieres, ciertamente morirás". El resultado de la desobediencia era la muerte.
No obstante, Adán y Eva desobedecieron a Dios. El resultado fue la caída del hombre. La muerte espiritual vino al hombre, y el propósito de Dios no fue realizado. La caída del hombre significa su desviación del estado original que Dios deseaba. Adán y Eva se apartaron del cumplimiento del propósito de su creación. Ellos eligieron erróneamente, y el resultado fue lo contrario de lo que Dios pretendía originalmente.
Después de su desobediencia, Dios no tuvo otra opción sino expulsar a este hombre y a esta mujer del Jardín del Edén. El Jardín del Edén es una expresión simbólica del Reino de Dios en la Tierra. Adán y Eva no merecían permanecer por más tiempo en el Reino de Dios, por lo tanto, fueron arrojados a los reinos impíos, al infierno viviente, que era su propia creación.
EL REINO DE LOS CIELOS EN LA TIERRA
Si Adán y Eva hubieran obedecido a Dios, habrían conseguido el Reino de los Cielos en la Tierra. ¿A qué se parecería ese Reino? Adán y Eva fueron creados sin pecado con las posibilidades de a alcanzar la perfección. Y ellos tenían que crecer a la perfección obedeciendo la ley de Dios. Mientras ellos estaban creciendo para ser hombre y mujer completamente perfectos, su relación tenía que ser la de hermano y hermana. Ellos tenían que esperar para establecer la verdadera tradición de hermandad.
¿Qué es la perfección? Perfección es la unión total del hombre con Dios. Se supone que un hombre es el templo de Dios, en el que habita el espíritu de Dios. Tal hombre es divino, como Dios es divino; ese hombre es santo como Dios es santo.
Jesús fue tal primer hombre perfecto. Esta perfección es el estado del que Jesús hablaba cuando decía: "Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí". (Juan 14:11)
Cuando vosotros lleguéis a ser uno con Dios, Su poder divino será vuestro y seréis perfectos como Dios es perfecto. Por esto Jesús, fijó como meta del hombre el ser perfecto como Dios es perfecto cuando dijo: "Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto". (Mat. 5: 48 ).
Dios creó un varón y una hembra. ¿Por qué? Después de alcanzar el estado de perfección, Dios deseaba llevarlos juntos a formar una pareja celestial, por medio de la bendición del matrimonio celestial. Dios trataba de empezar Su Reino con Adán y Eva como el primer marido y la primera mujer.
Sí eso se hubiera realizado, entonces la bendición de Dios de ser fecundos y de multiplicarse habría sido cumplida. Les habría dado el poder de multiplicar hijos de Dios. Y esos hijos habrían sido perfectos y no tendrían pecado. ¿Qué más podían ser? El pecado nunca habría sido introducido en la raza humana. Al tener hijos, habrían llegado a ser el Padre y la Madre Verdaderos centralizados en Dios . los Verdaderos Padres de la humanidad .
Si Adán y Eva hubieran formado esta primera familia centrada en Dios, entonces además de eso habrían conseguido una tribu centrada en Dios, una nación centrada en Dios, y un mundo centrado en Dios, en el cual solo Dios sería el gobernante. Entonces la perfección habría reinado desde el comienzo hasta la eternidad.
¿Dónde creó Dios a Adán y Eva? ¿En el aire, fuera en el espacio? No, justo aquí en la Tierra. Por tanto, el desarrollo de la familia de Adán habría conseguido la realización del ideal de Dios en la Tierra, y Dios habría llegado a ser el centro de la humanidad. Este no habría sido otro sino el Reino de Dios en la Tierra, en el cual Dios habría residido con el hombre.
Si esto se hubiera cumplido en el principio, hoy no encontraríamos tantas razas e idiomas diferentes. Todos nosotros perteneceríamos a la única raza de Adán, bajo la única tradición de Adán. Y el único idioma de Adán sería nuestra lengua universal. Y verdaderamente, todo el mundo sería una nación de Dios.
Por tanto, en el plan de Dios, todos los hombres se suponen nacidos en el Reino de Dios en la Tierra. Nosotros tenemos que disfrutar la vida Celestial en la Tierra. Y entonces cuando nuestra vida física terrenal acabe, tenemos que ser elevados al Reino de Dios, en el Cielo espiritual, donde viviremos eternamente. Ese era el plan original de Dios.
No podía haber ningún Satán, ningún mal, y ningún infierno en ese mundo. Por supuesto, Dios no creó el infierno para Sus propios hijos. Ningún padre bueno construiría una prisión para su hijo tan pronto como naciera, ¿Por qué necesitaría Dios un infierno para sus propios hijos? Solamente el Cielo era el deseo original de Dios. A causa del pecado, no obstante, el hombre perdió su valor original y se convirtió en un desecho humano. El infierno es como un cubo de basura. Pero fue necesario solamente después de la caída del hombre.
EL REINO DEL INFIERNO PARAISO PERDIDO
Examinemos más ampliamente el estado del hombre caído y del mundo caído. Leemos en Juan que Jesús dijo: "Vosotros sois hijos del diablo". (Juan 8: 44)
Por la caída, el hombre fue llevado a la falsa paternidad de Satán. El hombre cambió de padres. Abandonamos a nuestro Verdadero Padre, Dios, y nos unimos con el falso padre, Satán. El primer hombre y la primera mujer se convirtieron en los hijos de Satán.
Bajo la falsa paternidad de Satán, Adán y Eva se unieron como pareja ilegal, sin la bendición ni el permiso de Dios. Y cuando multiplicaron hijos, todos ellos sucumbieron al mismo falso padre. Todos ellos nacieron como los hijos del pecado no como los hijos de Dios. Por lo tanto, la multiplicación de hijos pecaminosos de una generación a otra desde Adán, ha ocasionado por esta caída un mundo pecaminoso.
Ya, que no hemos tenido a Dios como el centro, ha surgido por esto, un mundo de pecado, un mundo de desconfianza, un mundo de crimen, un mundo de guerra. Y nosotros, las naciones y sociedades de este mundo podemos destruirnos unos a otros sin sentir ningún escrúpulo. Este es el Reino del Infierno en la Tierra.
Verdaderamente el amo de este mundo, no es Dios, sino Satán. Esto es por lo que Juan indica en 12: 31 "Satán es el príncipe de este mundo". Sabemos que este universo fue creado por Dios. Sabemos que Dios creó al hombre. Pero Dios no es el amo, porque el hombre cambió de amo. El hombre traicionó a Dios y se unió con un falso amo, Satán. Este Satán se convirtió en el padre de la humanidad.
La caída del hombre ha traído gran pesar al Corazón del Padre Celestial, Dios perdió todo cuando el hombre se volvió contra El. Eso es por lo que leemos en el Génesis: "El Señor se arrepintió de haber creado al hombre sobre la. tierra y se afligió en su Corazón". ( Gen. 6: 6)
Dios se afligió porque había llegado a ser realidad exactamente lo contrario a Su Voluntad. Si la intención de Dios hubiera sido cumplida, El habría estado alegre. Si las consecuencias de la caída fueran el resultado del propio plan de Dios, ¿por qué debía estar afligido Dios en Su Corazón? ¿Por qué habría estado arrepentido de haber hecho al hombre?
LA SALVACION ES RESTAURACION
Dios todopoderoso es un Dios de amor, un Dios de misericordia. Su Corazón es compasivo y está afligido con la vida de muerte de Sus hijos.
El sabe que ningún hombre es capaz de romper sus cadenas y poder desembarazarse del pecado por sí mismo. Sabe que hay solamente un poder que es capaz de llevar al hombre a la salvación el Mismo Dios. Y Dios, en Su misericordia, se determinó a salvar este mundo.
¿Qué es la salvación? La salvación es simplemente restauración. ¿Qué hace un médico para salvar a su paciente? Restaura al paciente a su salud normal. Eso es una curación. ¿Qué haríais para salvar a una persona que se está ahogando? La salvaríais sacándola del agua y restaurándola a tierra firme. Eso es un rescate.
De igual modo la salvación del hombre por Dios es simplemente restaurar el Reino del Infierno al Reino de los Cielos.
Dios dejó clara Su determinación en la Biblia: "Como lo digo lo hago, como lo planeo lo ejecuto". (Isaías 46: l1).
Dios no dijo que puede hacerlo. Dijo que lo ejecutará, mostrando Su determinación absoluta de restaurar al hombre y al mundo a la idea original.
¿Cómo? Por el Mesías. Para restaurar a la humanidad, Dios envió a Su único hijo, Jesucristo, a este mundo como el Salvador - como el Mesías. Hace dos mil años, Jesucristo vino a nuestro mundo como el Autor de la vida. Vino a transformar a todos los hombres de pecado en hombres semejantes a Cristo. Vino a restaurar el Reino de los Cielos en la Tierra.
Por esto, Jesucristo proclamó como su primer evangelio: "Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". (Mateo 4: 17).
Con la llegada de Jesucristo, estaban verdaderamente en los umbrales del Reino de los Cielos.
PREPARACION PARA EL MESIAS
Sin embargo, antes de que Dios pudiera enviar a Su Hijo para restaurar al mundo, tuvo que preparar el camino paso por paso, comenzando con un individuo y extendiéndolo a una nación para establecer un Fundamento de Fe sobre el que pudiera venir el Mesías.
Después de todo, este mundo habría sido el mundo de Satán. Si el Mesías hubiera venido a esta Tierra sin un fundamento de preparación, el mundo satánico le habría destruido. Por eso Dios trabajó diligente y cuidadosamente para establecer una nación, una soberanía sobre la cual pudiera tener control. La nación de Israel fue el resultado de esa preparación para el Mesías.
Dios preparó a la nación de Israel como el "campo de aterrizaje" para el Mesías. Sobre el Fundamento de Fe de Israel, Dios pudo enviar Su último campeón, el Mesías.
Del mismo modo, el Cristianismo es hoy el campo de aterrizaje similar, del Mesías, para su Segunda Venida. Y los Cristianos se supone que forman un Fundamento de Fe para la vuelta del Mesías en la última hora de cumplimiento.
Hoy, como siempre, en nuestro trastornado mundo, nuestra esperanza es el Mesías! La misión del Mesías es la restauración rescatar a la humanidad sufriente de este mundo de pecado y restaurar al hombre a la perfección original y bondad de Dios. El va a destruir la soberanía mala de Satán en este mundo y establecer la soberanía de Dios.
Jesucristo vino como el Mesías hace 2.000 años para este propósito a restaurar el Reino de Dios . Hoy estamos esperando la Segunda Llegada de Cristo. El propósito de la Segunda Llegada es precisamente el mismo la restauración del Reino Original de Dios. Ese es el único propósito y la única voluntad de Dios.
Nosotros los Cristianos somos el pueblo escogido actual de Dios. Los Cristianos son los colaboradores de Cristo. Así pues, estamos en una posición de preparar un fundamento para el Señor, recibirle y aceptarle cuando venga, y participar en su misión de destruir a Satán de la faz de la Tierra, y llevar a toda la humanidad a la salvación.
Pero hoy los Cristianos no están seguros de la voluntad de Dios. Estamos más interesados en nuestra propia salvación personal, nuestro propio cielo donde quiera que esté y la garantía de nuestro propio nicho en ese paraíso. Pero esa no es la conducta que Dios pretendía que tuvieran los Cristianos.
¿DONDE ESTAS, DAVID?
Dios está buscando hoy a Sus campeones entre los Cristianos del mundo. Y el trabajo de Dios necesita un espíritu de sacrificio. ¿Cuántos Cristianos dicen ahora, "úsame como cordero en Tu altar, y mediante mi sacrificio salva a este mundo"? Dios busca a un espíritu que se niegue a sí mismo. Dios busca los portadores de la cruz para el siglo XX. Y los Cristianos de hoy están sordos a esta llamada.
En cambio, hoy los Cristianos piden a gritos "mi cielo", "mi salvación". ¿Y Dios qué? ¿.Y el resto del mundo qué? ¿Creéis que podréis guardar vuestro trocito de cielo cuando el resto del mundo se desmorona? No. Si de otro modo, el mundo entero fuera salvado, ¿no estaría ya incluida vuestra propia salvación?
Hoy, si las iglesias Cristianas continúan yendo por el mismo camino individualista, el espíritu del Cristianismo estará ligado a la decadencia. Antes de pedir a gritos nuestra salvación, pidamos a gritos el cumplimiento de la voluntad de Dios. Debemos liberar a Dios de la pena y Su dolor. Cuando hayamos solucionado el problema de Dios, el problema del hombre se resolverá automáticamente. Entonces el fuego Cristiano arderá verdaderamente con motivo del Corazón quebrantado de Dios, no por nosotros mismos.
En 2.000 años de historia, los Cristianos tuvieron muchas oportunidades de llevar el mundo entero a Dios. Pero los Cristianos, simplemente, no conocieron la voluntad de Dios. No actuaron cuando la oportunidad llamó.
Esa misma oportunidad está llamando de nuevo, Esta vez la oportunidad ha venido a América. Si los Cristianos americanos de hoy reconocen la voluntad de Dios en el día presente y actúan según ella, podemos trasformar el mundo y enderezarlo, y bajar el Cielo sobre la Tierra. La hora de la Segunda Llegada de Cristo está cerca, y aún no estamos enterados de los signos de los tiempos.
En vez de continuar pidiendo y orando: "Venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo", (Mateo 6:10), podemos actuar según la voluntad de Dios, y hacer ese cielo una realidad aquí mismo en Nueva York, porque ya hemos llegado a la hora del cumplimiento del plan de Dios.
Cada uno de nosotros es parte del cuerpo de Cristo, así cuando Cristo viene somos las prolongaciones de su cuerpo vivo. Si cada uno de nosotros quiere y está dispuesto a clavar su cuerpo en la cruz con el fin de tener vivo nuestro mundo, entonces de seguro cambiaremos este mundo en el Reino de los Cielos. !Vivir y morir por Dios y Cristo este es el privilegio de ser Cristiano!
Recordad, la voluntad de Dios es salvar al mundo entero no solo a los Cristianos, ni solo a las iglesias. Hay un versículo univer¬salmente conocido en la Biblia, que todos hemos aprendido los primeros días en la Escuela Dominical: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a Su único Hijo, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16).
El énfasis está en la palabra "mundo". Tanto amó Dios al mundo, no solo a la iglesia, ni solo a los Cristianos, ni solamente a una gente determinada, sino al mundo entero. Por esta razón para salvar a este mundo es enviado el Mesías.
Si preguntárais a nuestro Señor ¿"Eres el Salvador de los Cristianos solamente?", os contestaría, "¡No!, Soy el Salvador de toda la humanidad".
Si preguntáis a Dios, "¿Eres el Dios de los Cristianos?" Dios diría, “¡No! Soy el Dios del universo, el Dios de toda creación, el Dios de todos los hombres".
Hace dos mil años, el pueblo estaba esperando la llegada del Mesías, pero por razones muy egoístas. Pensaban que el Mesías venía como una especie de conquistador militar para vengarles y derrotar al Imperio Romano, y a premiar a Israel con gran gloria y poder en sentido terreno. Y se equivocaron completamente.
Por el contrario el Mesías venía al pueblo de Israel para usarle como instrumento o sacrificio para esparcirse por el resto del mundo, para traer al mundo entero la salvación de Dios.
Si, Dios determinó restaurar el mundo entero, y traer a toda la humanidad a la bondad y perfección. Si Dios no pudiera hacer eso, entonces actualmente Dios sería un Dios derrotado. ¿Derrotado por quien? ¡Por Satán! Entonces Dios no sería Dios.
Poneos en la posición de Dios. Cuando Dios mira hoy sobre el mundo cristiano, no creo que esté satisfecho. El ve que hay una gran batalla a la cabeza que debe ser librada, y vencida. Dios debe tener un enfrentamiento con el formidable poder del enemigo, el poder de Satán, el poder del pecado.
Por eso, Dios necesita un David actual que se enfrente a este Goliat, Satán. ¿No oís el grito de Dios, "dónde está mi David”? ¿Dónde estás, David? Y Dios espera que los Cristianos de hoy respondan, "¡Si Señor! Yo soy Tu David. ¡Tu voluntad se cumplirá!"
Pero los Cristianos de este mundo parecen tener un profundo sueño. Y el puñado que están despiertos están ocupados peleando entre ellos. El tiempo de cosecha ha llegado en el otoño cósmico, pero Dios no tiene trabajadores para enviar a los campos.
Desde la caída del hombre, Dios ha estado librando una guerra divina contra el poder de Satán. Esta guerra no ha finalizado. La batalla final no ha llegado aún. Cristo viene por segunda vez como el comandante en Jefe, para librar la batalla final. Y esa hora ha llegado. Pero, todavía, ningún soldado celestial está preparado. Los Cristianos están dormidos.
Hasta aquí, Dios solo ha sido capaz de enfrentarse contra Satán en " guerra de guerrillas", no en guerra total. Sin embargo, Dios se ha estado preparando para un gran día, un "Día D" celestial, como el Día D del desembarco de Normandía cuando Dios pueda lanzar una ofensiva en todos los frentes. Ese día es el día de la vuelta de Cristo.¡Ese Día D de Dios es inminente! La Biblia es el documento de la preparación paciente de Dios conduciendo a la humanidad hacia la batalla final. El cumplimiento de la Biblia es la llegada del Señor la vuelta de Cristo para este Día D.
LA BIBLIA ES UN MENSAJE EN CLAVE
¿Qué es la Biblia, concretamente? La Biblia ha sido un libro misterioso. Sin embargo, la Biblia contiene el mensaje de Dios al hombre.
La Biblia no usa un lenguaje llano, sino está escrita en símbolos y parábolas. ¿Sabéis por qué ha presentado Dios la Biblia en símbolos y parábolas? ¿Por qué no expresa la verdad claramente?
Dios ha tenido que tratar con el mundo del pecado. A través de las generaciones, Dios ha recobrado a Sus trabajadores, o campeones de este mundo pecaminoso. Si Dios revelara Su estrategia demasiado abiertamente o llanamente, esa información habría sido usada por el enemigo contra Sus propios campeones. Eso es por lo que la Biblia está escrita como un mensaje en clave, así que solo los agentes de Dios o campeones pudieran descifrarla y no el enemigo.
Permitidme poner una analogía. Para proteger su seguridad América envía muchos agentes al exterior para recoger información vital concerniente a los posibles enemigos. Cuando el cuartel general se comunica con esos agentes en el exterior, particularmente en territorio enemigo, ¿se comunicarían abierta y llanamente? No. Nadie sería tan ingenuo. Se comunicarían con mensajes en clave mensajes secretos y así el enemigo no podía descifrarlos.
A través de la historia, la gente justa nunca tomó la iniciativa sino que sufrió en esta Tierra, debido simplemente a que estaban en territorio enemigo, y Satán no quería que los agentes de Dios prosperaran. Siempre que las fuerzas de Satán descubrían a los representantes de Dios, trataron de destruirlos.
Debemos darnos cuenta que Dios ha tenido que dar sus instrucciones en mensajes en clave. Así, la Biblia está escrita en símbolos y parábolas. Hasta cierto punto, se intenta que la Biblia sea misteriosa. ¿Entonces cómo podemos conocer el verdadero significado de esos símbolos y parábolas?
Es simple, hasta cierto punto. Si sois un agente enviado por vuestro cuartel general, y tenéis que descifrar un mensaje en clave, entonces debéis tener o bien un libro de claves, o comunicaros directamente con el cuartel general.
Del mismo modo, el significado de los símbolos y parábolas de la Biblia sólo puede estar claro cuando nos comuniquemos con nuestro "cuartel general" Dios. Este es verdaderamente el único modo seguro para conocer el significado esencial de la Biblia.
Hace dos mil años nuestro Señor Jesucristo trajo el esbozo para el Reino de los Cielos en la Tierra. Sin embargo, no pudo hablar claramente sobre su plan ni a sus propios discípulos. Jesús habló con figuras y parábolas. ¿Por qué?
Jesús conocía las adversas circunstancias en las que tenía que trabajar. Había presión política del Imperio Romano. Había un gobernante monárquico que se oponía a cualquier cambio. Y había un fuerte sistema y tradición religiosas. Todos podían ser dirigidos contra la construcción del Reino de Dios.
Jesús venía a encender el fuego de la Revolución en el hombre, que habría cambiado a su debido tiempo la estructura y la vida de la nación entera.. Pero no pudo hablar llanamente de algo de esto ni a sus propios discípulos. Por el contrario, tenía que hablar con figuras y parábolas, diciendo: "El que tenga oídos, que oiga". (Lucas 14: 35).
Si intentáis interpretar la Biblia literalmente, palabra por palabra, letra por letra, sin entender la naturaleza del mensaje en clave de la Biblia, estáis expuestos a cometer un gran error.
Por lo tanto, en este día, en esta hora, lo que el mundo Cristiano necesita es una revelación de Dios. Dios debe revelarnos Su plan; debe contarnos Su horario, y darnos instrucciones de que hacer en este tiempo. Dios en realidad prometió esto diciendo, en Amós: "No, no hace nada el Señor Yahvéh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas". (Amós 3:7).
Hoy estoy aquí de pie en el Madison Square Garden no por mi propia voluntad, sino en obediencia a la Divina Voluntad de Dios. Dios me ha llamado como Su instrumento, para revelar el mensaje para su dispensa en los días actuales, por ello puede que haya un pueblo preparado para el día del Señor.
Esta noche me voy a centrar en la revelación divina concerniente a la venida del Señor de la Segunda Llegada la cuestión más importante de nuestro tiempo. Y con el propósito de comprender esto claramente, primeramente debemos conocer las circunstancias de la venida de Jesucristo hace 2.000 años.
JESUS NO VINO A MORIR
Hay un enigma histórico que no ha sido resuelto. Durante 4.000 años antes de la venida de Jesucristo, Dios había preparado al pueblo para el Mesías, como expliqué anteriormente. A través de sus profetas, Dios había prevenido al pueblo de estar preparado para el Mesías. Dios estuvo trabajando para promover expectación, y verdaderamente había gran fervor Mesiánico en Israel. Y en la hora señalada, Dios cumplió Su promesa. El Hijo de Dios, Jesucristo, llegó a tiempo a su propio pueblo.
Entonces ¿qué ocurrió? La historia es testigo, No le conocimos. Le rechazamos, nos rebelamos contra él y finalmente le crucificamos en la cruz. ¿Por qué?
Las iglesias Cristianas dicen, "Bien, la respuesta a esta pregunta es, sencillamente, que Dios envió a Jesucristo a morir en la cruz. La crucifixión era la voluntad predestinada de Dios desde el principio”.
Entonces, permitidme preguntar a esos "Cristianos, ¿qué haréis cuando Jesucristo vuelva hoy a vosotros?” Todos los Cristianos indudablemente responderán: "¡Le recibiremos! ¡Le daremos la. bienvenida! ¡Nos uniremos con él! ¡Le seguiremos!" Permitidme preguntar de nuevo, ¿Crucificaréis a Cristo cuando aparezca? "Vuestra respuesta debe ser, ¡No!”
Sí eso es así, entonces, ¿cómo era la gente hace 2.000 años? ¿Si hubieran aceptado a Jesús como vosotros haríais hoy aún tendrían que haberle crucificado? ¡No!
¡Fue un error! Fue por ignorancia por lo que crucificamos a Jesús.
Era la voluntad de Dios que Su pueblo aceptase al Mesías. En lugar de ello, le crucificamos. Y entonces los Cristianos se desentendieron diciendo que era la voluntad de Dios; ¡ridículo! Eso no es aceptable a nuestra lógica. Debió haber alguna terrible equivocación. ¿Cuál fue?
LA IGNORANCIA MATO A JESUS
La gente no conocía quien era Jesús de Nazaret. Ellos no le conocieron como el Hijo de Dios. Si hubieran sabido claramente que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, no le habrían crucificado.
"Vino a su casa., y los suyos no le recibieron" (Juan: 1:11)
Y escuchando el testimonio de San Pablo: "Sabiduría desconocida de todos los príncipes de este mundo pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria.” (I Corintios 2:8).
Si tan solo hubieran conocido quien era, no habrían crucificado al Señor de la gloria. Fue un. error. !Fue la ignorancia y la ceguera, quienes mataron a Jesucristo!
Los Cristianos del mundo no se han dado cuenta de la verdad que aconteció en el tiempo de Jesús. Si el único propósito de Dios enviando a Su Hijo era tenerle clavado en la cruz, entonces ¿por qué perdió Dios el tiempo antes para preparar al pueblo? Habría sido mucho más fácil para Dios enviar a Su Hijo entre incrédulos, o incluso entre salvajes. Ellos le habrían matado más rápidamente, y la salvación se habría anticipado.
ESCLAVOS DE LA LETRA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Entonces la pregunta es, ¿por qué la gente no conocía quién era Jesús? Lo creáis o no, la principal razón por la que el pueblo de Dios no reconoció a Jesús como el Mesías fue por el Antiguo Testamento. Esto puede sorprenderos. Pero la gente interpretaba el Antiguo Testamento literalmente. No se dieron cuenta de que la Biblia estaba en clave. Ellos no buscaron un libro de claves. En cambio, tomaron la Biblia literalmente, palabra por palabra, letra por letra. En otras palabras, ellos llegaron a ser esclavos de la letra del Antiguo Testamento.
Permitid que os lo demuestre. El libro de Malaquías en el Antiguo Testamento tiene un propósito paralelo al del Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Muestra claramente el horario y la descripción del último minuto de cómo vendría el Mesías. En Malaquías, encontráis estas palabras: "Yo os envío al profeta Elías antes de que llegue el Día de Yahvéh, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres". (Mal. 3:23 24) .
¿Quién era Elías? Era un profeta mayor de Israel que había vivido aproximadamente 900 años antes de Jesucristo, y había ascendido al cielo en un carro de fuego en un torbellino, según el Antiguo Testamento. Por eso la gente creía que Elías volvería literalmente desde el firmamento en un carro de fuego y anunciaría al Hijo de Dios. Esto es lo que la gente esperaba.
Pero ¿vino Elías? El problema consiste en que Elías no volvió de la forma que la gente esperaba. La gente nunca oyó nada sobre su vuelta milagrosa. Sin embargo, un día ellos oyeron una declaración extraordinaria. Un joven de Nazaret, que se llamaba Jesús era proclamado por sus seguidores como el Mesías, el Hijo de Dios. Por supuesto eso era un anuncio increíble.
Y ¿cuál fue la reacción inmediata de la gente? "¡Imposible!, dijeron. "¿Cómo puede ser Jesús de Nazaret el Hijo de Dios? No hemos oído nada sobre Elías." Si no hay Elías no puede haber Mesías.
Para aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios, ellos habrían tenido que prescindir de sus 4.000 años de tradición y tirar la Biblia. Pero nadie estaba dispuesto a hacerlo. En ese tiempo la gente entendía verdaderamente mal a Jesús, el Hijo de Dios. Decían de él: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces a tí mismo Dios". (Juan 10:33).
Y cogieron piedras, dispuestos a apedrear a Jesucristo, el Mesías.
Más tarde, cuando Jesús realizó muchas obras poderosas y milagros, la gente no honró a Jesús. En cambio decían: "Este no expulsa los demonios mas que por Beelzebul, príncipe de los demonios". (Mat. 12:24).
¡Qué tragedia! ¡Jesucristo, el Hijo de Dios, el Príncipe de la Paz, fue rebajado y relegado al príncipe de los demonios!
Poncio Pilatos, el gobernador Romano, no quería crucificar a Jesús, porque no podía encontrar ninguna falta en él. Sin embargo, la propia gente de Jesús eran los que estaban gritando, "¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!”
El pueblo que Dios había preparado para recibirle quería que Jesús fuera matado, y en su lugar fuera liberado el criminal Barrabas. ¿Era esa la voluntad de Dios? ¡No! Jesucristo fue la víctima de la ignorancia y ceguera de su propio pueblo. Y ellos leyeron erróneamente la profecía leyeron erróneamente el Antiguo Testamento.
Imaginad que Elías hubiera venido de manera sobrenatural, en un carro de fuego desde el cielo, como esperaba la gente. Ello habría creado una gran sensación. E imaginad a Elías apareciendo ante las multitudes y proclamando, "Este hombre, Jesús de Nazaret, es verdaderamente el Hijo de Dios". Entonces estoy seguro que cada uno se habría arrodillado y le habría adorado allí mismo. ¿Entonces quien se habría atrevido a crucificar a Jesucristo?
Sin embargo esa clase de milagro no era el significado de la profecía. La profecía de Malaquías sobre la venida de Elías era sin duda un obstáculo para el ministerio afortunado de Jesús. Cuando los discípulos de Jesús marchaban a todo Israel predicando el Evangelio y proclamando a Jesús como el Hijo de Dios, la gente repudiaba sus palabras, diciendo: "Si vuestro maestro es el Hijo de Dios, ¿dónde está Elías? El libro dice que Elías debe venir primero".
JUAN BAUTISTA ERA ELIAS
Los discípulos de Jesús no estaban preparados para contestar esa pregunta. En realidad ellos no eran eruditos del Antiguo Testamento. Después de todo, eran humildes pescadores de Galilea, recaudadores de impuestos, y rameras. Por eso, confundidos los discípulos decidieron un día ir a Jesús a pedirle ayuda en este asunto. Un relato aparece en Mateo.
Preguntáronle entonces sus discípulos: "¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?" Respondió él: "Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo que Elías ha venido ya,..." Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista. (Mateo 17:10 13).
Esto era una auténtica sorpresa para los discípulos. Y entonces comprendieron, según la Biblia que Jesús se refería a Juan el Bautista.
¿Era Juan el Bautista Elías? Sí, Jesús lo dijo. Pero la gente nunca se convenció. Dijeron, "¡Atroz!"
Imaginemos que podemos traspasar esos acontecimientos a nuestro tiempo. Juan el Bautista hace 2.000 años era una persona de tremenda influencia, gozando de gran prestigio en todo Israel como un hombre sobresaliente de Dios, exactamente igual que hoy Billy Graham, un sobresaliente líder cristiano,
Digamos que un joven desconocido aparece de repente y empieza a proclamar al mundo que es el Hijo de Dios. Como estudiante de las Escrituras, tú le preguntarías:"Si eres el Hijo de Dios ¿dónde está el Elías prometido?" Si ese hombre dijera,"¿No sabes que Billy Graham es Elías?", ¿cual sería tu reacción? Dirías indudablemente "¡imposible!" ¿Cómo puede ser Billy Graham Elías? El no salió del cielo azul. Todos sabemos que es de Carolina del Norte!"
Vosotros no podríais aceptar eso, ¿verdad? Precisamente la misma clase de incredulidad hubo contra nuestro Señor Jesucristo. La gente no podía aceptar a Juan el Bautista como Elías simplemente porque él no vino del cielo. La gente de hace 2.000 años estaba obstinada en su creencia de que la profecía del regreso de Elías tenía que ser cumplida literalmente, que él, debería volver desde el cielo. Ellos fueron las víctimas de la letra del Antiguo Testamento.
JUAN BAUTISTA, HOMBRE FRACASADO
Sin embargo, Jesucristo continuaba predicando con poder y autoridad a pesar del desprecio de la opinión pública. La gente no podía destituir cómodamente a un hombre así. Necesitaban estar seguros de sí mismos. Por ello decidieron ir a preguntar al mismo Juan el Bautista y plantearle sus preguntas de una vez por todas. Ellos preguntaron a Juan: "¿Quién eres tú? El confesó y no negó; confesó: "Yo no soy el Cristo." Y le preguntaron: "¿Qué pues? ¿Eres tú Elías?" El dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el profeta?" Respondió: "No” (Juan 1: 19 21).
Juan el Bautista negó todo. Dijo "Yo no soy Elías". Incluso negó el título de profeta. Todos le conocían y consideraban como un profeta de Dios, pero dijo, "No soy profeta" ¿Por qué? El evaluó la situación y sabía que Jesucristo estaba considerado por su propia sociedad como un marginado. Jesús parecía estar perdido, y Juan decidió no seguir a Jesús. El pensaba que sería mucho mejor negarlo todo.
Al hacer eso, Juan el Bautista empujó a Jesús a un rincón, haciéndole parecer un gran impostor sin defensa. Después de la negación de Juan, Jesús no tenía ningún nuevo recurso sobre este punto.
Entonces ¿por qué fue crucificado Jesucristo? Primeramente fue víctima de la interpretación literal del Antiguo Testamento. En segundo lugar, Jesús fue rechazado y finalmente crucificado debido al fracaso de la misión de Juan el Bautista. Podemos leer en Mateo que Juan el Bautista, esperando en prisión ser degollado envió a dos de sus discípulos a Jesús a preguntarle la siguiente cuestión: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" (Mat. 11:3) .
¿Es esta la pregunta de un hombre que tiene fe en Jesús como el Hijo de Dios? Juan el Bautista anteriormente había testificado a Jesús en el Río Jordán: "Y yo le he visto y doy testimonio de que este es el Elegido de Dios." (Juan.1: 34).
Sin embargo, esta mismísima persona, con la mismísima lengua estaba ahora enfrentada a Jesús al preguntarle, "¿Eres realmente el Mesías, o debemos esperar a algún otro?" Qué descorazonadora debió ser esta pregunta para Jesús! ¡Qué hombre de poca fe era Juan!
La misión de Juan el Bautista era muy importante para el cumplimiento de la misión del Mesías. Dios envió a Juan específicamente "a preparar el camino del Señor, a tener dispuesto un pueblo preparado." Esa era la responsabilidad de Juan como el precursor de Cristo.
Jesús confiaba mucho en el éxito de la misión de Juan el Bautista. Cuando el mismo Juan el Bautista fue a Jesús y dijo: ¿Eres realmente el Mesías?, eso fue más penoso para Jesús que si le hubiera apuñalado con un cuchillo. La ira le abrumó. Jesús rehusó contestar "si" o "no" a esa imposible pregunta. Jesús dijo: "Dichoso aquel que no se escandalice de mí". ( Mat. 11:6).
Este fue el consuelo de Jesús a Juan cuando vio que Juan había fracasado. Jesús, realmente, estaba diciendo: "Pobre Juan, hombre fracasado. No tienes gran fe en mí. Estás ofendiendo al Hijo de Dios. Estoy triste por ti, Juan.”
Y entonces Jesús habló de Juan indignado a la gente, diciendo: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Si, os lo aseguro, y más que profeta." (Mat. 11:7 9).
Juan era más que profeta, porque vino para dar testimonio directamente de Jesucristo, el Hijo de Dios. El nació para una misión extraordinaria. Dios confió esa gloriosa responsabilidad a Juan. ¡Qué honor para un hombre ser llamado "más que profeta" por Jesús! Sin embargo, Juan fracasó en cumplir ese honor. Por esa razón, Jesús dijo en Mateo: "En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él." (Mat. 11:11).
Juan había caído hasta el punto donde incluso el más pequeño en el Reino de los Cielos era mayor que él. El significado de la declaración de Jesús ha sido misterioso. Los Cristianos no han comprendido su verdadero significado porque no se han dado cuenta de que Juan el Bautista era un hombre que fracasó en su misión. Esta noche podemos conocer el verdadero significado.
Juan el Bautista era el mayor entre los nacidos de mujer debido a su misión, que era testificar del Hijo de Dios. Todos los profetas en el pasado habían tenido la misma misión. Pero los profetas que vinieron antes que Juan habían dado testimonio del Mesías con la distancia de tiempo entre ellos y el Señor.
Juan nació como contemporáneo de Jesucristo, así pues tenía el privilegio de dar testimonio del Cristo vivo cuando apareció en persona. En cuanto a su misión, Juan el Bautista tenía la mayor, la más gloriosa de todas. Por eso, Jesús dijo que era el mayor entre los nacidos de mujer.
Sin embargo, en el cumplimiento de su misión, Juan fue el último de todos; él fue el fracaso más miserable de todos. Todos los profetas que habían vivido antes que él estaban en el Reino de los Cielos en el mundo espiritual. Ellos conocían quién era Jesucristo. Pero Juan no. El dudó. Se volvió escéptico y finalmente ciego a la identidad de Jesús. Por último, falló en mantener su propio testimonio del hijo de Dios. Llegó a ser un hombre fracasado, y por consiguiente el más pequeño de todos en el Reino de los Cielos.
Os daré otra prueba evidente del fracaso de la misión de Juan el Bautista. La gente dijo a Juan: "Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él". (Juan 3:26) .
Entonces Juan contestó: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya”. (Juan 3:30).
Los Cristianos han interpretado esto queriendo decir que Juan era verdaderamente un hombre humilde y un gran profeta. Ellos creen que él vio en su humildad que Jesús debía crecer, mientras que él mismo debía disminuir.
Por el contrario, esto es un prueba de la arrogancia de Juan el Bautista. Si Juan hubiera tomado a Jesucristo seriamente como el Hijo de Dios, no habría tenido otra alternativa sino unirse con Jesús y seguirle apasionadamente, en cualquier circunstancia. El habría crecido o caído junto con Jesús, unidos al mismo destino. Este pasaje muestra que de hecho Juan no siguió a Jesús.
Tomó un curso independiente y abandonó a Jesús. En realidad no tomó a Jesús con seriedad.
Juan el Bautista fue finalmente decapitado. ¡Podría haber sido un mártir glorioso si hubiera sido decapitado por estar llevando a cabo su misión encomendada, dando testimonio y proclamando al mundo que Jesucristo era el Hijo de Dios! Pero fue decapitado solo porque se vio envuelto en el escándalo amoroso de la familia del Rey Herodes. Este asunto no concernía al trabajo de Juan. Su única responsabilidad era atender al Hijo de Dios. Pero Juan desertó de esta misión divina y padeció una muerte absurda e incluso vergonzosa. Esta verdad debe ser contada, aunque sea penosa.
Por último, Jesús dijo de Juan, en Mateo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan." (Mat. 11:12).
Esto significa que a causa del fracaso de la misión de Juan el Bautista, el Reino que Jesucristo traía sufrió y fue abierto en competencia. Cuando un campeón de Dios falla en su misión, algún otro debe tomar esta misión de acuerdo con sus méritos. Por eso, hombres de fe violenta como Pedro tomaron la posición de Juan por la fuerza de sus méritos.
Sin embargo, ¿cuál habría sido el resultado si Juan el Bautista hubiera sido un hombre de gran fe? Habría llegado a ser indudablemente el principal discípulo del Hijo de Dios, Jesucristo. Si Jesús hubiera sido Rey, Juan habría sido primer ministro. Esta era la posición que Dios planeó para Juan.
En ese caso, por consiguiente, los 12 apóstoles, los 70 discípulos y los 120 que Jesús escogió todos habrían venido de las filas de los propios seguidores de Juan. Juan habría servido como mediador para lograr unidad y armonía entre el pueblo escogido de Israel y el Hijo de Dios. Entonces, ¿quién se habría atrevido a crucificar a Jesús bajo estas circunstancias? ¡Nadie! La crucifixión nunca habría tenido lugar.
Estoy seguro de que mucha gente que lee la Biblia debe haberse preguntado sobre Juan, "¿Si era un hombre tan grande, por qué no llegó a ser el principal discípulo del Hijo de Dios?" El mismo Jesús indicó la misión que Juan el Bautista venía a cumplir: "Pues todos los profetas, lo mismo que la ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir." (Mat. 11:13 14).
Juan el Bautista representaba la consumación del Antiguo Testamento, la Ley y los Profetas. El era el príncipe de la antigua era. Jesucristo vino como el Príncipe de la nueva era. Si hubiera sido sostenido por Juan el Bautista, habría estado erecto sobre el firme fundamento de la Era del Antiguo Testamento. Entonces la nueva era podría haber florecido en el fértil terreno de los méritos de la antigua era. El Hijo de Dios podría haber establecido su glorioso Reino inmediatamente. Y Juan el Bautista habría sido la piedra angular de ese Reino.
Si Juan el Bautista hubiera seguido a Jesús, entonces los líderes distinguidos de aquella sociedad habrían sido los primeros en aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios. Entonces, ¿quién habría crucificado al Señor de la Gloria?
Cuando Dios envió a Su único Hijo a este mundo a establecer Su Reino sobre la Tierra, ¿pensáis que no querría que fuera seguido por toda la gente más capacitada de su tiempo? ¿Pensáis que Dios quería que siguieran a Jesús solamente los marginados de la socie¬dad? ¡De ningún modo! Únicamente a causa de fracaso de Juan el Bautista fue roto el enlace entre el Hijo de Dios y el pueblo.
Y como resultado, solamente pescadores, recaudadores de impuestos, rameras y leprosos siguieron a Jesucristo. Esto ocasionó gran aflicción al corazón de Dios.
Si el Señor vuelve hoy al mundo ¿no es lo más lógico que todos los líderes del Cristianismo los obispos, los cardenales, el Papa y todos los evangelistas y los grandes ministros del mundo se convirtieran en el primer grupo para dar la bienvenida a Cristo? Si ellos siguieran al Señor y llegaran a ser sus primeros discípulos, el establecimiento de Su Reino sería infinitamente más fácil.
Podéis decir, "Rev. Moon, ¿con qué autoridad está hablando? ¿Qué le hace estar tan seguro?" Yo tengo la autoridad para decir estas cosas. Dios me mostró la verdad. Estuve con Jesús. Jesús mismo me mostró estas verdades. Y estuve incluso con Juan el Bautista en el mundo espiritual. El mismo confirmó la verdad de este testimonio. Después de estas extraordinarias experiencias espirituales volví a la realidad de este mundo, la misma Biblia que había estado leyendo tomó un significado completamente nuevo.
Aunque no podáis aceptar ahora estas cosas como la verdad, por lo menos debéis suspender vuestro juicio. Un día todos nosotros conoceremos la verdad. Al final todos vamos a morir. Cada uno de nosotros terminará en el cielo espiritual, donde la verdad es como la luz del sol. Allí, ninguno puede escaparse de ella. Aquel día todos veremos la verdad completa.
Sin embargo, dichoso aquel que pueda ser suficientemente humilde para aceptar la verdad mientras tiene la oportunidad aquí en la Tierra. Vuestro conocimiento de la verdad y de Dios aquí en la Tierra determinará vuestra vida eterna.
JESUS ESPERADO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO
Hay una tercera razón vital por la que Jesús no fue aceptado como el Mesías. Hace dos mil años la gente esperaba que el Hijo de Dios vendría sobre las nubes del cielo, según la profecía de Daniel: "Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de Hombre." (Dan. 7:13).
Pero Jesucristo no apareció milagrosamente sobre las nubes del cielo. El nació de la mujer María, la esposa de José. La gente decía: ''Bueno, ¿cómo puede ser este Jesús el Hijo de Dios? No es más que un hombre como tu y yo."
Esta fue otra abrumadora razón por la que la gente rechazó a Jesús.
Algunas tendencias dicen que esta profecía de Daniel no era para la primera venida de Jesucristo, sino pensada para el Señor de la Segunda Llegada. Pero yo digo que esto no es cierto porque Jesús testificó que todos los profetas estaban consumados en Juan el Bautista. Todas las profecías y la ley dadas antes que Juan el Bautista estaban pensadas para ser cumplidas en el tiempo de Jesucristo.
Así pues, la profecía de la venida del Hijo del Hombre sobre las nubes del cielo estaba pensada para la venida de Jesucristo hace 2.000 años. En aquellos días no había Nuevo Testamento, y el pensamiento de la Segunda Llegada del Señor no estaba aún en la mente de Dios.
Esta profecía causó mucha dificultad para el ministerio de Jesús. Podemos ver esto en el Nuevo Testamento, donde el apóstol Juan advierte: “Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el seductor y el anticristo." (II Juan 7).
Esto es lo que Juan decía hace 2.000 años a los incrédulos de Jesucristo, que le rechazaban simplemente porque era un hombre en la carne. No aceptaban a Jesús porque estaban esperando algo sobrenatural que apareciera sobre las nubes. Juan condenó a esta gente con los peores términos diciendo, "ese es el anticristo".
Estas verdades históricas han sido encubiertas por el mundo cristiano. Hoy, por primera vez todas estas circunstancias del ministerio de Jesús han irrumpido al exterior.
Si, nuestro Señor Jesucristo vino a cumplir la misión de traer el Reino de Dios a la Tierra. Pero no le comprendimos. Cometimos el gran crimen de clavarle en la cruz. Fue una gran tragedia. Sin embargo más tarde decimos que era la voluntad de Dios. ¡Qué irónico!
La creencia de qué Jesús vino a morir en la cruz ha llegado a ser la base del Cristianismo. Pero esta errónea creencia ha estado desgarrando el corazón de Dios una y otra vez durante los últimos 2.000 años. El corazón de Dios se rompió cuando Adán se rebeló contra El, y de nuevo cuando Su Hijo fue crucificado en la cruz en el Monte Calvario. Hemos tristemente malentendido a ambos, a Dios y a Cristo.
¿Por qué, entonces, ha sido revelada esta verdad en este preciso momento? Porque el tiempo de la Segunda Llegada de Cristo está cerca. Y Dios no quiere que los Cristianos cometan el mismo fallo que cometió la gente del tiempo de Jesús.
Solamente con la revelación de la verdad clara del Padre Celestial todas las iglesias Cristianas llegarán a ser una. Sí, la verdad nos une. Si conocemos la verdad, esa verdad nos hará libres de nuestras erróneas y desunidas creencias. Y la verdad llana de Dios ha sido revelada ahora.
CRUCIFIXION MISION SECUNDARIA DE JESUS
La crucifixión no fue de ninguna manera la misión original del Hijo de Dios, sino representó una alteración de su curso previsto. Fue una misión secundaria. Se decidió en el Monte de la Transfiguración. Un relato de ésta aparece en Lucas: "Y he aquí que conversaban con él dos varones, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén." (Lucas 9:30 31
Cuando Pedro, primer discípulo de Jesús fue informado por Jesús de que sufriría en Jerusalén y tenía que ser crucificado, Pedro protestó violentamente, como leemos en Mateo: "¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!" (Mat. 16:22) .
Entonces Jesús le echó diciendo: "¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tropiezo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!" (Mat. 16:23).
Los cristianos citan a menudo este pasaje particular como prueba de que Jesús vino a morir en la cruz. "Muchos dicen, “Mira lo que dijo Jesús. Dijo que venía a morir. Es por lo que reprendió a Pedro y le llamó Satanás, porque Pedro se oponía a que Jesús fuera a la cruz."
Pero esa interpretación falla en un punto vital. Jesús reprendió a Pedro después de conocer que Dios había cambiado Su plan y alterado la misión de Jesús. A causa del rechazo del pueblo, Dios sabía que Jesús no podía proseguir con su misión primaria, el establecimiento del Reino sobre la Tierra, porque ello requería la cooperación del pueblo.
En este último punto de su ministerio, Dios pidió a Jesús que cumpliera solamente el objetivo de la salvación espiritual.
No obstante Jesús estaba preparado para esta meta secundaria. Y el pobre Pedro no sabía nada sobre este cambio en la misión de Jesucristo.
Jesús llamó a Pedro "Satanás" porque las palabras aparentemente confortantes de Pedro no tenían ninguna aplicación a la voluntad de Dios en ese punto. Pedro habló con ignorancia y ceguera. Pero Jesús no podía permitirse olvidar esta misión secundaria porque entonces su venida habría sido completamente en vano.
LA ACEPTACION DE JESUS HABRIA TRAIDO EL REINO DE DIOS
Consideremos qué habría ocurrido actualmente si Jesús hubiera sido aceptado por el pueblo de Israel. En realidad, habría llegado a ser el rey de esa nación. Entonces, como Rey de Israel, habría unido a sus discípulos con todos los descendientes de Abraham, incluyendo las doce tribus de Jacob y todas las tribus árabes. Todos ellos habrían formado una familia del Hijo de Dios.
Jesucristo habría erigido una soberanía celestial centrada sobre la nación de Israel. La constitución del Reino de Dios habría sido promulgada en su tiempo. Habría sido establecida una nación invencible, en la que la soberanía de Dios habría llegado a ser realidad. Esa nación bajo Dios, que el primer Adán tenía que haber comenzado, finalmente se habría realizado con el último Adán Jesucristo como Rey. Incluso el Imperio Romano se humillaría ante el Reino de Dios.
Esta es la predicción de Isaías: “Grande es su señoría y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia. Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahvéh Sebaot hará eso”. (Isaías 9:6).
Incluso después de la muerte de Jesús, sus discípulos marcharon hacia Roma con las manos vacías, sufriendo y derramando sangre. Pero durante 400 años, el Imperio Romano se hundió ante este ejército desarmado. Si Jesucristo no hubiera sido crucificado, sino hubiera sido el comandante vivo de esta armada santa, entonces todo el Imperio Romano habría sucumbido bajo la soberanía de Dios en la propia vida de Jesús.
En aquel tiempo, el gran Imperio Romano era el centro del mundo. El plan de salvación de Dios era restaurar el mundo entero. Por eso Dios había preparado a Roma para ser el centro de todas las naciones, por tanto una vez que el Reino hubiera llegado a Roma, podría haber sido llevado fácilmente al mundo entero. Si Jesús hubiera sido capaz de establecer su Reino en el Imperio Romano, entonces, mediante el poder e influencia de Roma, cada rincón del mundo habría oído el evangelio de Jesucristo durante su vida en la tierra.
Entonces Jesús en su propio tiempo habría establecido el Reino de los Cielos en la tierra de forma real. La nación de Israel habría sido el glorioso centro de su Reino. Hoy no habría Cristianismo ni Catolicismo Romano, ni Iglesia Presbiteriana, ni Metodismo, ni Iglesia de Cristo. Ninguna de ellas habría sido necesaria. Vosotros no necesitáis un vehículo cuando habéis llegado bien a vuestro destino.
Ya seríamos ciudadanos del Reino de los Cielos. No habría ninguna matanza en la historia del Cristianismo ningún mártir. Y no habría ninguna cruz en las agujas de las iglesias.
Entonces no habría ninguna razón para la Segunda Llegada de Cristo, porque la misión del Mesías ya habría sido consumada. Hoy no habría ni Satán, ni pecado sobre la tierra. Hasta el espíritu más pequeño habría sido restaurado o habría nacido a la bondad de Dios en la perfección. ¿Por qué habría de venir Cristo de nuevo? No habría ninguna razón para la Segunda Llegada. No se necesita a un doctor cuando no hay pacientes que curar.
La triste realidad, sin embargo, es que Jesucristo se encontró con una rebelión. Sin la obediencia de Adán y Eva, Dios no pudo cumplir Su ideal en el Jardín del Edén. Y sin la cooperación del pueblo, Jesucristo no pudo establecer su Reino en la Tierra.
LA CRUCIFIXION TRAJO SOLAMENTE LA SALVACION ESPIRITUAL
Por eso Jesús cambió a su misión secundaria, la salvación espiritual. Dios permitió que Su Hijo fuera sacrificado, como hecho necesario, a causa del pecado y la ceguera del pueblo. Ese fue el significado de la crucifixión. Dios permitió que Jesús muriera en la cruz como un rescate pagado a Satán. A cambio, mediante la resurrección de Jesús, Dios pudo reclamar las almas de los hombres, aunque no pudiera dar redención al cuerpo.
Por consiguiente, la victoria de Dios no estaba en la cruz sino en la Resurrección. Esto es lo que permitió la salvación de las ofrendas del Cristianismo.
En la crucifixión de Jesús, el Cristianismo fue también crucificado. A la hora de la tribulación del Señor, nadie le permaneció fiel. Todos le traicionaron. Incluso Pedro negó a Cristo.
Pero con la Resurrección, el Cristianismo también revivió. Entonces, durante 40 días, Jesús cementó las piezas fragmentadas del Cristianismo. Ese fue el comienzo del Cristianismo de hoy.
Sí, nuestra salvación viene desde la victoriosa Resurrección. Esta es la victoria de Cristo, sobre la que el poder de Satán no tiene ninguna influencia. Pero el cuerpo de Jesucristo fue entrenado como sacrificio y como rescate. Y cuando entregó su cuerpo, estaba entregando también el cuerpo de la humanidad. Por lo tanto, nuestra salvación es limitada, al traer solo redención espiritual, porque la redención del cuerpo no pudo ser cumplida hace 2.000 años. Y nuestro mundo sufre todavía bajo el poder de Satán. El pecado aún es violento y domina este mundo mediante nuestros cuerpos.
San Pablo exclamaba con angustia, en Romanos: "¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? !Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado. (Romanos 7:24 25).
San Pablo vivía en la gracia del Señor. Pero todavía confesaba que solamente podía servir a Dios con la razón, y con la carne servía a la ley del pecado. Su cuerpo todavía tenía que ser redimido; él aún estaba angustiado en pecado.
Y del mismo modo sucede con nosotros. Al aceptar a Cristo, tenemos la salvación espiritual. Pero nuestros cuerpos sirven a la ley del pecado en dominio de Satán hasta que vuelva de nuevo y nos libere de la esclavitud del pecado. El Señor de la Segunda Llegada es el único que puede darnos la salvación completa: la salvación espiritual y también la redención de nuestros cuerpos.
Hoy, el Cristianismo tiene facultad solamente para dar la salvación espiritual. De otro modo que la nación de Israel, el Cristianismo no tiene una base física. Por consiguiente, el dominio de Dios en el Cristianismo es solamente sobre un reino espiritual.
Por lo tanto, la gran esperanza de la humanidad es la Segunda Venida del Mesías. Esta es la esperanza de América, la esperanza del mundo. América esta excepcional nación cristiana debe ahora despertar y prepararse para el día de la venida del Mesías.
El Cristianismo americano esta hoy en la posición de Israel hace 2.000 años. América está destinada a servir como el lugar de llegada del Mesías en el siglo XX. Dios desea extenderse por el mundo. Pero para hacer eso, Dios debe extenderse primero por América.
El papel de América es paralelo al del Imperio Romano hace 2.000 años. Así como Roma fue el centro del mundo en aquellos días, América es el centro del mundo en los tiempos modernos.
Jesús puso sus ojos en Roma. Y cuando Cristo vuelva, pondrá sus ojos en América.
LA ORACION EN EL HUERTO DE GETSEMANI
Debido a todo esto, nosotros los Cristianos no hemos comprendido el verdadero espíritu de la oración de Jesucristo en el Huerto de Getsemaní.
En el Huerto, Jesús dijo a sus discípulos: "Mi alma está triste hasta el punto de morir, quedaos aquí y velad conmigo." Y adelantándose un poco, cayó en tierra, y suplicaba así: "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero sino como quieras tú" (Mat. 26:38 39) .
Oró de tal forma no una, sino tres veces. Estaba triste hasta el punto de morir. En el mundo cristiano muchos piensan que oró de tal forma debido a su debilidad humana, incluso aunque su misión fuera morir en la cruz. ¡Nada más lejos de la verdad!
Durante el reinado de los Emperadores romanos, cientos de miles de Cristianos fueron martirizados. Ellos no decían, "Por favor, que pase de mí este cáliz."
Simón Pedro, cuando iba a ser crucificado, dijo a sus perseguidores, "No soy digno de morir del mismo modo que mi Señor. ¡Hacedme el favor! Crucificadme cabeza abajo." El no dijo, "Por favor, que pase de mí este cáliz."
Cuando Esteban, el primer mártir cristiano, fue lapidado, no dijo, "Que pase de mí este cáliz." La Biblia indica que murió lleno de paz, orando por sus ejecutores.
Incluso, aparte de la Biblia, Nathan Hale, un joven oficial en la Guerra de Revolución Americana, cuando fue capturado y antes de ser ahorcado, dijo, "Solamente lamento no tener más que una vida para darla por mi patria”. El no dijo, “Por favor, que pase de mí este cáliz."
¿Pensáis que el Mesías, Jesucristo, el Hijo de Dios, sería más débil que toda esta gente especialmente si viniera para el único propósito de morir en la cruz para la salvación del mundo? ! No ! Si ese fuera el caso, él no estaría calificado para ser el Mesías. No hemos comprendido al Señor Jesús.
La oración en el Huerto de Getsemaní no fue hecha por algún motivo individual, ni porque Jesús temiera a la muerte. Jesucristo, nuestro Señor, estaba dispuesto a morir mil veces si ese fuera el único modo de conseguir la salvación de la humanidad.
El estaba preocupado a causa de su misión. Estaba preocupado por el sufrimiento de su Padre Celestial. Estaba preocupado porque podía prever las terribles consecuencias de su crucifixión. Jesús sabía que su crucifixión no era la última voluntad de Dios. Sabía que su muerte pospondría la realización del Reino de los Cielos otros 2.000 años, y que mientras tanto la humanidad sufriría terriblemente.
Sabía que millones de seguidores que vendrían después de él tendrían que sufrir, derramando su sangre y siendo martirizados como él. Sabía que Israel sería abandonada y saqueada. Y sobre todo tenía el deseo de llevar la victoria y el cumplimiento glorioso al trono del Padre en el Cielo, y no volver solo a través de la crucifixión. No quería volver a Dios de ese modo, sino tener una triunfante bienvenida.
Por eso, en el Huerto de Getsemaní, Jesús hizo su último y desesperado ruego a Dios, preguntándole, "Aún en este último momento, ¿hay alguna posibilidad de que pueda permanecer en la tierra, para cumplir mi misión?” Si vamos a ser verdaderos seguidores de Cristo debemos comprender la pena y angustia que sufrió Jesucristo.
Además, si la crucifixión era la voluntad completa de Dios, entonces Judas el discípulo que traicionó a Jesús habría sido considerado como un héroe y se le habría dado una medalla celestial, porque, si tenía que ser crucificado el Hijo de Dios, alguien le tenía que entregar al enemigo. Sin embargo, Jesús dijo de Judas: "¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado. Más le valdría a ese hombre no haber nacido!" (Mat. 26:24).
¿Y por qué exclamaría Jesús en la cruz?:
"!Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? (Mat. 27:46).
Si su crucifixión era la voluntad de Dios, Jesús habría estado más que feliz en aquel momento. El habría exclamado, “¡Dios mío, cuánta honra! !Alégrate, Padre, he vencido!"
El Cristianismo tiene hoy la visión tradicional de que Jesús vino simplemente a morir en la cruz. !Este es el modo como los cristianos han justificado el asesinato del Hijo de Dios!
COMO SE CUMPLIRA LA SEGUNDA VENIDA
Hoy, no podemos creer nada sin lógica. Dios es la verdad, y la verdad es lógica. No puede haber ninguna perfección en ignorancia.
Tan sólo la oración cristiana no pudo poner a Neil Armstrong sobre la Luna. Fue necesaria la verdad científica. Yo mismo fui estudiante de ciencia y sé que Dios es también el Dios de la ciencia. Por lo tanto Su mensaje tiene que ser científico, lógico, y convincente para los hombres del siglo XX.
Permitidme llegar ahora a la cúspide de esta la charla de esta noche discutiendo cómo se va a cumplir la Segunda Llegada de Cristo.
Leemos en la Biblia, en Mateo: "Verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria" (Mat. 24:30) .
Y en el Apocalipsis, leemos: "Mirad, viene acompañado de nubes”. (Apocalipsis 1:7) .
Pero por otra parte en I Tesalonicenses, leemos: “El Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche." ( I Tes. 5:2).
Una profecía dice que el Señor viene acompañado de nubes del cielo, mientras que la otra dice que viene como un ladrón por la noche. Estas dos profecías hasta cierto punto están en conflicto. Si viene como un ladrón, no puedo al mismo tiempo aparecer en las nubes. ¿Escogeremos una profecía y dejaremos la otra?
La gente de hace 2.000 años no conocía que el mensaje de Dios está en símbolos. Interpretaban el mensaje de Dios literalmente y cometieron un grave error. Y cuando nosotros los Cristianos leamos el Nuevo Testamento, no debemos cometer el mismo error. Debemos leer la Biblia en el espíritu de Dios, y conocer el verdadero significado de los símbolos y parábolas.
Hace dos mil años todos esperaban que Elías apareciera desde el cielo azul, pero no vino de esa forma. Y esperaban que el Mesías viniera acompañado de nubes del cielo, pero no vino de esa forma. Hoy, los Cristianos esperan que el Señor de la Segunda Llegada venga sobre las nubes. ¿Pero tenéis alguna garantía de que esta, vez tales esperanzas no serán defraudadas?
Seamos suficientemente humildes y abiertos de mente para aceptar ambas posibilidades su venida sobre las nubes del cielo, y su venida como un ladrón por la noche. Si pensáis solamente en la venida del Señor sobre las nubes, y luego vuestra esperanza no se cumple debido a su venida como el Hijo del hombre en la carne, entonces estaréis más propensos a cometer el mismo crimen que la gente cometió hace 2,000 años.
Sin embargo, si sois humildes y capaces de aceptar al Señor como el Hijo del hombre en la carne que es el único modo de que pueda venir como un ladrón entonces no tenéis nada que perder. Estaréis seguros de encontrar al Señor de cualquier forma que venga.
Si de algún modo podéis extrañar al Señor, sería solamente si viene como un ladrón. Si viene sobre las nubes, no tenéis por qué preocuparos. Entonces todos le verían. Las redes de televisión lo harían posible, pero debo deciros que Dios no enviará a Su Hijo acompañado literalmente de nubes. Si os quedáis mirando al cielo esperando la Segunda Llegada del Señor, seréis defraudados. El vendrá, de nuevo, como un hombre en la carne.
Esto es revelación de Dios. Permitidme testificarlo leyendo las profecías significativas de la Biblia. En Lucas, leemos,
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió (Jesús): "El Reino de Dios viene sin dejarse sentir," (Lucas 17:20).
Todos verían las nubes del cielo. Pero Jesús dijo que no sentiríamos la venida del Reino. ¿Vio la gente la llegada del Mesías hace 2.000 años? No, no la vieron, porque vino como el Hijo del hombre en la carne.
Leamos ahora una declaración de Jesús aún más extraordinaria. Mucha gente pregunta, "¿De verdad dice eso la Biblia?" Ved en Lucas, cuando dice Jesús: “Pero, antes, le es preciso (al Señor de la Segunda Llegada) padecer mucho y ser reprobado por esta generación." (Lucas 17:25).
Si el Señor viniera acompañado de nubes del cielo, con gran poder y gloria, al son de las trompetas de los ángeles, ¿quién podría osar reprobarle o hacerle padecer? ¿Vosotros? Esas son las palabras de Jesús. Padecerá y será reprobado, porque viene como el Hijo del hombre en la carne. Al principio la gente tendrá un tiempo difícil para reconocerle como el Cristo.
Todas las iglesias Cristianas y todos los Cristianos devotos están esperando la venida del Señor en las nubes del cielo. Todos están mirando arriba, esperando que aparezca. Pero si esa esperanza no se realiza, y el Señor aparece inesperadamente como el Hijo del hombre en la carne como vino Jesús a este mundo la primera vez entonces qué sucederá?
Al principio la gente le reprobará y le hará padecer. No habrá fe sobre la tierra. Nadie le aceptará como Cristo al principio. Muchos Cristianos cogerán piedras para arrojárselas. Muchos Cristianos le llamarán blasfemo, hereje, y le acusarán de estar poseído por demonios. Estos eran los mismos cargos en contra de Jesús hace 2.000 años.
En Lucas, leemos: "Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos." (Lucas 17:26 27 ).
Esta es la descripción de los días del Hijo del hombre. Y sucederán cuando el Señor venga como el Hijo del hombre en la carne.
Como hombre, el Jesús venidero anunciará el Reino de los Cielos. Pero nadie le prestará atención. De hecho, la gente se reirá de él, le ridiculizará, le perseguirá, y harán toda clase de maldades en contra suya.
Y mientras tanto, el mundo continuará en su forma habitual, en negocios carnales comiendo, bebiendo, casándose hasta el día en el que el Señor sea alzado al trono del juicio. !Cuando el mundo le reconozca como el Señor del Juicio, será demasiado tarde! El arca estará cerrada. El juicio será ya inminente.
Ahora quiero leeros este pasaje, donde Jesús dijo: "Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la Tierra?" (Lucas 18:8).
Jesús preguntó si habría fe sobre la Tierra cuando volviera Cristo. ¿Por qué?
La historia puede repetirse. Hace dos mil años había una fe tremenda. La gente oraba en las sinagogas por la mañana, a mediodía y por la noche. Constantemente leían las Escrituras, escribiendo en las solapas, y recitándolas todos los días. Guardaban los Diez Mandamientos y todas las leyes. Llevaban sus diezmos al templo. Ayunaban una vez tras otra.
Sin embargo, cuando apareció el Hijo de Dios, fracasaron en reconocerle y le pusieron en la cruz. ¿Encontró Jesús alguna fe? A la vista de Jesucristo, no había absolutamente ninguna fe sobre la Tierra.
Así, cuando aparezca de nuevo como el Hijo del Hombre en la carne, puede ser también que no haya ninguna fe sobre la Tierra.
Millones de Cristianos y miles de iglesias puede que nunca vean venir al Hijo del hombre, porque viene en la carne.
Ahora, leamos finalmente a Mateo: "Muchos me dirán aquel Día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mat. 7: 22 23).
¿Qué significa esto? ¿Por qué serán condenados como agentes de iniquidad estos devotos cristianos que invocan en el nombre del Señor? ¿Qué clase de mal habrían cometido?
A lo largo de la historia, muchos crímenes y pecados han sido cometidos en el nombre del Señor, en el nombre de Dios.
No hay mejor ejemplo que el que ocurrió en el tiempo de Jesús. La gente que conspiró para matar a Jesucristo y finalmente lograron crucificarle en la cruz era la misma gente que había seguido la palabra de Dios día y noche. Pero cuando el Hijo de Dios vino a ellos, cometieron el peor crimen de la historia. Ellos mataron al único Hijo de Dios, ¡y lo hicieron en el nombre del Señor!
Del mismo modo, cuando Cristo venga a nosotros de nuevo como un hombre en la carne, ¿cómo podemos estar seguros de que los Cristianos de hoy no serán los primeros en tirar piedras al Cristo de retorno? Tenemos hoy la misma responsabilidad que la gente de hace 2.000 años. Por muy buenas que sean nuestras obras o nuestras oraciones, cuando Dios Envía a Su Hijo, si no le reconocemos y nos unimos a él, nos dirá, "Apartaos, agentes de iniquidad".
Si es cierto que la historia siempre se repite, entonces los Cristianos de hoy podrían convertirse en los peores enemigos del Cristo de retorno.
Sin embargo, aunque el rechazo y persecución iniciales pueden ser muy severos, Cristo no vuelve para ser crucificado de nuevo.
El Señor de la Segunda Llegada será victorioso y finalmente será elevado al trono del Juicio, y juzgará al mundo como el Señor del Juicio.
Cuando sea levantado al trono, entonces todos le verán. Será inconfundiblemente claro para todos quién es él. Y aquellos que ya le hayan acusado y rechazado gemirán y se lamentarán a causa del mal que le hayan hecho. Pero será demasiado tarde. El Señor les dirá: "Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad".
El Señor viene ya. Y viene como un hombre. Sin embargo también viene con el poder y la gloria de Dios. Y juzgará al mundo. Solo serán bendecidos los humildes. Los arrogantes verán el fuego inextinguible.
EL SIGNIFICADO DE LAS NUBES DEL CIELO
¿Entonces cuál es el verdadero significado de las "nubes del cielo"? Recalquemos de nuevo que la Biblia está escrita en símbolos. Jesús decía, "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos". Esta es una expresión simbólica.
Del mismo modo, las "nubes del cielo" tienen un significado espiritual, no físico. Leemos en el Apocalipsis: "Las aguas que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas." (Apocalipsis 17:15).
La Biblia indica que el agua es un símbolo de las multitudes de la humanidad caída.
¿Qué son las nubes? Son agua evaporada. Pero el agua a menudo está impura, sucia, con muchos elementos extraños en ella. Pero cuando tal agua se evapora en nubes, abandona sus impurezas. Así, esa gente que está evaporada y purificada de las aguas de la humanidad están simbólicamente en la posición de las nubes del cielo.
Jesús viene entre esa gente preparada, la gente de Dios. Viene entre los consagrados, los Cristianos revividos, entre los que están purificados, elevados, limpios del pecado. Ellos formarán la base del Reino de Dios cuando Jesús vuelva a la Tierra. Este es el verdadero significado de las nubes del cielo.
EL PROPOSITO DE DIOS CUMPLIDO
Primeros Adán y Eva: Sabéis que Dios intentaba comenzar el Reino de Dios en la Tierra con los primeros Adán y Eva. Si hubieran sido verdaderamente obedientes a Dios, entonces habrían alcanzado la perfección, y Dios les habría unido en matrimonio celestial y establecido la primera familia en la Tierra conforme a Su voluntad. Esta familia habría llegado a ser la piedra angular del Reino de Dios en la Tierra. Adán y Eva habrían sido el Verdadero Padre y la Verdadera Madre de la humanidad. El "Jardín del Edén" es la expresión simbólica para ese Reino. Y este mundo habría sido el mundo de alegría para Dios.
Segundos Adán y Eva: Pero los primeros Adán y Eva fracasaron. No obstante, el ideal de Dios permaneció siendo el mismo. Dios decidió realizar ese Reino original y completar el mundo de alegría. Y 4.000 años más tarde en historia Bíblica, Dios intentó restaurar ese Reino de Dios en la Tierra mediante otro Adán perfecto, Jesucristo era ese Adán perfecto.
Leemos en la Biblia, en I Corintios. 15:45, que Jesús era el "último Adán", o el segundo Adán. Vino como Adán perfecto hace 2.000 años en el lugar del primer Adán que había fracasado.
Solo con la restauración de Adán no podía haber ningún Reino. Tenía que haber una novia, una Madre otra Eva . Por eso Dios pensaba restaurar la novia, la perfecta Eva para este Adán perfecto Jesucristo . Esto habría sido la restauración de la primera familia que había sido perdida en el Jardín del Edén.
Terceros Adán y Eva: Sin embargo, a causa de la rebelión del pueblo escogido de Israel, esto no pudo ser realizado. No obstante, Dios está decidido a completar Su voluntad. Por eso, El ha prometido la vuelta de Cristo,
Han pasado aproximadamente 2.000 años desde la muerte de Jesucristo. Y ahora, Dios está dispuesto de nuevo a enviar a Su Hijo con la facultad de tercer Adán . Durante toda la historia, Dios siempre ha cumplido Su objetivo a Su tercer intento. Es cierto que el número tres es el número de la perfección. Esta vez, Dios cumplirá definitivamente Su antiguo ideal bendiciendo a Adán y Eva perfectos en matrimonio celestial, poniendo por tanto la base del Reino de Dios en la Tierra.
Esta culminación final está profetizada en el Apocalipsis como el banquete de las bodas del Cordero. Y el Señor de la Segunda Llegada es ese Cordero, ese Adán Perfecto. El Señor viene como Adán. perfecto y restaurará a Eva perfecta. Entonces serán elevados y llegarán a ser los primeros Verdaderos Padres de la humanidad. Por último, la alegría de Dios será completa.
Poco antes de su crucifixión, Jesús dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos: y lo que antes en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la Tierra quedará desatado en los Cielos." (Mateo 16:19).
El error fue hecho aquí en la Tierra. El pecado fue cometido aquí en la Tierra. Por eso el error debe ser remediado y la erradicación del pecado debe ser cumplida aquí en la Tierra. Jesús dijo que orásemos, "Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo." La Tierra es el problema. Eso es por lo que Cristo debe volver a esta Tierra.
Muchos Cristianos creen que cuando venga el fin del mundo, Dios destruirá todo. El sol se oscurecerá y las estrellas caerán, y la tierra será consumida. Entonces solo un puñado de Cristianos serán elevados en el aire, para empezar el milenio con Cristo.
Si Dios hiciera eso, entonces sería un Dios fracasado, porque Su voluntad original nunca sería cumplida aquí en la Tierra. El habría entregado esta Tierra a causa de Satán. Entonces Satán llevaría a ser verdaderamente el vencedor, y Dios sería derrotado ¡Esto nunca sucederá! Dios es todopoderoso. El no entregará esta Tierra. Estaba previsto que fuera Su Reino y lo será. Incluso, la misma Nueva York será Su Reino.
Podéis ser los ciudadanos del Reino de los Cielos si encontráis al Mesías. El es vuestra esperanza, mi esperanza, y la única esperanza de América y de este mundo.
No obstante si fracasamos al verle, entonces el Cristianismo no tendrá ninguna esperanza. El Cristianismo declinará. Su fuego espiritual será extinguido, las iglesias se convertirán en las tumbas de las viejas herencias. Nuestro mundo será pues condenado.
Señoras y señores, he venido aquí al Madison Square Garden esta noche en obediencia al mandamiento de Dios.
La Biblia dice en Hechos: "Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes tendrán visiones y los ancianos sueños," (Hechos, 2:17).
Vivimos en tal tiempo extraordinario, ¡el nacimiento de una nueva era! El cielo está muy cerca. Y si llamáis a Dios seriamente, El os contestará.
Debéis preguntarle urgentemente, "¿Cómo puedo saber si el Rev. Moon está diciendo la verdad?" No me dejéis a mí ni a ningún otro contestar a esta pregunta. Dejad que Dios os conteste directamente.
Id en paz, pues, y por favor, preguntad a Dios seriamente, sinceramente. Confrontaros con Dios en oración, Dios os revelará la respuesta.
La nueva esperanza para la humanidad es el Mesías. Y ese "día grande y terrible del Señor" está cercano. Es cosa vuestra si ese día será grande o terrible. Si encontráis al Mesías, ese día será grande para vosotros, pero si fracasáis en encontrarle, entonces ese día será verdaderamente terrible para vosotros.
Dios os bendiga. Gracias por escuchar atentamente.
¡Kamsa hamnida! Gracias, y buenas noches.
REV. SUN MYUNG MOON - MADISON SQUARE GARDEN - 18 de Septiembre de 1974
SEÑORAS Y SEÑORES, estoy muy contento de estar aquí esta noche. Muchas gracias por venir. Estamos reunidos esta noche en este impresionante escenario del Madison Square Garden en el nombre de Dios.
Mi tema esta noche es "El Nuevo Futuro del Cristianismo". Pero antes de dar este mensaje, me gustaría hacer una aclaración personal. No vine aquí a repetir lo que ya conocéis. He venido a revelar algo nuevo. Quiero compartir con vosotros una revelación de Dios.
Hay solamente un Dios, un Cristo, una Biblia. Hoy, no obstante, solamente en el mundo cristiano hay más de 400 denominaciones diferentes, todas mirando a la misma Biblia bajo puntos de vista muy diferentes con muchas interpretaciones diferentes.
Lo que nos interesa no es la interpretación humana de la Biblia, sino cómo interpreta Dios la Biblia, y cuál es verdaderamente la voluntad de Dios. Por lo tanto, ningún hombre por sí mismo es capaz de satisfacernos. Esa información debe venir de Dios, en la forma de revelación.
Y quiero compartir esa revelación con vosotros esta noche. Puesto que este mensaje vino de Dios, y ya que está, bajo el punto de vista de Dios, naturalmente, el contenido puede ser diferente según la mentalidad del hombre. Por lo tanto, puede ser muy nuevo para vosotros. Pero lo que nosotros necesitamos son nuevas ideas ideas de Dios porque el hombre ya ha agotado todas sus propias ideas. Esa es la razón de mi venida a hablaros esta noche.
Por lo tanto, os pido a cada uno de vosotros, que abráis vuestra mente y abráis vuestro corazón, para que el Espíritu de Dios pueda hablaros directamente.
Durante 2.000 años, los Cristianos del mundo han estado esperando con ilusión un gran día último, como se profetizó en la Biblia el día de la Segunda Llegada del Señor . Ya que ésta ha sido la promesa de Dios, la Segunda llegada de Cristo será cumplida definitivamente.
¿Por qué viene el Señor por segunda vez? Viene para consumar la voluntad de Dios. Entonces, ¿cuál es la voluntad de Dios? ¿Conocemos claramente cuál es la voluntad de Dios?
Dios es eterno, incambiable y absoluto. Y El tiene una sola voluntad, que es también eterna, incambiable y absoluta. En un principio, Dios tuvo un propósito definido para crear el universo y este mundo. Este propósito fue el motivo para la creación. Y Dios comenzó la creación del universo y del hombre para cumplir ese propósito.
Según la Biblia, después de crear al primer hombre y a la primera mujer Adán y Eva Dios les dio un mandamiento. Ese mandamiento era: "Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás en modo alguno, porque, el día en que comieres, ciertamente morirás". (Gen. 2 :17) .
Dios les pidió que obedecieran su mandamiento. Dios daba a entender que mediante la obediencia de Adán y Eva a la ley, Su propósito sería cumplido. Sin embargo Dios expuso muy claramente la consecuencia de la desobediencia. Dijo: "El día en que comieres, ciertamente morirás". El resultado de la desobediencia era la muerte.
No obstante, Adán y Eva desobedecieron a Dios. El resultado fue la caída del hombre. La muerte espiritual vino al hombre, y el propósito de Dios no fue realizado. La caída del hombre significa su desviación del estado original que Dios deseaba. Adán y Eva se apartaron del cumplimiento del propósito de su creación. Ellos eligieron erróneamente, y el resultado fue lo contrario de lo que Dios pretendía originalmente.
Después de su desobediencia, Dios no tuvo otra opción sino expulsar a este hombre y a esta mujer del Jardín del Edén. El Jardín del Edén es una expresión simbólica del Reino de Dios en la Tierra. Adán y Eva no merecían permanecer por más tiempo en el Reino de Dios, por lo tanto, fueron arrojados a los reinos impíos, al infierno viviente, que era su propia creación.
EL REINO DE LOS CIELOS EN LA TIERRA
Si Adán y Eva hubieran obedecido a Dios, habrían conseguido el Reino de los Cielos en la Tierra. ¿A qué se parecería ese Reino? Adán y Eva fueron creados sin pecado con las posibilidades de a alcanzar la perfección. Y ellos tenían que crecer a la perfección obedeciendo la ley de Dios. Mientras ellos estaban creciendo para ser hombre y mujer completamente perfectos, su relación tenía que ser la de hermano y hermana. Ellos tenían que esperar para establecer la verdadera tradición de hermandad.
¿Qué es la perfección? Perfección es la unión total del hombre con Dios. Se supone que un hombre es el templo de Dios, en el que habita el espíritu de Dios. Tal hombre es divino, como Dios es divino; ese hombre es santo como Dios es santo.
Jesús fue tal primer hombre perfecto. Esta perfección es el estado del que Jesús hablaba cuando decía: "Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí". (Juan 14:11)
Cuando vosotros lleguéis a ser uno con Dios, Su poder divino será vuestro y seréis perfectos como Dios es perfecto. Por esto Jesús, fijó como meta del hombre el ser perfecto como Dios es perfecto cuando dijo: "Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto". (Mat. 5: 48 ).
Dios creó un varón y una hembra. ¿Por qué? Después de alcanzar el estado de perfección, Dios deseaba llevarlos juntos a formar una pareja celestial, por medio de la bendición del matrimonio celestial. Dios trataba de empezar Su Reino con Adán y Eva como el primer marido y la primera mujer.
Sí eso se hubiera realizado, entonces la bendición de Dios de ser fecundos y de multiplicarse habría sido cumplida. Les habría dado el poder de multiplicar hijos de Dios. Y esos hijos habrían sido perfectos y no tendrían pecado. ¿Qué más podían ser? El pecado nunca habría sido introducido en la raza humana. Al tener hijos, habrían llegado a ser el Padre y la Madre Verdaderos centralizados en Dios . los Verdaderos Padres de la humanidad .
Si Adán y Eva hubieran formado esta primera familia centrada en Dios, entonces además de eso habrían conseguido una tribu centrada en Dios, una nación centrada en Dios, y un mundo centrado en Dios, en el cual solo Dios sería el gobernante. Entonces la perfección habría reinado desde el comienzo hasta la eternidad.
¿Dónde creó Dios a Adán y Eva? ¿En el aire, fuera en el espacio? No, justo aquí en la Tierra. Por tanto, el desarrollo de la familia de Adán habría conseguido la realización del ideal de Dios en la Tierra, y Dios habría llegado a ser el centro de la humanidad. Este no habría sido otro sino el Reino de Dios en la Tierra, en el cual Dios habría residido con el hombre.
Si esto se hubiera cumplido en el principio, hoy no encontraríamos tantas razas e idiomas diferentes. Todos nosotros perteneceríamos a la única raza de Adán, bajo la única tradición de Adán. Y el único idioma de Adán sería nuestra lengua universal. Y verdaderamente, todo el mundo sería una nación de Dios.
Por tanto, en el plan de Dios, todos los hombres se suponen nacidos en el Reino de Dios en la Tierra. Nosotros tenemos que disfrutar la vida Celestial en la Tierra. Y entonces cuando nuestra vida física terrenal acabe, tenemos que ser elevados al Reino de Dios, en el Cielo espiritual, donde viviremos eternamente. Ese era el plan original de Dios.
No podía haber ningún Satán, ningún mal, y ningún infierno en ese mundo. Por supuesto, Dios no creó el infierno para Sus propios hijos. Ningún padre bueno construiría una prisión para su hijo tan pronto como naciera, ¿Por qué necesitaría Dios un infierno para sus propios hijos? Solamente el Cielo era el deseo original de Dios. A causa del pecado, no obstante, el hombre perdió su valor original y se convirtió en un desecho humano. El infierno es como un cubo de basura. Pero fue necesario solamente después de la caída del hombre.
EL REINO DEL INFIERNO PARAISO PERDIDO
Examinemos más ampliamente el estado del hombre caído y del mundo caído. Leemos en Juan que Jesús dijo: "Vosotros sois hijos del diablo". (Juan 8: 44)
Por la caída, el hombre fue llevado a la falsa paternidad de Satán. El hombre cambió de padres. Abandonamos a nuestro Verdadero Padre, Dios, y nos unimos con el falso padre, Satán. El primer hombre y la primera mujer se convirtieron en los hijos de Satán.
Bajo la falsa paternidad de Satán, Adán y Eva se unieron como pareja ilegal, sin la bendición ni el permiso de Dios. Y cuando multiplicaron hijos, todos ellos sucumbieron al mismo falso padre. Todos ellos nacieron como los hijos del pecado no como los hijos de Dios. Por lo tanto, la multiplicación de hijos pecaminosos de una generación a otra desde Adán, ha ocasionado por esta caída un mundo pecaminoso.
Ya, que no hemos tenido a Dios como el centro, ha surgido por esto, un mundo de pecado, un mundo de desconfianza, un mundo de crimen, un mundo de guerra. Y nosotros, las naciones y sociedades de este mundo podemos destruirnos unos a otros sin sentir ningún escrúpulo. Este es el Reino del Infierno en la Tierra.
Verdaderamente el amo de este mundo, no es Dios, sino Satán. Esto es por lo que Juan indica en 12: 31 "Satán es el príncipe de este mundo". Sabemos que este universo fue creado por Dios. Sabemos que Dios creó al hombre. Pero Dios no es el amo, porque el hombre cambió de amo. El hombre traicionó a Dios y se unió con un falso amo, Satán. Este Satán se convirtió en el padre de la humanidad.
La caída del hombre ha traído gran pesar al Corazón del Padre Celestial, Dios perdió todo cuando el hombre se volvió contra El. Eso es por lo que leemos en el Génesis: "El Señor se arrepintió de haber creado al hombre sobre la. tierra y se afligió en su Corazón". ( Gen. 6: 6)
Dios se afligió porque había llegado a ser realidad exactamente lo contrario a Su Voluntad. Si la intención de Dios hubiera sido cumplida, El habría estado alegre. Si las consecuencias de la caída fueran el resultado del propio plan de Dios, ¿por qué debía estar afligido Dios en Su Corazón? ¿Por qué habría estado arrepentido de haber hecho al hombre?
LA SALVACION ES RESTAURACION
Dios todopoderoso es un Dios de amor, un Dios de misericordia. Su Corazón es compasivo y está afligido con la vida de muerte de Sus hijos.
El sabe que ningún hombre es capaz de romper sus cadenas y poder desembarazarse del pecado por sí mismo. Sabe que hay solamente un poder que es capaz de llevar al hombre a la salvación el Mismo Dios. Y Dios, en Su misericordia, se determinó a salvar este mundo.
¿Qué es la salvación? La salvación es simplemente restauración. ¿Qué hace un médico para salvar a su paciente? Restaura al paciente a su salud normal. Eso es una curación. ¿Qué haríais para salvar a una persona que se está ahogando? La salvaríais sacándola del agua y restaurándola a tierra firme. Eso es un rescate.
De igual modo la salvación del hombre por Dios es simplemente restaurar el Reino del Infierno al Reino de los Cielos.
Dios dejó clara Su determinación en la Biblia: "Como lo digo lo hago, como lo planeo lo ejecuto". (Isaías 46: l1).
Dios no dijo que puede hacerlo. Dijo que lo ejecutará, mostrando Su determinación absoluta de restaurar al hombre y al mundo a la idea original.
¿Cómo? Por el Mesías. Para restaurar a la humanidad, Dios envió a Su único hijo, Jesucristo, a este mundo como el Salvador - como el Mesías. Hace dos mil años, Jesucristo vino a nuestro mundo como el Autor de la vida. Vino a transformar a todos los hombres de pecado en hombres semejantes a Cristo. Vino a restaurar el Reino de los Cielos en la Tierra.
Por esto, Jesucristo proclamó como su primer evangelio: "Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". (Mateo 4: 17).
Con la llegada de Jesucristo, estaban verdaderamente en los umbrales del Reino de los Cielos.
PREPARACION PARA EL MESIAS
Sin embargo, antes de que Dios pudiera enviar a Su Hijo para restaurar al mundo, tuvo que preparar el camino paso por paso, comenzando con un individuo y extendiéndolo a una nación para establecer un Fundamento de Fe sobre el que pudiera venir el Mesías.
Después de todo, este mundo habría sido el mundo de Satán. Si el Mesías hubiera venido a esta Tierra sin un fundamento de preparación, el mundo satánico le habría destruido. Por eso Dios trabajó diligente y cuidadosamente para establecer una nación, una soberanía sobre la cual pudiera tener control. La nación de Israel fue el resultado de esa preparación para el Mesías.
Dios preparó a la nación de Israel como el "campo de aterrizaje" para el Mesías. Sobre el Fundamento de Fe de Israel, Dios pudo enviar Su último campeón, el Mesías.
Del mismo modo, el Cristianismo es hoy el campo de aterrizaje similar, del Mesías, para su Segunda Venida. Y los Cristianos se supone que forman un Fundamento de Fe para la vuelta del Mesías en la última hora de cumplimiento.
Hoy, como siempre, en nuestro trastornado mundo, nuestra esperanza es el Mesías! La misión del Mesías es la restauración rescatar a la humanidad sufriente de este mundo de pecado y restaurar al hombre a la perfección original y bondad de Dios. El va a destruir la soberanía mala de Satán en este mundo y establecer la soberanía de Dios.
Jesucristo vino como el Mesías hace 2.000 años para este propósito a restaurar el Reino de Dios . Hoy estamos esperando la Segunda Llegada de Cristo. El propósito de la Segunda Llegada es precisamente el mismo la restauración del Reino Original de Dios. Ese es el único propósito y la única voluntad de Dios.
Nosotros los Cristianos somos el pueblo escogido actual de Dios. Los Cristianos son los colaboradores de Cristo. Así pues, estamos en una posición de preparar un fundamento para el Señor, recibirle y aceptarle cuando venga, y participar en su misión de destruir a Satán de la faz de la Tierra, y llevar a toda la humanidad a la salvación.
Pero hoy los Cristianos no están seguros de la voluntad de Dios. Estamos más interesados en nuestra propia salvación personal, nuestro propio cielo donde quiera que esté y la garantía de nuestro propio nicho en ese paraíso. Pero esa no es la conducta que Dios pretendía que tuvieran los Cristianos.
¿DONDE ESTAS, DAVID?
Dios está buscando hoy a Sus campeones entre los Cristianos del mundo. Y el trabajo de Dios necesita un espíritu de sacrificio. ¿Cuántos Cristianos dicen ahora, "úsame como cordero en Tu altar, y mediante mi sacrificio salva a este mundo"? Dios busca a un espíritu que se niegue a sí mismo. Dios busca los portadores de la cruz para el siglo XX. Y los Cristianos de hoy están sordos a esta llamada.
En cambio, hoy los Cristianos piden a gritos "mi cielo", "mi salvación". ¿Y Dios qué? ¿.Y el resto del mundo qué? ¿Creéis que podréis guardar vuestro trocito de cielo cuando el resto del mundo se desmorona? No. Si de otro modo, el mundo entero fuera salvado, ¿no estaría ya incluida vuestra propia salvación?
Hoy, si las iglesias Cristianas continúan yendo por el mismo camino individualista, el espíritu del Cristianismo estará ligado a la decadencia. Antes de pedir a gritos nuestra salvación, pidamos a gritos el cumplimiento de la voluntad de Dios. Debemos liberar a Dios de la pena y Su dolor. Cuando hayamos solucionado el problema de Dios, el problema del hombre se resolverá automáticamente. Entonces el fuego Cristiano arderá verdaderamente con motivo del Corazón quebrantado de Dios, no por nosotros mismos.
En 2.000 años de historia, los Cristianos tuvieron muchas oportunidades de llevar el mundo entero a Dios. Pero los Cristianos, simplemente, no conocieron la voluntad de Dios. No actuaron cuando la oportunidad llamó.
Esa misma oportunidad está llamando de nuevo, Esta vez la oportunidad ha venido a América. Si los Cristianos americanos de hoy reconocen la voluntad de Dios en el día presente y actúan según ella, podemos trasformar el mundo y enderezarlo, y bajar el Cielo sobre la Tierra. La hora de la Segunda Llegada de Cristo está cerca, y aún no estamos enterados de los signos de los tiempos.
En vez de continuar pidiendo y orando: "Venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo", (Mateo 6:10), podemos actuar según la voluntad de Dios, y hacer ese cielo una realidad aquí mismo en Nueva York, porque ya hemos llegado a la hora del cumplimiento del plan de Dios.
Cada uno de nosotros es parte del cuerpo de Cristo, así cuando Cristo viene somos las prolongaciones de su cuerpo vivo. Si cada uno de nosotros quiere y está dispuesto a clavar su cuerpo en la cruz con el fin de tener vivo nuestro mundo, entonces de seguro cambiaremos este mundo en el Reino de los Cielos. !Vivir y morir por Dios y Cristo este es el privilegio de ser Cristiano!
Recordad, la voluntad de Dios es salvar al mundo entero no solo a los Cristianos, ni solo a las iglesias. Hay un versículo univer¬salmente conocido en la Biblia, que todos hemos aprendido los primeros días en la Escuela Dominical: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a Su único Hijo, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16).
El énfasis está en la palabra "mundo". Tanto amó Dios al mundo, no solo a la iglesia, ni solo a los Cristianos, ni solamente a una gente determinada, sino al mundo entero. Por esta razón para salvar a este mundo es enviado el Mesías.
Si preguntárais a nuestro Señor ¿"Eres el Salvador de los Cristianos solamente?", os contestaría, "¡No!, Soy el Salvador de toda la humanidad".
Si preguntáis a Dios, "¿Eres el Dios de los Cristianos?" Dios diría, “¡No! Soy el Dios del universo, el Dios de toda creación, el Dios de todos los hombres".
Hace dos mil años, el pueblo estaba esperando la llegada del Mesías, pero por razones muy egoístas. Pensaban que el Mesías venía como una especie de conquistador militar para vengarles y derrotar al Imperio Romano, y a premiar a Israel con gran gloria y poder en sentido terreno. Y se equivocaron completamente.
Por el contrario el Mesías venía al pueblo de Israel para usarle como instrumento o sacrificio para esparcirse por el resto del mundo, para traer al mundo entero la salvación de Dios.
Si, Dios determinó restaurar el mundo entero, y traer a toda la humanidad a la bondad y perfección. Si Dios no pudiera hacer eso, entonces actualmente Dios sería un Dios derrotado. ¿Derrotado por quien? ¡Por Satán! Entonces Dios no sería Dios.
Poneos en la posición de Dios. Cuando Dios mira hoy sobre el mundo cristiano, no creo que esté satisfecho. El ve que hay una gran batalla a la cabeza que debe ser librada, y vencida. Dios debe tener un enfrentamiento con el formidable poder del enemigo, el poder de Satán, el poder del pecado.
Por eso, Dios necesita un David actual que se enfrente a este Goliat, Satán. ¿No oís el grito de Dios, "dónde está mi David”? ¿Dónde estás, David? Y Dios espera que los Cristianos de hoy respondan, "¡Si Señor! Yo soy Tu David. ¡Tu voluntad se cumplirá!"
Pero los Cristianos de este mundo parecen tener un profundo sueño. Y el puñado que están despiertos están ocupados peleando entre ellos. El tiempo de cosecha ha llegado en el otoño cósmico, pero Dios no tiene trabajadores para enviar a los campos.
Desde la caída del hombre, Dios ha estado librando una guerra divina contra el poder de Satán. Esta guerra no ha finalizado. La batalla final no ha llegado aún. Cristo viene por segunda vez como el comandante en Jefe, para librar la batalla final. Y esa hora ha llegado. Pero, todavía, ningún soldado celestial está preparado. Los Cristianos están dormidos.
Hasta aquí, Dios solo ha sido capaz de enfrentarse contra Satán en " guerra de guerrillas", no en guerra total. Sin embargo, Dios se ha estado preparando para un gran día, un "Día D" celestial, como el Día D del desembarco de Normandía cuando Dios pueda lanzar una ofensiva en todos los frentes. Ese día es el día de la vuelta de Cristo.¡Ese Día D de Dios es inminente! La Biblia es el documento de la preparación paciente de Dios conduciendo a la humanidad hacia la batalla final. El cumplimiento de la Biblia es la llegada del Señor la vuelta de Cristo para este Día D.
LA BIBLIA ES UN MENSAJE EN CLAVE
¿Qué es la Biblia, concretamente? La Biblia ha sido un libro misterioso. Sin embargo, la Biblia contiene el mensaje de Dios al hombre.
La Biblia no usa un lenguaje llano, sino está escrita en símbolos y parábolas. ¿Sabéis por qué ha presentado Dios la Biblia en símbolos y parábolas? ¿Por qué no expresa la verdad claramente?
Dios ha tenido que tratar con el mundo del pecado. A través de las generaciones, Dios ha recobrado a Sus trabajadores, o campeones de este mundo pecaminoso. Si Dios revelara Su estrategia demasiado abiertamente o llanamente, esa información habría sido usada por el enemigo contra Sus propios campeones. Eso es por lo que la Biblia está escrita como un mensaje en clave, así que solo los agentes de Dios o campeones pudieran descifrarla y no el enemigo.
Permitidme poner una analogía. Para proteger su seguridad América envía muchos agentes al exterior para recoger información vital concerniente a los posibles enemigos. Cuando el cuartel general se comunica con esos agentes en el exterior, particularmente en territorio enemigo, ¿se comunicarían abierta y llanamente? No. Nadie sería tan ingenuo. Se comunicarían con mensajes en clave mensajes secretos y así el enemigo no podía descifrarlos.
A través de la historia, la gente justa nunca tomó la iniciativa sino que sufrió en esta Tierra, debido simplemente a que estaban en territorio enemigo, y Satán no quería que los agentes de Dios prosperaran. Siempre que las fuerzas de Satán descubrían a los representantes de Dios, trataron de destruirlos.
Debemos darnos cuenta que Dios ha tenido que dar sus instrucciones en mensajes en clave. Así, la Biblia está escrita en símbolos y parábolas. Hasta cierto punto, se intenta que la Biblia sea misteriosa. ¿Entonces cómo podemos conocer el verdadero significado de esos símbolos y parábolas?
Es simple, hasta cierto punto. Si sois un agente enviado por vuestro cuartel general, y tenéis que descifrar un mensaje en clave, entonces debéis tener o bien un libro de claves, o comunicaros directamente con el cuartel general.
Del mismo modo, el significado de los símbolos y parábolas de la Biblia sólo puede estar claro cuando nos comuniquemos con nuestro "cuartel general" Dios. Este es verdaderamente el único modo seguro para conocer el significado esencial de la Biblia.
Hace dos mil años nuestro Señor Jesucristo trajo el esbozo para el Reino de los Cielos en la Tierra. Sin embargo, no pudo hablar claramente sobre su plan ni a sus propios discípulos. Jesús habló con figuras y parábolas. ¿Por qué?
Jesús conocía las adversas circunstancias en las que tenía que trabajar. Había presión política del Imperio Romano. Había un gobernante monárquico que se oponía a cualquier cambio. Y había un fuerte sistema y tradición religiosas. Todos podían ser dirigidos contra la construcción del Reino de Dios.
Jesús venía a encender el fuego de la Revolución en el hombre, que habría cambiado a su debido tiempo la estructura y la vida de la nación entera.. Pero no pudo hablar llanamente de algo de esto ni a sus propios discípulos. Por el contrario, tenía que hablar con figuras y parábolas, diciendo: "El que tenga oídos, que oiga". (Lucas 14: 35).
Si intentáis interpretar la Biblia literalmente, palabra por palabra, letra por letra, sin entender la naturaleza del mensaje en clave de la Biblia, estáis expuestos a cometer un gran error.
Por lo tanto, en este día, en esta hora, lo que el mundo Cristiano necesita es una revelación de Dios. Dios debe revelarnos Su plan; debe contarnos Su horario, y darnos instrucciones de que hacer en este tiempo. Dios en realidad prometió esto diciendo, en Amós: "No, no hace nada el Señor Yahvéh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas". (Amós 3:7).
Hoy estoy aquí de pie en el Madison Square Garden no por mi propia voluntad, sino en obediencia a la Divina Voluntad de Dios. Dios me ha llamado como Su instrumento, para revelar el mensaje para su dispensa en los días actuales, por ello puede que haya un pueblo preparado para el día del Señor.
Esta noche me voy a centrar en la revelación divina concerniente a la venida del Señor de la Segunda Llegada la cuestión más importante de nuestro tiempo. Y con el propósito de comprender esto claramente, primeramente debemos conocer las circunstancias de la venida de Jesucristo hace 2.000 años.
JESUS NO VINO A MORIR
Hay un enigma histórico que no ha sido resuelto. Durante 4.000 años antes de la venida de Jesucristo, Dios había preparado al pueblo para el Mesías, como expliqué anteriormente. A través de sus profetas, Dios había prevenido al pueblo de estar preparado para el Mesías. Dios estuvo trabajando para promover expectación, y verdaderamente había gran fervor Mesiánico en Israel. Y en la hora señalada, Dios cumplió Su promesa. El Hijo de Dios, Jesucristo, llegó a tiempo a su propio pueblo.
Entonces ¿qué ocurrió? La historia es testigo, No le conocimos. Le rechazamos, nos rebelamos contra él y finalmente le crucificamos en la cruz. ¿Por qué?
Las iglesias Cristianas dicen, "Bien, la respuesta a esta pregunta es, sencillamente, que Dios envió a Jesucristo a morir en la cruz. La crucifixión era la voluntad predestinada de Dios desde el principio”.
Entonces, permitidme preguntar a esos "Cristianos, ¿qué haréis cuando Jesucristo vuelva hoy a vosotros?” Todos los Cristianos indudablemente responderán: "¡Le recibiremos! ¡Le daremos la. bienvenida! ¡Nos uniremos con él! ¡Le seguiremos!" Permitidme preguntar de nuevo, ¿Crucificaréis a Cristo cuando aparezca? "Vuestra respuesta debe ser, ¡No!”
Sí eso es así, entonces, ¿cómo era la gente hace 2.000 años? ¿Si hubieran aceptado a Jesús como vosotros haríais hoy aún tendrían que haberle crucificado? ¡No!
¡Fue un error! Fue por ignorancia por lo que crucificamos a Jesús.
Era la voluntad de Dios que Su pueblo aceptase al Mesías. En lugar de ello, le crucificamos. Y entonces los Cristianos se desentendieron diciendo que era la voluntad de Dios; ¡ridículo! Eso no es aceptable a nuestra lógica. Debió haber alguna terrible equivocación. ¿Cuál fue?
LA IGNORANCIA MATO A JESUS
La gente no conocía quien era Jesús de Nazaret. Ellos no le conocieron como el Hijo de Dios. Si hubieran sabido claramente que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, no le habrían crucificado.
"Vino a su casa., y los suyos no le recibieron" (Juan: 1:11)
Y escuchando el testimonio de San Pablo: "Sabiduría desconocida de todos los príncipes de este mundo pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria.” (I Corintios 2:8).
Si tan solo hubieran conocido quien era, no habrían crucificado al Señor de la gloria. Fue un. error. !Fue la ignorancia y la ceguera, quienes mataron a Jesucristo!
Los Cristianos del mundo no se han dado cuenta de la verdad que aconteció en el tiempo de Jesús. Si el único propósito de Dios enviando a Su Hijo era tenerle clavado en la cruz, entonces ¿por qué perdió Dios el tiempo antes para preparar al pueblo? Habría sido mucho más fácil para Dios enviar a Su Hijo entre incrédulos, o incluso entre salvajes. Ellos le habrían matado más rápidamente, y la salvación se habría anticipado.
ESCLAVOS DE LA LETRA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Entonces la pregunta es, ¿por qué la gente no conocía quién era Jesús? Lo creáis o no, la principal razón por la que el pueblo de Dios no reconoció a Jesús como el Mesías fue por el Antiguo Testamento. Esto puede sorprenderos. Pero la gente interpretaba el Antiguo Testamento literalmente. No se dieron cuenta de que la Biblia estaba en clave. Ellos no buscaron un libro de claves. En cambio, tomaron la Biblia literalmente, palabra por palabra, letra por letra. En otras palabras, ellos llegaron a ser esclavos de la letra del Antiguo Testamento.
Permitid que os lo demuestre. El libro de Malaquías en el Antiguo Testamento tiene un propósito paralelo al del Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Muestra claramente el horario y la descripción del último minuto de cómo vendría el Mesías. En Malaquías, encontráis estas palabras: "Yo os envío al profeta Elías antes de que llegue el Día de Yahvéh, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres". (Mal. 3:23 24) .
¿Quién era Elías? Era un profeta mayor de Israel que había vivido aproximadamente 900 años antes de Jesucristo, y había ascendido al cielo en un carro de fuego en un torbellino, según el Antiguo Testamento. Por eso la gente creía que Elías volvería literalmente desde el firmamento en un carro de fuego y anunciaría al Hijo de Dios. Esto es lo que la gente esperaba.
Pero ¿vino Elías? El problema consiste en que Elías no volvió de la forma que la gente esperaba. La gente nunca oyó nada sobre su vuelta milagrosa. Sin embargo, un día ellos oyeron una declaración extraordinaria. Un joven de Nazaret, que se llamaba Jesús era proclamado por sus seguidores como el Mesías, el Hijo de Dios. Por supuesto eso era un anuncio increíble.
Y ¿cuál fue la reacción inmediata de la gente? "¡Imposible!, dijeron. "¿Cómo puede ser Jesús de Nazaret el Hijo de Dios? No hemos oído nada sobre Elías." Si no hay Elías no puede haber Mesías.
Para aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios, ellos habrían tenido que prescindir de sus 4.000 años de tradición y tirar la Biblia. Pero nadie estaba dispuesto a hacerlo. En ese tiempo la gente entendía verdaderamente mal a Jesús, el Hijo de Dios. Decían de él: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces a tí mismo Dios". (Juan 10:33).
Y cogieron piedras, dispuestos a apedrear a Jesucristo, el Mesías.
Más tarde, cuando Jesús realizó muchas obras poderosas y milagros, la gente no honró a Jesús. En cambio decían: "Este no expulsa los demonios mas que por Beelzebul, príncipe de los demonios". (Mat. 12:24).
¡Qué tragedia! ¡Jesucristo, el Hijo de Dios, el Príncipe de la Paz, fue rebajado y relegado al príncipe de los demonios!
Poncio Pilatos, el gobernador Romano, no quería crucificar a Jesús, porque no podía encontrar ninguna falta en él. Sin embargo, la propia gente de Jesús eran los que estaban gritando, "¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!”
El pueblo que Dios había preparado para recibirle quería que Jesús fuera matado, y en su lugar fuera liberado el criminal Barrabas. ¿Era esa la voluntad de Dios? ¡No! Jesucristo fue la víctima de la ignorancia y ceguera de su propio pueblo. Y ellos leyeron erróneamente la profecía leyeron erróneamente el Antiguo Testamento.
Imaginad que Elías hubiera venido de manera sobrenatural, en un carro de fuego desde el cielo, como esperaba la gente. Ello habría creado una gran sensación. E imaginad a Elías apareciendo ante las multitudes y proclamando, "Este hombre, Jesús de Nazaret, es verdaderamente el Hijo de Dios". Entonces estoy seguro que cada uno se habría arrodillado y le habría adorado allí mismo. ¿Entonces quien se habría atrevido a crucificar a Jesucristo?
Sin embargo esa clase de milagro no era el significado de la profecía. La profecía de Malaquías sobre la venida de Elías era sin duda un obstáculo para el ministerio afortunado de Jesús. Cuando los discípulos de Jesús marchaban a todo Israel predicando el Evangelio y proclamando a Jesús como el Hijo de Dios, la gente repudiaba sus palabras, diciendo: "Si vuestro maestro es el Hijo de Dios, ¿dónde está Elías? El libro dice que Elías debe venir primero".
JUAN BAUTISTA ERA ELIAS
Los discípulos de Jesús no estaban preparados para contestar esa pregunta. En realidad ellos no eran eruditos del Antiguo Testamento. Después de todo, eran humildes pescadores de Galilea, recaudadores de impuestos, y rameras. Por eso, confundidos los discípulos decidieron un día ir a Jesús a pedirle ayuda en este asunto. Un relato aparece en Mateo.
Preguntáronle entonces sus discípulos: "¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?" Respondió él: "Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo que Elías ha venido ya,..." Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista. (Mateo 17:10 13).
Esto era una auténtica sorpresa para los discípulos. Y entonces comprendieron, según la Biblia que Jesús se refería a Juan el Bautista.
¿Era Juan el Bautista Elías? Sí, Jesús lo dijo. Pero la gente nunca se convenció. Dijeron, "¡Atroz!"
Imaginemos que podemos traspasar esos acontecimientos a nuestro tiempo. Juan el Bautista hace 2.000 años era una persona de tremenda influencia, gozando de gran prestigio en todo Israel como un hombre sobresaliente de Dios, exactamente igual que hoy Billy Graham, un sobresaliente líder cristiano,
Digamos que un joven desconocido aparece de repente y empieza a proclamar al mundo que es el Hijo de Dios. Como estudiante de las Escrituras, tú le preguntarías:"Si eres el Hijo de Dios ¿dónde está el Elías prometido?" Si ese hombre dijera,"¿No sabes que Billy Graham es Elías?", ¿cual sería tu reacción? Dirías indudablemente "¡imposible!" ¿Cómo puede ser Billy Graham Elías? El no salió del cielo azul. Todos sabemos que es de Carolina del Norte!"
Vosotros no podríais aceptar eso, ¿verdad? Precisamente la misma clase de incredulidad hubo contra nuestro Señor Jesucristo. La gente no podía aceptar a Juan el Bautista como Elías simplemente porque él no vino del cielo. La gente de hace 2.000 años estaba obstinada en su creencia de que la profecía del regreso de Elías tenía que ser cumplida literalmente, que él, debería volver desde el cielo. Ellos fueron las víctimas de la letra del Antiguo Testamento.
JUAN BAUTISTA, HOMBRE FRACASADO
Sin embargo, Jesucristo continuaba predicando con poder y autoridad a pesar del desprecio de la opinión pública. La gente no podía destituir cómodamente a un hombre así. Necesitaban estar seguros de sí mismos. Por ello decidieron ir a preguntar al mismo Juan el Bautista y plantearle sus preguntas de una vez por todas. Ellos preguntaron a Juan: "¿Quién eres tú? El confesó y no negó; confesó: "Yo no soy el Cristo." Y le preguntaron: "¿Qué pues? ¿Eres tú Elías?" El dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el profeta?" Respondió: "No” (Juan 1: 19 21).
Juan el Bautista negó todo. Dijo "Yo no soy Elías". Incluso negó el título de profeta. Todos le conocían y consideraban como un profeta de Dios, pero dijo, "No soy profeta" ¿Por qué? El evaluó la situación y sabía que Jesucristo estaba considerado por su propia sociedad como un marginado. Jesús parecía estar perdido, y Juan decidió no seguir a Jesús. El pensaba que sería mucho mejor negarlo todo.
Al hacer eso, Juan el Bautista empujó a Jesús a un rincón, haciéndole parecer un gran impostor sin defensa. Después de la negación de Juan, Jesús no tenía ningún nuevo recurso sobre este punto.
Entonces ¿por qué fue crucificado Jesucristo? Primeramente fue víctima de la interpretación literal del Antiguo Testamento. En segundo lugar, Jesús fue rechazado y finalmente crucificado debido al fracaso de la misión de Juan el Bautista. Podemos leer en Mateo que Juan el Bautista, esperando en prisión ser degollado envió a dos de sus discípulos a Jesús a preguntarle la siguiente cuestión: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" (Mat. 11:3) .
¿Es esta la pregunta de un hombre que tiene fe en Jesús como el Hijo de Dios? Juan el Bautista anteriormente había testificado a Jesús en el Río Jordán: "Y yo le he visto y doy testimonio de que este es el Elegido de Dios." (Juan.1: 34).
Sin embargo, esta mismísima persona, con la mismísima lengua estaba ahora enfrentada a Jesús al preguntarle, "¿Eres realmente el Mesías, o debemos esperar a algún otro?" Qué descorazonadora debió ser esta pregunta para Jesús! ¡Qué hombre de poca fe era Juan!
La misión de Juan el Bautista era muy importante para el cumplimiento de la misión del Mesías. Dios envió a Juan específicamente "a preparar el camino del Señor, a tener dispuesto un pueblo preparado." Esa era la responsabilidad de Juan como el precursor de Cristo.
Jesús confiaba mucho en el éxito de la misión de Juan el Bautista. Cuando el mismo Juan el Bautista fue a Jesús y dijo: ¿Eres realmente el Mesías?, eso fue más penoso para Jesús que si le hubiera apuñalado con un cuchillo. La ira le abrumó. Jesús rehusó contestar "si" o "no" a esa imposible pregunta. Jesús dijo: "Dichoso aquel que no se escandalice de mí". ( Mat. 11:6).
Este fue el consuelo de Jesús a Juan cuando vio que Juan había fracasado. Jesús, realmente, estaba diciendo: "Pobre Juan, hombre fracasado. No tienes gran fe en mí. Estás ofendiendo al Hijo de Dios. Estoy triste por ti, Juan.”
Y entonces Jesús habló de Juan indignado a la gente, diciendo: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Si, os lo aseguro, y más que profeta." (Mat. 11:7 9).
Juan era más que profeta, porque vino para dar testimonio directamente de Jesucristo, el Hijo de Dios. El nació para una misión extraordinaria. Dios confió esa gloriosa responsabilidad a Juan. ¡Qué honor para un hombre ser llamado "más que profeta" por Jesús! Sin embargo, Juan fracasó en cumplir ese honor. Por esa razón, Jesús dijo en Mateo: "En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él." (Mat. 11:11).
Juan había caído hasta el punto donde incluso el más pequeño en el Reino de los Cielos era mayor que él. El significado de la declaración de Jesús ha sido misterioso. Los Cristianos no han comprendido su verdadero significado porque no se han dado cuenta de que Juan el Bautista era un hombre que fracasó en su misión. Esta noche podemos conocer el verdadero significado.
Juan el Bautista era el mayor entre los nacidos de mujer debido a su misión, que era testificar del Hijo de Dios. Todos los profetas en el pasado habían tenido la misma misión. Pero los profetas que vinieron antes que Juan habían dado testimonio del Mesías con la distancia de tiempo entre ellos y el Señor.
Juan nació como contemporáneo de Jesucristo, así pues tenía el privilegio de dar testimonio del Cristo vivo cuando apareció en persona. En cuanto a su misión, Juan el Bautista tenía la mayor, la más gloriosa de todas. Por eso, Jesús dijo que era el mayor entre los nacidos de mujer.
Sin embargo, en el cumplimiento de su misión, Juan fue el último de todos; él fue el fracaso más miserable de todos. Todos los profetas que habían vivido antes que él estaban en el Reino de los Cielos en el mundo espiritual. Ellos conocían quién era Jesucristo. Pero Juan no. El dudó. Se volvió escéptico y finalmente ciego a la identidad de Jesús. Por último, falló en mantener su propio testimonio del hijo de Dios. Llegó a ser un hombre fracasado, y por consiguiente el más pequeño de todos en el Reino de los Cielos.
Os daré otra prueba evidente del fracaso de la misión de Juan el Bautista. La gente dijo a Juan: "Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él". (Juan 3:26) .
Entonces Juan contestó: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya”. (Juan 3:30).
Los Cristianos han interpretado esto queriendo decir que Juan era verdaderamente un hombre humilde y un gran profeta. Ellos creen que él vio en su humildad que Jesús debía crecer, mientras que él mismo debía disminuir.
Por el contrario, esto es un prueba de la arrogancia de Juan el Bautista. Si Juan hubiera tomado a Jesucristo seriamente como el Hijo de Dios, no habría tenido otra alternativa sino unirse con Jesús y seguirle apasionadamente, en cualquier circunstancia. El habría crecido o caído junto con Jesús, unidos al mismo destino. Este pasaje muestra que de hecho Juan no siguió a Jesús.
Tomó un curso independiente y abandonó a Jesús. En realidad no tomó a Jesús con seriedad.
Juan el Bautista fue finalmente decapitado. ¡Podría haber sido un mártir glorioso si hubiera sido decapitado por estar llevando a cabo su misión encomendada, dando testimonio y proclamando al mundo que Jesucristo era el Hijo de Dios! Pero fue decapitado solo porque se vio envuelto en el escándalo amoroso de la familia del Rey Herodes. Este asunto no concernía al trabajo de Juan. Su única responsabilidad era atender al Hijo de Dios. Pero Juan desertó de esta misión divina y padeció una muerte absurda e incluso vergonzosa. Esta verdad debe ser contada, aunque sea penosa.
Por último, Jesús dijo de Juan, en Mateo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan." (Mat. 11:12).
Esto significa que a causa del fracaso de la misión de Juan el Bautista, el Reino que Jesucristo traía sufrió y fue abierto en competencia. Cuando un campeón de Dios falla en su misión, algún otro debe tomar esta misión de acuerdo con sus méritos. Por eso, hombres de fe violenta como Pedro tomaron la posición de Juan por la fuerza de sus méritos.
Sin embargo, ¿cuál habría sido el resultado si Juan el Bautista hubiera sido un hombre de gran fe? Habría llegado a ser indudablemente el principal discípulo del Hijo de Dios, Jesucristo. Si Jesús hubiera sido Rey, Juan habría sido primer ministro. Esta era la posición que Dios planeó para Juan.
En ese caso, por consiguiente, los 12 apóstoles, los 70 discípulos y los 120 que Jesús escogió todos habrían venido de las filas de los propios seguidores de Juan. Juan habría servido como mediador para lograr unidad y armonía entre el pueblo escogido de Israel y el Hijo de Dios. Entonces, ¿quién se habría atrevido a crucificar a Jesús bajo estas circunstancias? ¡Nadie! La crucifixión nunca habría tenido lugar.
Estoy seguro de que mucha gente que lee la Biblia debe haberse preguntado sobre Juan, "¿Si era un hombre tan grande, por qué no llegó a ser el principal discípulo del Hijo de Dios?" El mismo Jesús indicó la misión que Juan el Bautista venía a cumplir: "Pues todos los profetas, lo mismo que la ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir." (Mat. 11:13 14).
Juan el Bautista representaba la consumación del Antiguo Testamento, la Ley y los Profetas. El era el príncipe de la antigua era. Jesucristo vino como el Príncipe de la nueva era. Si hubiera sido sostenido por Juan el Bautista, habría estado erecto sobre el firme fundamento de la Era del Antiguo Testamento. Entonces la nueva era podría haber florecido en el fértil terreno de los méritos de la antigua era. El Hijo de Dios podría haber establecido su glorioso Reino inmediatamente. Y Juan el Bautista habría sido la piedra angular de ese Reino.
Si Juan el Bautista hubiera seguido a Jesús, entonces los líderes distinguidos de aquella sociedad habrían sido los primeros en aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios. Entonces, ¿quién habría crucificado al Señor de la Gloria?
Cuando Dios envió a Su único Hijo a este mundo a establecer Su Reino sobre la Tierra, ¿pensáis que no querría que fuera seguido por toda la gente más capacitada de su tiempo? ¿Pensáis que Dios quería que siguieran a Jesús solamente los marginados de la socie¬dad? ¡De ningún modo! Únicamente a causa de fracaso de Juan el Bautista fue roto el enlace entre el Hijo de Dios y el pueblo.
Y como resultado, solamente pescadores, recaudadores de impuestos, rameras y leprosos siguieron a Jesucristo. Esto ocasionó gran aflicción al corazón de Dios.
Si el Señor vuelve hoy al mundo ¿no es lo más lógico que todos los líderes del Cristianismo los obispos, los cardenales, el Papa y todos los evangelistas y los grandes ministros del mundo se convirtieran en el primer grupo para dar la bienvenida a Cristo? Si ellos siguieran al Señor y llegaran a ser sus primeros discípulos, el establecimiento de Su Reino sería infinitamente más fácil.
Podéis decir, "Rev. Moon, ¿con qué autoridad está hablando? ¿Qué le hace estar tan seguro?" Yo tengo la autoridad para decir estas cosas. Dios me mostró la verdad. Estuve con Jesús. Jesús mismo me mostró estas verdades. Y estuve incluso con Juan el Bautista en el mundo espiritual. El mismo confirmó la verdad de este testimonio. Después de estas extraordinarias experiencias espirituales volví a la realidad de este mundo, la misma Biblia que había estado leyendo tomó un significado completamente nuevo.
Aunque no podáis aceptar ahora estas cosas como la verdad, por lo menos debéis suspender vuestro juicio. Un día todos nosotros conoceremos la verdad. Al final todos vamos a morir. Cada uno de nosotros terminará en el cielo espiritual, donde la verdad es como la luz del sol. Allí, ninguno puede escaparse de ella. Aquel día todos veremos la verdad completa.
Sin embargo, dichoso aquel que pueda ser suficientemente humilde para aceptar la verdad mientras tiene la oportunidad aquí en la Tierra. Vuestro conocimiento de la verdad y de Dios aquí en la Tierra determinará vuestra vida eterna.
JESUS ESPERADO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO
Hay una tercera razón vital por la que Jesús no fue aceptado como el Mesías. Hace dos mil años la gente esperaba que el Hijo de Dios vendría sobre las nubes del cielo, según la profecía de Daniel: "Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de Hombre." (Dan. 7:13).
Pero Jesucristo no apareció milagrosamente sobre las nubes del cielo. El nació de la mujer María, la esposa de José. La gente decía: ''Bueno, ¿cómo puede ser este Jesús el Hijo de Dios? No es más que un hombre como tu y yo."
Esta fue otra abrumadora razón por la que la gente rechazó a Jesús.
Algunas tendencias dicen que esta profecía de Daniel no era para la primera venida de Jesucristo, sino pensada para el Señor de la Segunda Llegada. Pero yo digo que esto no es cierto porque Jesús testificó que todos los profetas estaban consumados en Juan el Bautista. Todas las profecías y la ley dadas antes que Juan el Bautista estaban pensadas para ser cumplidas en el tiempo de Jesucristo.
Así pues, la profecía de la venida del Hijo del Hombre sobre las nubes del cielo estaba pensada para la venida de Jesucristo hace 2.000 años. En aquellos días no había Nuevo Testamento, y el pensamiento de la Segunda Llegada del Señor no estaba aún en la mente de Dios.
Esta profecía causó mucha dificultad para el ministerio de Jesús. Podemos ver esto en el Nuevo Testamento, donde el apóstol Juan advierte: “Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el seductor y el anticristo." (II Juan 7).
Esto es lo que Juan decía hace 2.000 años a los incrédulos de Jesucristo, que le rechazaban simplemente porque era un hombre en la carne. No aceptaban a Jesús porque estaban esperando algo sobrenatural que apareciera sobre las nubes. Juan condenó a esta gente con los peores términos diciendo, "ese es el anticristo".
Estas verdades históricas han sido encubiertas por el mundo cristiano. Hoy, por primera vez todas estas circunstancias del ministerio de Jesús han irrumpido al exterior.
Si, nuestro Señor Jesucristo vino a cumplir la misión de traer el Reino de Dios a la Tierra. Pero no le comprendimos. Cometimos el gran crimen de clavarle en la cruz. Fue una gran tragedia. Sin embargo más tarde decimos que era la voluntad de Dios. ¡Qué irónico!
La creencia de qué Jesús vino a morir en la cruz ha llegado a ser la base del Cristianismo. Pero esta errónea creencia ha estado desgarrando el corazón de Dios una y otra vez durante los últimos 2.000 años. El corazón de Dios se rompió cuando Adán se rebeló contra El, y de nuevo cuando Su Hijo fue crucificado en la cruz en el Monte Calvario. Hemos tristemente malentendido a ambos, a Dios y a Cristo.
¿Por qué, entonces, ha sido revelada esta verdad en este preciso momento? Porque el tiempo de la Segunda Llegada de Cristo está cerca. Y Dios no quiere que los Cristianos cometan el mismo fallo que cometió la gente del tiempo de Jesús.
Solamente con la revelación de la verdad clara del Padre Celestial todas las iglesias Cristianas llegarán a ser una. Sí, la verdad nos une. Si conocemos la verdad, esa verdad nos hará libres de nuestras erróneas y desunidas creencias. Y la verdad llana de Dios ha sido revelada ahora.
CRUCIFIXION MISION SECUNDARIA DE JESUS
La crucifixión no fue de ninguna manera la misión original del Hijo de Dios, sino representó una alteración de su curso previsto. Fue una misión secundaria. Se decidió en el Monte de la Transfiguración. Un relato de ésta aparece en Lucas: "Y he aquí que conversaban con él dos varones, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén." (Lucas 9:30 31
Cuando Pedro, primer discípulo de Jesús fue informado por Jesús de que sufriría en Jerusalén y tenía que ser crucificado, Pedro protestó violentamente, como leemos en Mateo: "¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!" (Mat. 16:22) .
Entonces Jesús le echó diciendo: "¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tropiezo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!" (Mat. 16:23).
Los cristianos citan a menudo este pasaje particular como prueba de que Jesús vino a morir en la cruz. "Muchos dicen, “Mira lo que dijo Jesús. Dijo que venía a morir. Es por lo que reprendió a Pedro y le llamó Satanás, porque Pedro se oponía a que Jesús fuera a la cruz."
Pero esa interpretación falla en un punto vital. Jesús reprendió a Pedro después de conocer que Dios había cambiado Su plan y alterado la misión de Jesús. A causa del rechazo del pueblo, Dios sabía que Jesús no podía proseguir con su misión primaria, el establecimiento del Reino sobre la Tierra, porque ello requería la cooperación del pueblo.
En este último punto de su ministerio, Dios pidió a Jesús que cumpliera solamente el objetivo de la salvación espiritual.
No obstante Jesús estaba preparado para esta meta secundaria. Y el pobre Pedro no sabía nada sobre este cambio en la misión de Jesucristo.
Jesús llamó a Pedro "Satanás" porque las palabras aparentemente confortantes de Pedro no tenían ninguna aplicación a la voluntad de Dios en ese punto. Pedro habló con ignorancia y ceguera. Pero Jesús no podía permitirse olvidar esta misión secundaria porque entonces su venida habría sido completamente en vano.
LA ACEPTACION DE JESUS HABRIA TRAIDO EL REINO DE DIOS
Consideremos qué habría ocurrido actualmente si Jesús hubiera sido aceptado por el pueblo de Israel. En realidad, habría llegado a ser el rey de esa nación. Entonces, como Rey de Israel, habría unido a sus discípulos con todos los descendientes de Abraham, incluyendo las doce tribus de Jacob y todas las tribus árabes. Todos ellos habrían formado una familia del Hijo de Dios.
Jesucristo habría erigido una soberanía celestial centrada sobre la nación de Israel. La constitución del Reino de Dios habría sido promulgada en su tiempo. Habría sido establecida una nación invencible, en la que la soberanía de Dios habría llegado a ser realidad. Esa nación bajo Dios, que el primer Adán tenía que haber comenzado, finalmente se habría realizado con el último Adán Jesucristo como Rey. Incluso el Imperio Romano se humillaría ante el Reino de Dios.
Esta es la predicción de Isaías: “Grande es su señoría y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia. Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahvéh Sebaot hará eso”. (Isaías 9:6).
Incluso después de la muerte de Jesús, sus discípulos marcharon hacia Roma con las manos vacías, sufriendo y derramando sangre. Pero durante 400 años, el Imperio Romano se hundió ante este ejército desarmado. Si Jesucristo no hubiera sido crucificado, sino hubiera sido el comandante vivo de esta armada santa, entonces todo el Imperio Romano habría sucumbido bajo la soberanía de Dios en la propia vida de Jesús.
En aquel tiempo, el gran Imperio Romano era el centro del mundo. El plan de salvación de Dios era restaurar el mundo entero. Por eso Dios había preparado a Roma para ser el centro de todas las naciones, por tanto una vez que el Reino hubiera llegado a Roma, podría haber sido llevado fácilmente al mundo entero. Si Jesús hubiera sido capaz de establecer su Reino en el Imperio Romano, entonces, mediante el poder e influencia de Roma, cada rincón del mundo habría oído el evangelio de Jesucristo durante su vida en la tierra.
Entonces Jesús en su propio tiempo habría establecido el Reino de los Cielos en la tierra de forma real. La nación de Israel habría sido el glorioso centro de su Reino. Hoy no habría Cristianismo ni Catolicismo Romano, ni Iglesia Presbiteriana, ni Metodismo, ni Iglesia de Cristo. Ninguna de ellas habría sido necesaria. Vosotros no necesitáis un vehículo cuando habéis llegado bien a vuestro destino.
Ya seríamos ciudadanos del Reino de los Cielos. No habría ninguna matanza en la historia del Cristianismo ningún mártir. Y no habría ninguna cruz en las agujas de las iglesias.
Entonces no habría ninguna razón para la Segunda Llegada de Cristo, porque la misión del Mesías ya habría sido consumada. Hoy no habría ni Satán, ni pecado sobre la tierra. Hasta el espíritu más pequeño habría sido restaurado o habría nacido a la bondad de Dios en la perfección. ¿Por qué habría de venir Cristo de nuevo? No habría ninguna razón para la Segunda Llegada. No se necesita a un doctor cuando no hay pacientes que curar.
La triste realidad, sin embargo, es que Jesucristo se encontró con una rebelión. Sin la obediencia de Adán y Eva, Dios no pudo cumplir Su ideal en el Jardín del Edén. Y sin la cooperación del pueblo, Jesucristo no pudo establecer su Reino en la Tierra.
LA CRUCIFIXION TRAJO SOLAMENTE LA SALVACION ESPIRITUAL
Por eso Jesús cambió a su misión secundaria, la salvación espiritual. Dios permitió que Su Hijo fuera sacrificado, como hecho necesario, a causa del pecado y la ceguera del pueblo. Ese fue el significado de la crucifixión. Dios permitió que Jesús muriera en la cruz como un rescate pagado a Satán. A cambio, mediante la resurrección de Jesús, Dios pudo reclamar las almas de los hombres, aunque no pudiera dar redención al cuerpo.
Por consiguiente, la victoria de Dios no estaba en la cruz sino en la Resurrección. Esto es lo que permitió la salvación de las ofrendas del Cristianismo.
En la crucifixión de Jesús, el Cristianismo fue también crucificado. A la hora de la tribulación del Señor, nadie le permaneció fiel. Todos le traicionaron. Incluso Pedro negó a Cristo.
Pero con la Resurrección, el Cristianismo también revivió. Entonces, durante 40 días, Jesús cementó las piezas fragmentadas del Cristianismo. Ese fue el comienzo del Cristianismo de hoy.
Sí, nuestra salvación viene desde la victoriosa Resurrección. Esta es la victoria de Cristo, sobre la que el poder de Satán no tiene ninguna influencia. Pero el cuerpo de Jesucristo fue entrenado como sacrificio y como rescate. Y cuando entregó su cuerpo, estaba entregando también el cuerpo de la humanidad. Por lo tanto, nuestra salvación es limitada, al traer solo redención espiritual, porque la redención del cuerpo no pudo ser cumplida hace 2.000 años. Y nuestro mundo sufre todavía bajo el poder de Satán. El pecado aún es violento y domina este mundo mediante nuestros cuerpos.
San Pablo exclamaba con angustia, en Romanos: "¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? !Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado. (Romanos 7:24 25).
San Pablo vivía en la gracia del Señor. Pero todavía confesaba que solamente podía servir a Dios con la razón, y con la carne servía a la ley del pecado. Su cuerpo todavía tenía que ser redimido; él aún estaba angustiado en pecado.
Y del mismo modo sucede con nosotros. Al aceptar a Cristo, tenemos la salvación espiritual. Pero nuestros cuerpos sirven a la ley del pecado en dominio de Satán hasta que vuelva de nuevo y nos libere de la esclavitud del pecado. El Señor de la Segunda Llegada es el único que puede darnos la salvación completa: la salvación espiritual y también la redención de nuestros cuerpos.
Hoy, el Cristianismo tiene facultad solamente para dar la salvación espiritual. De otro modo que la nación de Israel, el Cristianismo no tiene una base física. Por consiguiente, el dominio de Dios en el Cristianismo es solamente sobre un reino espiritual.
Por lo tanto, la gran esperanza de la humanidad es la Segunda Venida del Mesías. Esta es la esperanza de América, la esperanza del mundo. América esta excepcional nación cristiana debe ahora despertar y prepararse para el día de la venida del Mesías.
El Cristianismo americano esta hoy en la posición de Israel hace 2.000 años. América está destinada a servir como el lugar de llegada del Mesías en el siglo XX. Dios desea extenderse por el mundo. Pero para hacer eso, Dios debe extenderse primero por América.
El papel de América es paralelo al del Imperio Romano hace 2.000 años. Así como Roma fue el centro del mundo en aquellos días, América es el centro del mundo en los tiempos modernos.
Jesús puso sus ojos en Roma. Y cuando Cristo vuelva, pondrá sus ojos en América.
LA ORACION EN EL HUERTO DE GETSEMANI
Debido a todo esto, nosotros los Cristianos no hemos comprendido el verdadero espíritu de la oración de Jesucristo en el Huerto de Getsemaní.
En el Huerto, Jesús dijo a sus discípulos: "Mi alma está triste hasta el punto de morir, quedaos aquí y velad conmigo." Y adelantándose un poco, cayó en tierra, y suplicaba así: "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero sino como quieras tú" (Mat. 26:38 39) .
Oró de tal forma no una, sino tres veces. Estaba triste hasta el punto de morir. En el mundo cristiano muchos piensan que oró de tal forma debido a su debilidad humana, incluso aunque su misión fuera morir en la cruz. ¡Nada más lejos de la verdad!
Durante el reinado de los Emperadores romanos, cientos de miles de Cristianos fueron martirizados. Ellos no decían, "Por favor, que pase de mí este cáliz."
Simón Pedro, cuando iba a ser crucificado, dijo a sus perseguidores, "No soy digno de morir del mismo modo que mi Señor. ¡Hacedme el favor! Crucificadme cabeza abajo." El no dijo, "Por favor, que pase de mí este cáliz."
Cuando Esteban, el primer mártir cristiano, fue lapidado, no dijo, "Que pase de mí este cáliz." La Biblia indica que murió lleno de paz, orando por sus ejecutores.
Incluso, aparte de la Biblia, Nathan Hale, un joven oficial en la Guerra de Revolución Americana, cuando fue capturado y antes de ser ahorcado, dijo, "Solamente lamento no tener más que una vida para darla por mi patria”. El no dijo, “Por favor, que pase de mí este cáliz."
¿Pensáis que el Mesías, Jesucristo, el Hijo de Dios, sería más débil que toda esta gente especialmente si viniera para el único propósito de morir en la cruz para la salvación del mundo? ! No ! Si ese fuera el caso, él no estaría calificado para ser el Mesías. No hemos comprendido al Señor Jesús.
La oración en el Huerto de Getsemaní no fue hecha por algún motivo individual, ni porque Jesús temiera a la muerte. Jesucristo, nuestro Señor, estaba dispuesto a morir mil veces si ese fuera el único modo de conseguir la salvación de la humanidad.
El estaba preocupado a causa de su misión. Estaba preocupado por el sufrimiento de su Padre Celestial. Estaba preocupado porque podía prever las terribles consecuencias de su crucifixión. Jesús sabía que su crucifixión no era la última voluntad de Dios. Sabía que su muerte pospondría la realización del Reino de los Cielos otros 2.000 años, y que mientras tanto la humanidad sufriría terriblemente.
Sabía que millones de seguidores que vendrían después de él tendrían que sufrir, derramando su sangre y siendo martirizados como él. Sabía que Israel sería abandonada y saqueada. Y sobre todo tenía el deseo de llevar la victoria y el cumplimiento glorioso al trono del Padre en el Cielo, y no volver solo a través de la crucifixión. No quería volver a Dios de ese modo, sino tener una triunfante bienvenida.
Por eso, en el Huerto de Getsemaní, Jesús hizo su último y desesperado ruego a Dios, preguntándole, "Aún en este último momento, ¿hay alguna posibilidad de que pueda permanecer en la tierra, para cumplir mi misión?” Si vamos a ser verdaderos seguidores de Cristo debemos comprender la pena y angustia que sufrió Jesucristo.
Además, si la crucifixión era la voluntad completa de Dios, entonces Judas el discípulo que traicionó a Jesús habría sido considerado como un héroe y se le habría dado una medalla celestial, porque, si tenía que ser crucificado el Hijo de Dios, alguien le tenía que entregar al enemigo. Sin embargo, Jesús dijo de Judas: "¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado. Más le valdría a ese hombre no haber nacido!" (Mat. 26:24).
¿Y por qué exclamaría Jesús en la cruz?:
"!Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? (Mat. 27:46).
Si su crucifixión era la voluntad de Dios, Jesús habría estado más que feliz en aquel momento. El habría exclamado, “¡Dios mío, cuánta honra! !Alégrate, Padre, he vencido!"
El Cristianismo tiene hoy la visión tradicional de que Jesús vino simplemente a morir en la cruz. !Este es el modo como los cristianos han justificado el asesinato del Hijo de Dios!
COMO SE CUMPLIRA LA SEGUNDA VENIDA
Hoy, no podemos creer nada sin lógica. Dios es la verdad, y la verdad es lógica. No puede haber ninguna perfección en ignorancia.
Tan sólo la oración cristiana no pudo poner a Neil Armstrong sobre la Luna. Fue necesaria la verdad científica. Yo mismo fui estudiante de ciencia y sé que Dios es también el Dios de la ciencia. Por lo tanto Su mensaje tiene que ser científico, lógico, y convincente para los hombres del siglo XX.
Permitidme llegar ahora a la cúspide de esta la charla de esta noche discutiendo cómo se va a cumplir la Segunda Llegada de Cristo.
Leemos en la Biblia, en Mateo: "Verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria" (Mat. 24:30) .
Y en el Apocalipsis, leemos: "Mirad, viene acompañado de nubes”. (Apocalipsis 1:7) .
Pero por otra parte en I Tesalonicenses, leemos: “El Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche." ( I Tes. 5:2).
Una profecía dice que el Señor viene acompañado de nubes del cielo, mientras que la otra dice que viene como un ladrón por la noche. Estas dos profecías hasta cierto punto están en conflicto. Si viene como un ladrón, no puedo al mismo tiempo aparecer en las nubes. ¿Escogeremos una profecía y dejaremos la otra?
La gente de hace 2.000 años no conocía que el mensaje de Dios está en símbolos. Interpretaban el mensaje de Dios literalmente y cometieron un grave error. Y cuando nosotros los Cristianos leamos el Nuevo Testamento, no debemos cometer el mismo error. Debemos leer la Biblia en el espíritu de Dios, y conocer el verdadero significado de los símbolos y parábolas.
Hace dos mil años todos esperaban que Elías apareciera desde el cielo azul, pero no vino de esa forma. Y esperaban que el Mesías viniera acompañado de nubes del cielo, pero no vino de esa forma. Hoy, los Cristianos esperan que el Señor de la Segunda Llegada venga sobre las nubes. ¿Pero tenéis alguna garantía de que esta, vez tales esperanzas no serán defraudadas?
Seamos suficientemente humildes y abiertos de mente para aceptar ambas posibilidades su venida sobre las nubes del cielo, y su venida como un ladrón por la noche. Si pensáis solamente en la venida del Señor sobre las nubes, y luego vuestra esperanza no se cumple debido a su venida como el Hijo del hombre en la carne, entonces estaréis más propensos a cometer el mismo crimen que la gente cometió hace 2,000 años.
Sin embargo, si sois humildes y capaces de aceptar al Señor como el Hijo del hombre en la carne que es el único modo de que pueda venir como un ladrón entonces no tenéis nada que perder. Estaréis seguros de encontrar al Señor de cualquier forma que venga.
Si de algún modo podéis extrañar al Señor, sería solamente si viene como un ladrón. Si viene sobre las nubes, no tenéis por qué preocuparos. Entonces todos le verían. Las redes de televisión lo harían posible, pero debo deciros que Dios no enviará a Su Hijo acompañado literalmente de nubes. Si os quedáis mirando al cielo esperando la Segunda Llegada del Señor, seréis defraudados. El vendrá, de nuevo, como un hombre en la carne.
Esto es revelación de Dios. Permitidme testificarlo leyendo las profecías significativas de la Biblia. En Lucas, leemos,
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió (Jesús): "El Reino de Dios viene sin dejarse sentir," (Lucas 17:20).
Todos verían las nubes del cielo. Pero Jesús dijo que no sentiríamos la venida del Reino. ¿Vio la gente la llegada del Mesías hace 2.000 años? No, no la vieron, porque vino como el Hijo del hombre en la carne.
Leamos ahora una declaración de Jesús aún más extraordinaria. Mucha gente pregunta, "¿De verdad dice eso la Biblia?" Ved en Lucas, cuando dice Jesús: “Pero, antes, le es preciso (al Señor de la Segunda Llegada) padecer mucho y ser reprobado por esta generación." (Lucas 17:25).
Si el Señor viniera acompañado de nubes del cielo, con gran poder y gloria, al son de las trompetas de los ángeles, ¿quién podría osar reprobarle o hacerle padecer? ¿Vosotros? Esas son las palabras de Jesús. Padecerá y será reprobado, porque viene como el Hijo del hombre en la carne. Al principio la gente tendrá un tiempo difícil para reconocerle como el Cristo.
Todas las iglesias Cristianas y todos los Cristianos devotos están esperando la venida del Señor en las nubes del cielo. Todos están mirando arriba, esperando que aparezca. Pero si esa esperanza no se realiza, y el Señor aparece inesperadamente como el Hijo del hombre en la carne como vino Jesús a este mundo la primera vez entonces qué sucederá?
Al principio la gente le reprobará y le hará padecer. No habrá fe sobre la tierra. Nadie le aceptará como Cristo al principio. Muchos Cristianos cogerán piedras para arrojárselas. Muchos Cristianos le llamarán blasfemo, hereje, y le acusarán de estar poseído por demonios. Estos eran los mismos cargos en contra de Jesús hace 2.000 años.
En Lucas, leemos: "Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos." (Lucas 17:26 27 ).
Esta es la descripción de los días del Hijo del hombre. Y sucederán cuando el Señor venga como el Hijo del hombre en la carne.
Como hombre, el Jesús venidero anunciará el Reino de los Cielos. Pero nadie le prestará atención. De hecho, la gente se reirá de él, le ridiculizará, le perseguirá, y harán toda clase de maldades en contra suya.
Y mientras tanto, el mundo continuará en su forma habitual, en negocios carnales comiendo, bebiendo, casándose hasta el día en el que el Señor sea alzado al trono del juicio. !Cuando el mundo le reconozca como el Señor del Juicio, será demasiado tarde! El arca estará cerrada. El juicio será ya inminente.
Ahora quiero leeros este pasaje, donde Jesús dijo: "Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la Tierra?" (Lucas 18:8).
Jesús preguntó si habría fe sobre la Tierra cuando volviera Cristo. ¿Por qué?
La historia puede repetirse. Hace dos mil años había una fe tremenda. La gente oraba en las sinagogas por la mañana, a mediodía y por la noche. Constantemente leían las Escrituras, escribiendo en las solapas, y recitándolas todos los días. Guardaban los Diez Mandamientos y todas las leyes. Llevaban sus diezmos al templo. Ayunaban una vez tras otra.
Sin embargo, cuando apareció el Hijo de Dios, fracasaron en reconocerle y le pusieron en la cruz. ¿Encontró Jesús alguna fe? A la vista de Jesucristo, no había absolutamente ninguna fe sobre la Tierra.
Así, cuando aparezca de nuevo como el Hijo del Hombre en la carne, puede ser también que no haya ninguna fe sobre la Tierra.
Millones de Cristianos y miles de iglesias puede que nunca vean venir al Hijo del hombre, porque viene en la carne.
Ahora, leamos finalmente a Mateo: "Muchos me dirán aquel Día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mat. 7: 22 23).
¿Qué significa esto? ¿Por qué serán condenados como agentes de iniquidad estos devotos cristianos que invocan en el nombre del Señor? ¿Qué clase de mal habrían cometido?
A lo largo de la historia, muchos crímenes y pecados han sido cometidos en el nombre del Señor, en el nombre de Dios.
No hay mejor ejemplo que el que ocurrió en el tiempo de Jesús. La gente que conspiró para matar a Jesucristo y finalmente lograron crucificarle en la cruz era la misma gente que había seguido la palabra de Dios día y noche. Pero cuando el Hijo de Dios vino a ellos, cometieron el peor crimen de la historia. Ellos mataron al único Hijo de Dios, ¡y lo hicieron en el nombre del Señor!
Del mismo modo, cuando Cristo venga a nosotros de nuevo como un hombre en la carne, ¿cómo podemos estar seguros de que los Cristianos de hoy no serán los primeros en tirar piedras al Cristo de retorno? Tenemos hoy la misma responsabilidad que la gente de hace 2.000 años. Por muy buenas que sean nuestras obras o nuestras oraciones, cuando Dios Envía a Su Hijo, si no le reconocemos y nos unimos a él, nos dirá, "Apartaos, agentes de iniquidad".
Si es cierto que la historia siempre se repite, entonces los Cristianos de hoy podrían convertirse en los peores enemigos del Cristo de retorno.
Sin embargo, aunque el rechazo y persecución iniciales pueden ser muy severos, Cristo no vuelve para ser crucificado de nuevo.
El Señor de la Segunda Llegada será victorioso y finalmente será elevado al trono del Juicio, y juzgará al mundo como el Señor del Juicio.
Cuando sea levantado al trono, entonces todos le verán. Será inconfundiblemente claro para todos quién es él. Y aquellos que ya le hayan acusado y rechazado gemirán y se lamentarán a causa del mal que le hayan hecho. Pero será demasiado tarde. El Señor les dirá: "Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad".
El Señor viene ya. Y viene como un hombre. Sin embargo también viene con el poder y la gloria de Dios. Y juzgará al mundo. Solo serán bendecidos los humildes. Los arrogantes verán el fuego inextinguible.
EL SIGNIFICADO DE LAS NUBES DEL CIELO
¿Entonces cuál es el verdadero significado de las "nubes del cielo"? Recalquemos de nuevo que la Biblia está escrita en símbolos. Jesús decía, "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos". Esta es una expresión simbólica.
Del mismo modo, las "nubes del cielo" tienen un significado espiritual, no físico. Leemos en el Apocalipsis: "Las aguas que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas." (Apocalipsis 17:15).
La Biblia indica que el agua es un símbolo de las multitudes de la humanidad caída.
¿Qué son las nubes? Son agua evaporada. Pero el agua a menudo está impura, sucia, con muchos elementos extraños en ella. Pero cuando tal agua se evapora en nubes, abandona sus impurezas. Así, esa gente que está evaporada y purificada de las aguas de la humanidad están simbólicamente en la posición de las nubes del cielo.
Jesús viene entre esa gente preparada, la gente de Dios. Viene entre los consagrados, los Cristianos revividos, entre los que están purificados, elevados, limpios del pecado. Ellos formarán la base del Reino de Dios cuando Jesús vuelva a la Tierra. Este es el verdadero significado de las nubes del cielo.
EL PROPOSITO DE DIOS CUMPLIDO
Primeros Adán y Eva: Sabéis que Dios intentaba comenzar el Reino de Dios en la Tierra con los primeros Adán y Eva. Si hubieran sido verdaderamente obedientes a Dios, entonces habrían alcanzado la perfección, y Dios les habría unido en matrimonio celestial y establecido la primera familia en la Tierra conforme a Su voluntad. Esta familia habría llegado a ser la piedra angular del Reino de Dios en la Tierra. Adán y Eva habrían sido el Verdadero Padre y la Verdadera Madre de la humanidad. El "Jardín del Edén" es la expresión simbólica para ese Reino. Y este mundo habría sido el mundo de alegría para Dios.
Segundos Adán y Eva: Pero los primeros Adán y Eva fracasaron. No obstante, el ideal de Dios permaneció siendo el mismo. Dios decidió realizar ese Reino original y completar el mundo de alegría. Y 4.000 años más tarde en historia Bíblica, Dios intentó restaurar ese Reino de Dios en la Tierra mediante otro Adán perfecto, Jesucristo era ese Adán perfecto.
Leemos en la Biblia, en I Corintios. 15:45, que Jesús era el "último Adán", o el segundo Adán. Vino como Adán perfecto hace 2.000 años en el lugar del primer Adán que había fracasado.
Solo con la restauración de Adán no podía haber ningún Reino. Tenía que haber una novia, una Madre otra Eva . Por eso Dios pensaba restaurar la novia, la perfecta Eva para este Adán perfecto Jesucristo . Esto habría sido la restauración de la primera familia que había sido perdida en el Jardín del Edén.
Terceros Adán y Eva: Sin embargo, a causa de la rebelión del pueblo escogido de Israel, esto no pudo ser realizado. No obstante, Dios está decidido a completar Su voluntad. Por eso, El ha prometido la vuelta de Cristo,
Han pasado aproximadamente 2.000 años desde la muerte de Jesucristo. Y ahora, Dios está dispuesto de nuevo a enviar a Su Hijo con la facultad de tercer Adán . Durante toda la historia, Dios siempre ha cumplido Su objetivo a Su tercer intento. Es cierto que el número tres es el número de la perfección. Esta vez, Dios cumplirá definitivamente Su antiguo ideal bendiciendo a Adán y Eva perfectos en matrimonio celestial, poniendo por tanto la base del Reino de Dios en la Tierra.
Esta culminación final está profetizada en el Apocalipsis como el banquete de las bodas del Cordero. Y el Señor de la Segunda Llegada es ese Cordero, ese Adán Perfecto. El Señor viene como Adán. perfecto y restaurará a Eva perfecta. Entonces serán elevados y llegarán a ser los primeros Verdaderos Padres de la humanidad. Por último, la alegría de Dios será completa.
Poco antes de su crucifixión, Jesús dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos: y lo que antes en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la Tierra quedará desatado en los Cielos." (Mateo 16:19).
El error fue hecho aquí en la Tierra. El pecado fue cometido aquí en la Tierra. Por eso el error debe ser remediado y la erradicación del pecado debe ser cumplida aquí en la Tierra. Jesús dijo que orásemos, "Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo." La Tierra es el problema. Eso es por lo que Cristo debe volver a esta Tierra.
Muchos Cristianos creen que cuando venga el fin del mundo, Dios destruirá todo. El sol se oscurecerá y las estrellas caerán, y la tierra será consumida. Entonces solo un puñado de Cristianos serán elevados en el aire, para empezar el milenio con Cristo.
Si Dios hiciera eso, entonces sería un Dios fracasado, porque Su voluntad original nunca sería cumplida aquí en la Tierra. El habría entregado esta Tierra a causa de Satán. Entonces Satán llevaría a ser verdaderamente el vencedor, y Dios sería derrotado ¡Esto nunca sucederá! Dios es todopoderoso. El no entregará esta Tierra. Estaba previsto que fuera Su Reino y lo será. Incluso, la misma Nueva York será Su Reino.
Podéis ser los ciudadanos del Reino de los Cielos si encontráis al Mesías. El es vuestra esperanza, mi esperanza, y la única esperanza de América y de este mundo.
No obstante si fracasamos al verle, entonces el Cristianismo no tendrá ninguna esperanza. El Cristianismo declinará. Su fuego espiritual será extinguido, las iglesias se convertirán en las tumbas de las viejas herencias. Nuestro mundo será pues condenado.
Señoras y señores, he venido aquí al Madison Square Garden esta noche en obediencia al mandamiento de Dios.
La Biblia dice en Hechos: "Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes tendrán visiones y los ancianos sueños," (Hechos, 2:17).
Vivimos en tal tiempo extraordinario, ¡el nacimiento de una nueva era! El cielo está muy cerca. Y si llamáis a Dios seriamente, El os contestará.
Debéis preguntarle urgentemente, "¿Cómo puedo saber si el Rev. Moon está diciendo la verdad?" No me dejéis a mí ni a ningún otro contestar a esta pregunta. Dejad que Dios os conteste directamente.
Id en paz, pues, y por favor, preguntad a Dios seriamente, sinceramente. Confrontaros con Dios en oración, Dios os revelará la respuesta.
La nueva esperanza para la humanidad es el Mesías. Y ese "día grande y terrible del Señor" está cercano. Es cosa vuestra si ese día será grande o terrible. Si encontráis al Mesías, ese día será grande para vosotros, pero si fracasáis en encontrarle, entonces ese día será verdaderamente terrible para vosotros.
Dios os bendiga. Gracias por escuchar atentamente.
¡Kamsa hamnida! Gracias, y buenas noches.
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